Dentro de la gama, el Rekord “C” fue el más exitoso de los de Rüsselsheim superando ampliamente el millón de unidades producidas. Sin embargo, hubo una versión C Cabrio que apenas pudo contemplarse, ya que su producción apenas llegó a 50 unidades. El Opel Rekord C salió de la línea de producción de Opel entre los años 1966 y 1972. El éxito de sus ventas residió principalmente en su diseño, ya que caló hondo entre las masas y además sentó precedentes para que otros fabricantes de la industria automotriz americana lo tomaran como un modelo a seguir. Entre otros, destaca el Chevrolet Chevelle.
Así, la carrocería del Opel Rekord C seguía los patrones típicos de los modelos más vendidos de EEUU: grandes superficies y cuatro esquinas anchas y muy marcadas, hechas a las raíces americanas. Es muy curioso que este modelo adoptara el mote de “botella de Coca-Cola” por su línea de cintura ondulada y curva que a muchos les traía recuerdos de la mítica botella de refresco. Por entonces Opel pertenecía desde hacía tiempo a General Motors.
A cambio de 4.000 marcos
Por defecto, este modelo estaba disponible como un sedán de dos o cuatro puertas, así como una variante station-wagon e incluso como furgoneta de reparto. La versión coupé, después del descapotable, fue la versión más elegante de la serie y se distinguía por su atlética línea trasera y por prescindir totalmente del pilar B.
Los responsables de la versión de techo abierto fueron los carroceros de Karl Deutsch y se basaron en el Rekord C Coupé, al cual despojaron del techo y no instalaron ni siquiera unas barras antivuelco, lo que generó bastante desconfianza entre los compradores por la pérdida de seguridad que esto conllevaba. El coste de convertir un Coupé en un Cabrio era de 4.000 marcos alemanes.
75 cv de potencia
Este modelo estaba provisto de hasta seis motores diferentes, aunque la unidad 44 que nosotros pudimos ver contaba con un motor de cuatro cilindros y 1.7 litros de 75 cv. Con esta potencia no era ni mucho menos el tope de gama, pero permitía acelerar con mucha agilidad los más de mil kilos de peso y alcanzar velocidades máximas cercanas a los 150 km/h. Opel, por encima de este, contaba con una versión Sprint de 106 cv.
Incluso con cuatro desarrollos
Las quejas de hoy en día sobre los cambios de cinco marchas resultan graciosas si volvemos la vista atrás, por lo menos hasta el año 1968. Entonces, los trabajadores de Opel celebraban la llegada de la caja de cuatro marchas, y este descapotable tuvo el placer de estrenarla. Opel, de forma complementaria, ofrecía una caja semiautomática del fabricante Fichtel & Sachs que se planteaba como la única solución para personas mayores con discapacidad física.
El Opel Rekord C fue un auténtico conejillo de indias para el progreso del automóvil, ya que también la suspensión estrenó un eje trasero de cinco brazos con muelles helicoidales, cuatro brazos tirados y una barra Panhard que garantizaba una estabilidad sin precedentes. No obstante, la rigidez torsional de este descapotable no se podía siquiera comparar con la que ofrece un descapotable moderno.
Seguridad
El Rekord C fue el primer coche de tamaño medio con el sistema de frenos de doble circuito con servofreno y también fue el primero en estrenar otras medidas de seguridad como las zonas de absorción de impacto. En el equipamiento opcional había también cinturones de seguridad pero no reposacabezas, lo cual no pasaría bajo ningún concepto una prueba de seguridad de hoy en día.
Curiosamente, el Rekord C Cabrio fue uno de los primeros modelos en pasar las pruebas del campo de pruebas de Opel en Dudenhofen, un centro que a día de hoy sigue activo y que sirve como escenario para poner a punto los vehículos con el máximo nivel de seguridad.
