Nada más lejos de la realidad –se trata de la reedición de un automóvil convertido ya en toda una leyenda rodante. Nos referimos a la séptima generación del VW Golf. Aunque su aspecto es prácticamente idéntico al de su predecesor, el nuevo Golf está lleno de novedades y sorpresas.
Aproximadamente 700 invitados se dieron cita en la tarde del martes en la Nueva Galería Nacional de Berlín para asistir a la presentación del que probablemente se convierta en el próximo automóvil más vendido de Alemania. Un nuevo hito por tanto en una historia repleta de éxitos que se mantiene ya desde hace 38 años y que en todo este tiempo registra una cifra de ventas de 29 millones de unidades. En Wolfsburgo están seguros de que la séptima generación continuará haciendo historia de forma contundente: «El Golf marca el rumbo de VW, del automóvil y de la industria del automóvil en Europa», afirma el director de VW Martin Winterkorn con orgullo.
Completamente nuevo
«Hace tiempo que esperaba este momento», señala el máximo mandatario del consorcio alemán cuando por fin se le permite avanzar con el nuevo Golf por el escenario –cabe preguntarse si con esta afirmación se refiere a los interminables 55 minutos de elogios y buenas palabras que precedieron a este gran momento o al tiempo que ha durado su desarrollo. Tras la sexta generación, que en realidad fue una importante reestilización y no un coche verdaderamente nuevo, con la séptima edición llega también una nueva apuesta. La base sobre la que se asienta el Golf del futuro es la denominada plataforma modular transversal o MQB con la que VW pretende revolucionar también toda su producción automovilística. Y por primera vez Volkswagen se atreve a dar a su superventas, y por lo tanto también a sus predecesores, un número –hasta ahora las denominaciones I a VI eran algo que se manejaba más en el lenguaje popular.
Con motivo de la primera prueba estática realizada en Wolfsburgo tuvimos la posibilidad de comprobar todo lo que ha cambiado en el interior del nuevo Golf iluminado en blanco en comparación con la sexta generación. Si bien en esta ocasión no pudimos disfrutar de su carrocería, el interior nos impresionó, además de por su habitual calidad superior y su amor por los detalles, por un ligero aumento del espacio, unos asientos mejorados con función de masaje opcional, un volante perfeccionado, una pantalla táctil multifunción con sensor de infrarrojos que no solo entiende los toques con los dedos, sino también los gestos y un mundo multimedia con todo un «WLAN hotspot». Y la impresión de que se trata de un interior elegante y puro se confirmó también al tacto. Resulta evidente que, en términos cualitativos, el Golf juega en una liga claramente superior.
Diseño sencillo
Mientras que su interior rezuma alta tecnología, como suele ser habitual en VW los diseñadores encargados de su exterior no han gozado de plena libertad a la hora de desarrollar sus ideas. Si bien el Golf parece más racional desde cualquier perspectiva, es y sigue siendo –en el más amplio sentido de la palabra– un producto de y para las masas que ha de satisfacer a varios millones de personas. Por este motivo no están permitidos los experimentos, ya que la idea de VW es mantenerse fiel a la tradición que tantas satisfacciones les ha proporcionado. Y eso es cierto, ya que cualquier persona con un mínimo interesado en el mundo del automóvil reconocerá al instante el nuevo Golf VII, a pesar incluso de que el diseñador jefe de VW –Klaus Bischoff– afirma que las proporciones del Golf han cambiado drásticamente. A lo que se refiere es a su capó algo más elevado, a su techo un poco más plano y a las ruedas delanteras que se han desplazado ligeramente hacia adelante.
Con el nuevo Golf también se ha puesto definitivamente punto y final a los faros ligeramente redondeados, ya que el VII mira al futuro con unas ópticas de perfil mucho más recortado que, naturalmente, incorporan luz de conducción diurna tipo LED en un diseño en U que ya se ha convertido en algo habitual en la casa. Como en todo buen Golf, la parrilla sirve de nexo de unión entre ambos grupos ópticos, aunque en el caso del VII ésta es algo más plana y en su parte central destaca el imponente logotipo de la marca. La zaga también presenta tecnología LED en unas ópticas algo más afiladas. En la vista lateral llaman la atención los marcados montantes C típicos del Golf, así como los nuevos triángulos acristalados que sirven de base para los espejos retrovisores en los montantes A y que mejoran la visibilidad global del conjunto.
Perfiles de conducción y multitud de sistemas de ayuda
Con la nueva plataforma modular transversal las dimensiones no han sufrido apenas modificaciones. El Golf mide 4,26 metros de largo, es decir 56 mm más que hasta ahora, y la batalla ha crecido en 5,9 cm hasta los 2.637 mm, algo que beneficiará sin lugar a dudas a los pasajeros. Además, los desarrolladores han logrado aumentar el volumen del maletero en 30 litros, por lo que la cifra total actual asciende a 380 litros. A pesar de que el Golf ha crecido ligeramente, también ha visto reducido su peso. La nueva reedición es hasta 100 kg más ligera que su predecesor.
Como de costumbre, VW ofrece, además del tren de rodaje estándar que parece presentar un reglaje más dinámico que el de su predecesor, un sistema de amortiguación dinámico con cuya ayuda el conductor puede elegir la dureza de la subestructura. Además, por primera vez también podrá elegir un perfil de conducción (Eco, Normal, Individual, Sport y Comfort) que afectará al control del motor, el aire acondicionado y otros grupos auxiliares. En modo Eco el Golf puede incluso rodar «a vela». Aparte están disponibles numerosos sistemas de ayuda, aunque la mayoría en la lista de extras. Entre ellos destacan el programador de velocidad con regulación de distancia, la función de frenada de emergencia, el sistema de control de ángulos muertos y de alerta por cansancio, el sistema de reconocimiento de señales de tráfico, el sistema de protección activa de los ocupantes, así como el sistema de advertencia de cambio involuntario de carril, de luz de carretera y de ayuda al aparcamiento.
Cuatro motores para empezar
Entre todas estas virguerías tecnológicas, las mecánicas pasan casi a un segundo plano. Todas ellas están equipadas con el sistema Stopp&Start, se asocian opcionalmente a un cambio de seis velocidades o un cambio de doble embrague de siete velocidades y, en comparación con su predecesor, parecen ser un 23% más eficientes. De media, el consumo se reduce en casi un 14%. Esta vez el diésel básico es un TDI de 1,6 litros y 105 CV que consume 3,8 litros a los 100 km, mientras que el TDI 2.0 de 150 CV supera por poco los 4 litros. Para la nueva reedición del Golf el diésel menos potente también estará disponible en versión eficiente BlueMotion con un consumo de tan solo 3,2 litros, lo que equivale a unas emisiones de CO2 de apenas 82 g/km.
En el apartado de las mecánicas de gasolina el futuro propietario podrá elegir entre un motor turbo de 85 CV, con un consumo de 4,9 a los 100 km, y el TSI 1.4 de 140 CV y tecnología de desconexión de cilindros que también montan el Audi A3 y el Polo BlueGT. El funcionamiento temporal en modo dos cilindros permite a este gasolina firmar un consumo de 4,8 litros. En opinión de la organización de protección del medio ambiente Greenpeace, cuyos activistas se manifestaron también durante la presentación en Berlín, sigue siendo una cifra demasiado elevada. Estos reprochan a los ingenieros de Wolfsburgo no haber logrado aún consumos de tres litros, ya que –según ellos– con una construcción ligera consecuente hace tiempo que se debería haber conseguido. Y seguro que tampoco les hace mucha gracia que la propulsión eléctrica, híbrida y por gas esté disponible en el mercado como muy pronto a lo largo de los próximos años.
El mismo precio
Solo nos queda la cuestión del precio. Hace tiempo que el Golf dejó de ser una ganga y en este sentido la séptima generación tampoco será una excepción. Para hacerse con el modelo clásico de Wolfsburgo será necesario invertir el mismo precio que hasta ahora, aunque desde VW lo venden como una reducción del mismo, ya que al fin y al cabo el nuevo Golf dispone de serie de un sistema de parada y arranque, una pantalla táctil de 5 pulgadas y frenos multicolisión que en caso de colisión continúan desacelerando el vehículo para evitar males mayores. Sin embargo, a la vista de la interminable lista de extras estamos seguros de que al futuro propietario no le resultará difícil incrementar el precio del Golf VII hasta los 20.000 euros. Y, además, la radio sigue sin estar incluida en el equipamiento de serie.
¿Dónde se pueden reducir 100 kilos?
Reducir 100 kilos y, al mismo tiempo, ofrecer unas dimensiones más generosas y más extras de seguridad parece casi cosa de magia. Sin embargo, Volkswagen se ha puesto manos a la obra y ha descubierto algunos puntos en los que, efectivamente, sobraban algunos kilos. Y, para que no se queden con la duda, nosotros les decimos dónde han obrado el milagro.
El mayor potencial de ahorro lo han encontrado en los propulsores, cuyo peso se ha visto reducido en casi 40 kg; 26 kg menos es lo que pesa el tren de rodaje y del sistema eléctrico se han logrado eliminar otros 6 kg más. Los otros 37 kg restantes se han recortado en la estructura.
En este apartado VW ha reducido 23 kg de peso en la carrocería, que al mismo tiempo ha ganado en rigidez. Además, cabe destacar que esto se ha logrado sin la utilización masiva de materiales de alta tecnología (demasiado caros para el segmento de los compactos) como puede ser el aluminio, el magnesio o el carbono. En lugar de ello, VW ha apostado por acero de alta resistencia, métodos de producción modernos (conformación en caliente) y por las sinergias derivadas de la plataforma modular transversal. Los asientos delanteros y traseros son hasta 7 kg más ligeros, aunque ha sido en el respaldo de las plazas traseras donde se ha logrado reducir más peso. Gracias a un espesor de pared optimizado y a un menor diámetro de los conductos de presión el nuevo sistema de aire acondicionado pesa 2,7 kg menos, mientras que el soporte modular transversal, que sujeta la dirección y el salpicadero, pesa 1,4 kg menos y en el nuevo cuadro de instrumentos se han recortado incluso 400 gr.