La autonomía está garantizada gracias a un depósito de 400 litros. Las emociones y los momentos de tensión están garantizados. Peugeot se está volcando con la competición como. A las acciones llevadas a cabo por su hermana Citroën (como la participación en el Mundial de Turismos WTCC con el C-Elysée) hay que sumar las actuaciones de la marca del león, por ejemplo, subir Pikes Peak con un 208 perfeccionado o la anterior participación en la carrera de resistencia más famosa del planeta: Le Mans. Ahora, la división Sport del fabricante galo está inmersa en la puesta a punto del 2008 DKR, una especie de buggie de 4,09 metros de largo, 2,03 metros de ancho y 1,91 metros de alto, creado para ganar el Dakar 2015. Pilotos con ‘manos’ y experiencia tienen (entre ellos, Carlos Sainz), así que todo depende de la máquina.
“Tal como hicimos cuando elegimos un coche cerrado para correr en las 24 Horas de Le Mans, hemos apostado de nuevo por un concepto innovador”, sostiene Bruno Famin, director de Peugeot Sport. “En el caso de los rally raid, la gran pregunta es si debe recurrirse a un coche de cuatro ruedas motrices o a uno de sólo dos. Después de analizarlo, decidimos desarrollar al máximo el concepto de dos ruedas motrices que presenta ventajas muy interesantes”, continúa. De ganar, el 2008 DKR se convertiría en el primer 4x2 diésel en conseguir el primer puesto.
Jean-Christhope Pallier, responsable técnico del proyecto Dakar, establece especifica que “En el deporte el automóvil, el peso es el gran enemigo de las prestaciones. Así, en los rally raid, un coche de dos ruedas motrices pesa menos que un 4x4 por la ausencia de elementos mecánicos. Además, puede montar ruedas más grandes, lo que le da una cierta ventaja a la hora de enfrentarse a determinadas irregularidades del terreno”. Además de masa, se logra reducir el tamaño de los voladizos (algo vital para ‘escalar’) así como mejorar unos milímetros el recorrido de las suspensiones (de los 250 estándar se pasa a 460), por lo que las opciones de franqueo y de absorción de impactos son superiores.
Un buen arsenal
Pero las innovaciones no acaban aquí ya que, como bien alardean los ingenieros, se ha dispuesto un inflado remoto de neumáticos con el que se modifica la presión de los mismos desde el habitáculo con un selector sin necesidad de tener que hacerlo manualmente, por lo que se ahorran unos minutos importantes de cara a las etapas cronometradas.
Por último, el motor elegido es una auténtica ‘bestia’: se trata de un bloque turbodiésel V6 biturbo en posición central trasera, capaz de generar 340 caballos y hasta 800 Newton/metro de par máximo. La única cifra de prestaciones facilitada es la velocidad punta: 200 kilómetros/hora.