El modelo que te traemos en estas líneas es uno de esos ejemplos claros en los que los departamentos de marketing de la marca parecen no haber sondeado todas las expresiones susceptibles de ser jocosas en determinados países. En el mercado hay varios casos muy relevantes como el del Mitsubishi Pajero, el color rojo corrida de Skoda o el de nuestro protagonista: el Opel Cabrio, un modelo que en otros mercados se conoce como Opel Cascada… ahí lo dejamos.
Sin embargo, más allá de este anecdótico comienzo, lo cierto es que este modelo supone la vuelta de la marca alemana al mundo de los descapotables de cuatro plazas. Un segmento que abandonó en 2008, poco antes de presentar la cuarta generación del Astra, modelo que hasta entonces se había convertido en su representante. Ahora bien, con la crisis, este tipo de carrocerías se perdió en un limbo del que le costó salir y muchos fabricantes, como Ford, Peugeot, Renault o la propia Opel, decidieron suspender la comercialización de sus Focus CC, 308 CC, Megáne Cabrio o Astra Twin Top, respectivamente.
Como toda la vida
Sin embargo, la alemana decidió, en 2013, que ya era hora de volver a estar presente en un segmento poco exitoso, comercialmente hablando, pero muy exclusivo. Así es como apareció el Cascada, o mejor dicho, el Opel Cabrio. Un vehúculo que recurrió a una carrocería más larga con una estética más cuidada (que huía de los anteriores diseños ‘cuadradotes’), que estaba protegida en su parte superior por una capota de lona, es decir, como mandan los cánones.
Un techo que cuenta con multitud de detractores, y con otros muchos seguidores, pero que en el fondo le otorga ese punto de elegancia que tanto gusta al tipo de clientes que opta por un coche de estas características. Una capota que, además, es más barata de construir y que aporta un plus de dinamismo, ya que es más ligera que los mecanismos ‘sólidos’. Además, suelen ser más fiables en lo que a estanqueidad se refiere mientras que el ruido aerodinámico tampoco es mucho peor que el de los techos duros. Por último, el equipar un techo de lona permite al fabricante ofrecer un habitáculo más capaz y un maletero de mayores dimensiones ya que no necesita tanto espacio una vez se pliega.
- Ficha Técnica Opel Cabrio 2.0 CDTI 170 CV
Motor: Diésel, cuatro cilindros en línea
Cilindrada: 1.956 cc
Potencia: 170 CV a 3.750 rpm
Par: 400 Nm entre 1.750-2.500 rpm
Velocidad Máxima: 218 km/h
0-100 km/h: 10,3 seg.
Consumo (urbano/extraurb./mixto): 6,0 / 4,2 / 4,9 l/100 km
Emisiones CO2: 129 gr/km
Dimensiones: 4.696 / 1.839/ 1.443 metros
Maletero: 280-380 litros
Peso: 1.816 kg.
Cambio: Manual, seis velocidades
Depósito: 56 litros
Precio: 34.000 euros
Precio Ud. Probada: 43.180 euros
Para cuatro… de sobra
Todas estas características las cumple el protagonista de estas líneas. Con una carrocería de 4,70 metros, el Opel Cabrio ofrece una capota perfectamente construida, con un acolchado muy notable y un aislamiento sobresaliente. A todo ello se añade un habitáculo apto para cuatro ocupantes, tanto si está colocada como plegada en la parte posterior del vehículo.
Para realizar la operación de capotado y descapotado se necesitan únicamente 17 segundos, pudiendo realizarse en movimiento hasta los 50 km/h. Una vez se guarda en el maletero, la capacidad de este se reduce hasta los 280 litros, es decir, 100 menos que si la tenemos puesta sobre nuestras cabezas, pero que sigue siendo válido para meter tres o cuatro maletas pequeñas.
Precisamente, esta será la zona que más note la diferencia entre tenerla puesta o no. Si eres uno de los dos pasajeros que ocupa la zona posterior y mides más de 185 cm, cuando la capota esté puesta, tu cogote comenzará a tocar con la parte superior del techo, mientras que una vez quitada, dicho problema, obviamente, se elimina. En lo relativo al hueco para las piernas, ahí es otro cantar. Independientemente del techo, un adulto de hasta 190 cm viajará sin tocar con el respaldo del piloto o del copiloto, a no ser que estos sean igualmente corpulentos y viajen con el asiento situado en una posición muy atrasada.
Un punto a mejorar está en el hueco para los pies, muy escaso tanto si el conductor viaja con el asiento en su máxima posición vertical como si está sentado muy abajo. El acceso a dichas plazas se realiza de forma sencilla y confortable, sobre todo si, como nuestra unidad, los asientos delanteros tienen regulación eléctrica, pues solo basta elevar la palanca para que la butaca se mueva hacia delante dejando un hueco muy amplio.
No te quedes helado
En el caso de que únicamente viajen las dos personas delanteras, estos podrán adquirir un deflector anti
Del mismo modo, para los más valientes, o lo que es lo mismo, para aquellos que quieran circular sin capota incluso en los meses más fríos, el Opel Cabrio ofrece diferentes soluciones para guardar el claro entre las que se encuentra una tapicería de cuero con calefacción en las plazas delanteras o un volante con una parte también calefactada, que coge temperatura en menos de un minuto. El sistema de climatización también permite guardar la temperatura aunque echamos en falta un sistema de calefacción en la zona de la nuca, un elemento que sí emplean otras marcas como Audi o Mercedes.
Para ir de paseo
Como suele ocurrir con este tipo de vehículos, el Opel Cabrio es un coche para disfrutar de lo que nos rodea, para ir con total calma, sin presiones ni agobios…, es decir, para practicar el slow driving. Y eso que bajo nuestro enorme capó se encontraba el motor más potente de la gama diésel, el 2.0 CDTi de 170 CV, un propulsor completamente nuevo que se encarga de sustituir al anterior de la misma cilindrada pero con 5 CV menos. Este bloque ofrece una respuesta contundente desde las 1.500 rpm (su par máximo es de 400 Nm que están disponibles partir de las 1.750 vueltas), con el inconveniente de ser demasiado ruidoso y vibrar en exceso (pese a que Opel se esfuerza por asegurar que ha introducido varias novedades con el objetivo de mejorar ambos aspectos) pero, al mismo tiempo, de ser un auténtico mechero rodante.
Así es, durante nuestra prueba realizada tanto por carreteras como por carreteras secundarias o tramos urbanos, el gasto medio registrado no superó los 6,5 l/100 km, un dato que está muy bien dado su nivel de potencia pero que se aleja de los 4,9 que homologa la marca. Ahora bien, dinámicamente el coche deja bastante que desear. Una circunstancia que no nos sorprende si recordamos que estamos en un vehículo de 4,70 metros de largo que además tiene un peso, en nuestra versión, de 1.816 kilogramos.
Pese a contar con un botón Sport que endurece la suspensión, el tacto de dirección, el rendimiento de motor y del cambio, no se trata de un coche con el que disfrutar de una conducción deportiva… y mucho menos en una carretera revirada. Todo lo contrario, el Opel Cabrio es un modelo, como decimos, para circular tranquilamente, disfrutando del aire puro de la montaña o de la brisa marina. Si decides aumentar el ritmo, notarás cómo la carrocería empieza a crujir en exceso al tiempo que al tren delantero le cuesta entrar en la trazada, mientras que los frenos se fatigarán con más rapidez.
Por último, en lo que a equipamiento se refiere, nuestra unidad estaba equipada con el acabado más alto de la gama, el Excellence, lo cual implica que iba muy cargada. No obstante, los 34.000 euros que cuesta, más los casi 10.000 que llevaba en opciones nuestra unidad, nos hacen replantearnos si merece la pena tener aparcado un coche que únicamente podremos disfrutar durante unos meses muy concretos, pero como te decimos en el titular de estas líneas, tu límite es el cielo… y eso llama mucho la atención.