Ahora los MG que se comercializan son “made in China” y de precio ajustado, pero hubo una época, no hace muchos años, donde la marca de origen británico fabricaba coches icónicos, sobre todo para los residentes en el Reino Unido.
Frontline es una compañía, también británica, que se ha especializado en lanzar al mercado restomods de MG, fabricando versiones modernizadas y rediseñadas de coches que harán delicias de los nostálgicos.
375 CV para el V8, 121 CV para el eléctrico
Su última creación son dos nuevos modelos basados en el MGB, un exitoso coupé de los años 70. Hablamos del LE60, con motor V8, y una versión eléctrica denominada BEE, que simula la conducción de un coche de combustión interna con caja de cambios manual.
El LE60 es la creación más potente de la empresa hasta la fecha, gracias a un motor Rover V8 de 4,8 litros y 375 CV que se gestiona a través de una caja de cambios manual Tremec de cinco velocidades y un diferencial de deslizamiento limitado, con un paquete de frenos más potente (pinzas de seis pistones delante y cuatro detrás) y modernos neumáticos Michelin Pilot Sport 4 de serie.
Tomando como base un MGB clásico, Frontline ha reforzado el chasis y ha ajustado convenientemente los amortiguadores, ahora son Nitron, para hacer frente al enorme aumento de potencia (un MGB GT V8 original entregaba 137 CV), al tiempo que actualiza el eje trasero macizo con una configuración de seis brazos para mejorar la calidad de marcha y el control.
Con un centro de balanceo mejorado, una geometría delantera modificada y una dirección asistida ajustable, el LE60 pretende ofrecer un nivel de comportamiento en curvas y una sofisticación muy superiores a los del MGB básico. Con un peso de 1.122 kg, el rendimiento en línea recta también ha dado un salto significativo, con un sprint de 0 a 100 km/h de 4 segundos y una velocidad máxima de 270 km/h.
La carrocería del MGB, diseñada por Pininfarina, se mantiene prácticamente igual, aunque Frontine ha eliminado las juntas débiles de la estructura de la carrocería mediante un proceso de descosido, mientras que la suspensión de vía ancha y las llantas de 16 pulgadas más grandes dejan entrever el potencial adicional del restomod.
El modelo BEE, totalmente eléctrico, incorpora modificaciones similares y utiliza un motor eléctrico de 121 CV alimentado por un paquete de baterías de 40 kWh integrado en su carrocería clásica. Con un peso de 1.186 kg, el eléctrico alcanza los 100 km/h en 8,8 segundos y alcanza una velocidad máxima de 193 km/h.
Frontline ha calibrado su entrega de potencia para emular la de un coche con motor de combustión, y la curva de par especialmente ajustada trabaja en tándem con una caja de cambios manual de cinco velocidades para ofrecer una experiencia de conducción más analógica. El paquete de baterías está dividido en siete unidades para distribuir el peso de forma equilibrada entre ambos ejes, y puede recorrer 225 km con una carga completa.