Por fuera, uno de los elementos que más llama la atención es su cúpula transparente, el homenaje más claro del Egoista al mundo de la aviación. Junto a las luces LED para los grupos ópticos, el Egoista Concept cuenta con dos luces en la parte más alta del techo, para avisar de su posición de noche -una luz roja en el lado izquierdo y una verde en el derecho-.
Pero los Apache no son la única fuente creativa para Walter de Silva: Su intención ha sido que, visto de frente, el Egoista Concept parezca un toro agachado, a punto de embestir. Al igual que en el Aventador LP 720-4 50 Aniversario, en su carrocería también encontramos piezas de aerodinámica móvil y algunos apéndices. Los faros de xenón están ocultos en las tomas de aire delanteras, y el Egoista luce detalles como la inscripción junto a la tapa del depósito de combustible: "Jet fuel only" ["sólo combustible para cazas"].
Introducirse en el interior del Egoista Concept es complicado, pero vuelve a recordar a un helicóptero: Primero hay que abrir 180º hacia delante la cúpula; a continuación, se retira el volante y se eleva el asiento para facilitar un poco las cosas... Pero no deja de ser estrecho, y el ocupante deberá colocarse sobre el punto con la inscripción "Step here". Una vez instalado, el conductor tendrá delante una pantalla retráctil con toda la información del ordenador de a bordo. El cuadro de instrumentos es un Head Up Display, con el que el Egoista proyecta los datos sobre su parabrisas octogonal.
El chasis monocasco del prototipo Egoista Concept está fabricado en fibra de carbono -para ahorrar el máximo peso posible- y aluminio -en aquellos puntos en los que hace falta para reforzar la estructura. Pero Lamborghini da otra explicación al uso de estos materiales... Según cuenta la marca, disminuyen la intensidad de rebote de las ondas que emiten los radares militares; así, el Lamborghini Egoísta tiene menos probabilidades de ser detectado. Su motor es un 5.2 V10 de 600 CV.