Si se va a circular de forma temporal, no hace falta cambiar los papeles pero, en el caso contrario, sí. ¿Qué hay que hacer exactamente para evitar una multa por incumplir el código? Hay que pasar un ITV, pagar una serie de impuestos y, finalmente, matricular. Recuerdo que, en los años previos a tener el carnet de conducir, era frecuente charlar con los amigos de qué coche nos gustaría conducir a cada uno. Siendo normal en esos años de pubertad, todos estábamos de acuerdo en que queríamos tener un coupé alemán. “Mi padre está pensando en traerse uno”, “pues un tío mío ya tiene su Mercedes” y “es que en Alemania todo es más barato” eran frases que soltábamos por las bocas. Ahora que ya rozamos la treintena nuestra forma de vivir ha cambiado por las parejas y los niños que empiezan a llegar, aunque en las mentes de cada uno de nosotros sigue estando presente la misma idea: traer un coche de Alemania.
Lo cierto es que, aún sumando el billete de un avión, alguna noche de hotel y la gasolina del camino de vuelta, vehículos de alta gama y de varios años son más rentables allí que en nuestro país. Pero antes de tener localizado el que va a ser tu próximo coche y preparar la aventura de ir y volver, has de saber qué requerimientos se necesitan para ‘importar’ un automóvil. Suponemos que es para quedártelo unos años, ¿verdad? Si es así, estás obligado a registrarlo y a cambiar los papeles mientras que, si es algo temporal, no.
Por tanto, tomando el primer caso (siempre que la operación sea entre particulares), una vez en tu lugar de residencia, has de ir a la ITV para ver si ese turismo cumple con la legislación y puede ser matriculado en España; los coches de los fabricantes europeos no suelen dar problemas al respecto ya que las normativas comunitarias son similares. Tras abonar el importe (un gasolina cerca de 35 euros; un turbodiésel próximo a los 60 euros, precios estándar) y con el visto bueno, hay que rellenar el modelo 576 de la Agencia Tributaria (pongo tal cual en tu navegador de referencia) y pagar el impuesto especial sobre “determinados medios de transporte”, así como hacer lo propio con el impuesto de “transmisiones patrimoniales”. Asimismo, hay que pagar el impuesto de “circulación” del municipio donde viva el propietario.
Por último, toca matricularlo en España, para lo cual has de presentar la documentación de todos los pasos anteriores así como pagar también la tasa de matriculación, con lo que se consigue registrar ese automóvil en España. Lo único que faltaría es adquirir unas placas e instalarlas.