Las normas europeas sobre emisiones condenaron a los combustibles tradicionales hace tiempo. Son muchas las marcas que ya han anunciado sus planes de dejar de producir y comercializar coches diésel y de gasolina en Europa como máximo en 7 años para pasar a vender solo modelos 100% eléctricos: Ford, Volvo, Stellantis, Mercedes, Audi, Volkswagen, Land Rover... es decir, la inmensa mayoría, porque la que no lo haga simplemente dejará de existir en el Viejo Continente. Una más que se une ahora a la lista es Renault. Su mandamás, Luca de Meo, acaba de hacerlo público manifestando estar en la obligación de participar en la transición hacia la movilidad más eficiente y limpia posible.
En concreto, la firma del rombo dejará de fabricar y vender coches con motores de combustión en cuanto cambiemos de década. Para 2030 aseguran haberse convertido ya en una marca de cero emisiones. Eso sí, el grupo seguirá ofreciendo versiones térmicas en su catálogo de Dacia hasta que la Unión Europea finalmente lo prohíba.
La cuenta atrás ha comenzado, y buena prueba de ello es que los proyectos más inminentes de Renault priorizan ante todo la electrificación. Basta con ver el nuevo Megane E-Tech o el nuevo Austral que llegará para sustituir al Kadjar con una gama híbrida y microhíbrida. El que aún se resista se terminará quedando atrás.
