En el contexto de la reconstrucción de Japón tras la Segunda Guerra Mundial, la demanda de vehículos se centraba en los coches de carga, como el Mizushima XTM1, un vehículo de tres ruedas que colaboró en la reconstrucción de infraestructuras en 1946. Por su parte los vehículos de pasajeros quedaron relegados a un segundo plano al no ser considerados una prioridad inmediata.
Las autoridades niponas, conscientes de esta limitación, implantaron medidas entre 1952 y 1955 para fomentar el nacimiento de una industria automovilística nacional moderna que culminaron con el “Plan Nacional del Vehículo”.
El Mitsubishi 500 se hizo público en el Salón de Tokio en 1959 y se lanzó al mercado al año siguiente con un precio de 390.000 yenes. Un precio más que asequible y que revolucionó la sociedad del momento hasta tal punto que ocupó los titulares de los periódicos japoneses.
Construido en carrocería monocasco, el vehículo fue testado en largas pruebas sobre exigentes carreteras no pavimentadas y además fue el primer coche japonés probado en un túnel de viento.
Mecánicamente, el 500 estaba equipado con un motor de doble cilindro, de 439cc y 21 CV con tracción trasera. Posteriormente el 500 dejó paso al Super Deluxe en 1961 con el consiguiente aumento de motor de 594 cc y 25 CV y una ampliación del tamaño del vehículo que ofrecía asientos para cinco pasajeros.
Con un diseño orientado a la practicidad y la simplicidad, el Mitsubishi 500 era un vehículo familiar y compacto que medía 3.14 m de largo, 1.39 m de ancho y 1.38 m de alto y un peso de 490 kg. El interior destacaba por la escasez de elementos, únicamente tenía un intermitente en el pilar central.
A pesar de que los coches de carreras más reconocidos de la marca nipona son el Pajeroo el Lancer Evo (target=undefined), el primer vehículo que Mitsubishi homologó para correr fue el 500 Super Deluxe que debutó en el Gran Premio de Macao en 1962, donde cuatro 500 ocuparon las primeras cuatro posiciones en la categoría de “Under 750 cc”. Su sucesor, el Colt600, siguió sus pasos y en el Gran Premio de Macao del año siguiente logró el podio en la clase “Under 600 cc”.
En total, se construyeron 13.289 Mitsubishi 500 hasta 1963, a continuación vino el Colt 600, primer Mitsubishi con la denominación Colt del que se vendieron 13.739 unidades entre 1963 y 1965.