La firma italiana ha diseñado el nuevo sistema Q2, una importante innovación tecnológica capaz de mejorar las respuestas de un coche y que está basada en el uso de un diferencial de deslizamiento limitado, capaz de repartir el par entre ruedas motrices de una manera continua y dinámica en función de las condiciones del terreno. Este funcionamiento mecánico se denomina Torsen y, junto con la exclusiva suspensión delantera del cuadrilátero, consigue una puesta a punto especialmente eficaz combinando la máxima seguridad activa con el placer de conducción que caracteriza a cualquier Alfa Romeo.
Este mecanismo aporta numerosas ayudas que notaremos sobre todo en condiciones de escasa adherencia (lluvia, nieve, barro, etc) y en los momentos en los que las ruedas internas puedan perder motricidad. En un coche sin control de estabilidad esa rueda patinaría, provocando una pérdida de aceleración y en el peor de los casos, una pérdida grave del control del vehículo. Por esa razón se idearon los sistemas de ayuda al control de la estabilidad y de recuperación de tracción.
El problema es que muchas veces la intervención de la electrónica hace que se reduzca la potencia del motor, haciendo imposible el control del piloto sobre la aceleración y en consecuencia sobre el disfrute de la conducción. Por eso, con el sistema Q2, el par se transmite a la rueda externa del giro, garantizando así un menor subviraje y una mayor seguridad gracias a la estabilidad de un paso por curva mas rápido y eficaz. Este sistema interviene, además de en curva, en rectas con condiciones de adherencia distintas para cada rueda. También se activaría al arrancar, permitiendo un mayor control en caso de poca adherencia.
El nuevo sistema Q2 de Alfa Romeo viene a reinventar el control de la tracción, dotando ahora a la conducción de una mayor seguridad y de un mayor placer a la hora de sentarnos al volante.
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