El reciente “rebranding” de Jaguar ha generado controversia no solo entre los fanáticos de la marca, sus consumidores potenciales, sus competidores y los expertos en el sector, sino que también lo ha hecho dentro de la propia empresa. Recientemente se ha filtrado una carta, firmada por aproximadamente una treintena de miembros del equipo de diseño de la firma, que expresa el descontento que sienten con la decisión de externalizar el proyecto a una agencia, considerando que esto socavaba su trabajo y conexión con la identidad de la casa.
Diseñadores de Jaguar se sienten marginados
La carta, dirigida al director creativo Gerry McGovern, critica duramente el nuevo logotipo por ser demasiado redondeado y divertido, características que, según los diseñadores, no pueden transmitir la sensación de "exuberancia" que la empresa busca proyectar. Además, señalan que el emblema en cuestión muestra similitudes con otras marcas, lo que contradice el lema de Jaguar de ser una "copia de nada". La información ha sido publicada por el reputado medio Autocar, especializado en el sector automoción.
La decisión de subcontratar el proyecto a Accenture Interactive (una compañía que adquirió la agencia creativa de JLR, Spark44, en 2021) ha generado frustración y gran descontento en el equipo interno. Los citados diseñadores sienten que su trabajo colaborativo y su conexión con la narrativa de lujo moderno de Jaguar han sido pasados por alto y sustituidos por mensajes burdos, yermos de valores auténticos, tradicionales, significativos, armoniosos y justificables.
Un logotipo que no convence a (casi) nadie
El nuevo logotipo y la nueva imagen de Jaguar han sido objeto de críticas de toda índole desde su presentación a finales de 2024. La ausencia del icónico felino saltando, símbolo de velocidad y elegancia, ha dejado a no pocas personas preguntándose si este nuevo enfoque ha diluido por completo los principios de la marca británica. Hay quienes usan la palabra “vulgaridad”.
La campaña de rebranding también ha sido percibida por algunos como un alejamiento de su herencia y una inclinación hacia una cultura "woke" en declive. El anuncio, que presenta a un grupo diverso de modelos con atuendos de colores brillantes, ha generado críticas por parte de quienes lo consideran un intento forzado de alinearse con tendencias sociales, más que una evolución genuina de su identidad corporativa.
La dirección no cese, pese a los duros golpes
A pesar de los ataques, la dirección de Jaguar defiende su estrategia, argumentando que es necesaria para revitalizar la marca en su transición hacia vehículos totalmente eléctricos y atraer a una nueva generación de consumidores (aunque a costa de su legado). La empresa ha respondido a los comentarios más críticos en sus redes sociales, aclarando sus intenciones y pidiendo a las personas que esperen más actualizaciones sobre su posicionamiento comercial.
Este caso destaca la importancia de equilibrar una transición mercadotécnica en automoción con la preservación de la identidad. La reacción, tanto interna como pública, al rebranding de Jaguar subraya la necesidad de involucrar a todas las partes interesadas en el proceso de un gran cambio y considerar cuidadosamente cómo ciertas decisiones de diseño pueden afectar la percepción de la marca. La empresa enfrenta ahora el desafío de reconciliar su visión de futuro con las expectativas de empleados y clientes leales.