Si hasta ahora era habitual usar la etiqueta de "hermano mayor del Tiguan" para referirse al Touareg, el CrossBlue acaba de abrogarse este título, aunque deberíamos hablar más bien del "hermano verde" o incluso del "hermano azul", que es el color que el fabricante alemán asocia a sus iniciativas más ecológicas.
En realidad, se trata de un prototipo presentado en el Salón Internacional del Automóvil de Norteamérica (NAIAS), que se celebra en Detroit entre los días 14 y 27 de febrero. Técnicamente, la principal peculiaridad del Volkswwagen Crossblue es el uso de un sistema motriz híbrido (y suponemos que enchufable, aunque su fabricante no lo ha confirmado) compuesto por el V6 diésel 3.0 de 190 CV asociado a un motor eléctrico delantero y otro trasero, configuración capaz de desarrollar 306 CV y unos impresionantes 701 Nm. Como ya ocurre en los todocaminos Lexus RX 450h y Peugeot 508 RXH, el Crossblue prescinde de árbol de transmisión y no existe una conexión física –salvo el firme sobre el que se circula– entre el grupo motriz delantero y el trasero.
Completamente cargada, la batería tiene una capacidad de 9,8 kW·h, suficiente para recorrer 22,5 kilómetros en modo completamente eléctrico y consumir 2,64 litros de gasóleo cada 100 kilómetros en modo híbrido. Este formidable consumo no le impide presumir de una velocidad máxima –en modo híbrido– de 204 km/h, que en modo eléctrico se reduce hasta 121 km/h. También es destacable su cifra de aceleración, ya que el CrossBlue es capaz de lanzarse de cero a 97 km/h en solo 7,0 segundos.
Dejando a un lado el escaparate tecnológico que supone su arquitectura motriz, su carrocería tiene un innegable aire de familia con la del prototipo Taigun, presentado hace unos meses en el Salón de Brasil. Volkswagen asegura que se trata de un modelo diseñado especialmente para los EE.UU. y Canadá –donde, curiosamente, un automóvil diésel es más raro que un bocadillo de paella– que, en caso de producirse, se situaría entre el Tiguan y el Touareg. Sin embargo, en su interior cuenta con tres filas de dos asientos cada una, por lo que su habitabilidad es superior a la del Touareg. Dado que el motor diésel va montado en posición transversal –al igual que en el Tiguan–, el CrossBlue utilizaría componentes de la plataforma modular MQB del Grupo Volkswagen si finalmente llega a producirse.