El Monza no es más que una puesta en escena dirigida por Friedhelm Engler en la que, supuestamente, se desvelan algunos detalles que llegarán en la próxima década. Tras una primera vista al diseño del Monza, lo primero que se preguntaron los numerosos periodistas que acudieron a la presentación fue que si el frontal de este prototipo se reproduciría en las próximas generaciones del Corsa y del Astra. Opel no confirmó este supuesto, pero tampoco lo negó. El primero de ellos tendrá su renovación en 2014, mientras que el Astra es probable que tenga que esperar hasta 2015 para recibir su debida actualización. En cualquier caso, las proporciones parecen bastante realistas, muy bien construidas y dejan una impresión agradable para casi cualquier público. Prácticamente todos los asistentes a esta presentación coincidieron en que el Monza tiene estilo. Es elegante.
Sorprendente
Opel ha intentado probar muchas ideas en este concept. La imponente silueta coupé combina con las dos enormes puertas batientes, a través de las cuales se puede tener acceso a las dos filas de asientos porque no existe un pilar B. Dentro, los asientos deportivos prometen una sujeción bastante exigente aunque todo el protagonismo es para el tablero de instrumentos, que no sólo ocupa el área del piloto, sino todo el ancho del salpicadero en varias alturas diferentes. Con esta disposición, se pueden mostrar elementos tridimensionales o diferentes páginas de internet junto al mapa de navegación o una película.
Tecnología secreta
Esta virguería técnica está compuesta por 18 proyectores LED que pueden combinar su funcionamiento casi con infinitas posibilidades. Opel no ha revelado mucho más acerca de esta tecnología, aunque no es la primera vez que encuentra su aplicación en un coche concepto. Sin embargo, es evidente que antes o después Opel apostará por mostrar información no sólo a través de una pantalla rectangular en la consola central, sino de forma mucho más flexible y adaptada a la arquitectura del diseño.
Ni que decir tiene que el conductor obtiene entre todo este despliegue la información clásica alrededor del volante. No hay apenas interruptores ni botones porque la mayoría de los controles son táctiles. Alternativamente, el conductor también puede ajustar la temperatura del climatizador por comandos de voz y los pasajeros traseros pueden controlar todo el panel de información con tabletas pequeñas. Si el conductor lo desea, se puede limitar únicamente a un sólo indicador de velocidad en la instrumentación para no ser molestado por más mensajes.
Un Ampera modernizado
En realidad, el Monza está basado en el prototipo del Ampera, con la diferencia de que la tecnología de autonomía extendida está reforzada por un motor de combustión de gas natural. Podemos decir que es “una versión moderna” de aquel (motor eléctrico y motor de gasolina adicional como un extensor de alcance ), en el que la batería se puede adaptar al espacio del vehículo de forma mucho más hábil. Por ejemplo, en lugar de colocarse sólo a lo largo del espacio del túnel central, los paquetes de baterías del Monza (que son más pequeños) pueden extenderse uniformemente por todo el vehículo.
El sistema de baterías permite conducir el Monza de forma totalmente eléctrica, aunque ya no es la única fuente de alimentación, ya que existe un pequeño motor de gas (de tres cilindros, un litro de cilindrada y turbocompresor) que produce la energía necesaria para la propulsión.