La idea de juntar varias unidades del Volkswagen T3 y convertirlas en una única limusina no deja de ser una idea loca, pero poco novedosa. Lo más divertido y curioso de esta hazaña es que la cerveza estaba de por medio cuando se maduró el proyecto durante una barbacoa familiar. Desde entonces, Christian Lemke ha estado trabajando durante años con estas furgonetas de VW y se asentó en un viejo taller restaurado de Berlín.
"Queríamos hacer algo nunca visto", asegura Bernhard Sander, un viejo amigo de Lemke e ingeniero mecánico responsable de la construcción del XXXL. “De alta calidad y orientada al usuario” era la idea a la hora de desarrollarlo. Sander estimó lo que podía utilizarse y lo que no de los T3 de serie. Rápidamente se hizo evidente que en la gama de los Bulli no había un propulsor a la altura y que sería necesario un motor más potente para mover los ocho metros y medio de este monstruo.
Diésel procedente del Passat
La mejor respuesta para esto se encontró en el Passat. De su gama rescataron el motor diesel turbo V6 de 2.5 litros de cilindrada y 180 CV que se perfiló como la unidad más adecuada. También se han adoptado otros equipamientos procedentes de modelos como el Sharan, del que se han heredado los frenos de disco traseros o el aire acondicionado, que fue adaptado directamente de una gran caravana. Otros componentes, como las ventanas laterales o la puerta corredera de 2,55 metro de ancho tuvieron que ser hechas especialmente.
Al final, Luise se construyó gracias a cuatro modelos T3 construidos entre 1996 y 1990. Una sola soldadura no era suficiente, incluso con 15 kilos de alambre, así que fue necesario un dispositivo de medición láser para que todas las partes pudieran estar alineadas a la perfección. Para conseguir la estabilidad necesaria y la rigidez torsional adecuada hizo falta diseñar un bastidor principal y diferentes subestructuras. Esto hizo que Louise comenzara su andadura con algo de sobrepeso, en concreto con 3.300 kg.
Un duro trabajo en equipo
A pesar de que los problemas técnicos se pudieron resolver gracias a la experiencia de los trabajadores, el proyecto estuvo a punto de cancelarse varias veces debido a las numerosas dificultades. "Lo más difícil fue conseguir la cohesión adecuada del equipo para motivarse tras cada bache", recuerda Christian Lemke. Durante nueve meses, todos los miembros del equipo se reunía a diario después del trabajo e incluso los fines de semana se tomaban como días hábiles de trabajo. "Esto era totalmente necesario para llegar a las 5.000 horas de trabajo" asegura Lemke.
En el interior, el blanco, gris y rojo son los colores dominantes sobre el cuero de este habitáculo que parece más una sala de fiesta rodante. Hay varios compartimentos para la correcta refrigeración de bebidas, una pantalla LED de 47 pulgadas que permite a los usuarios una gran variedad de entretenimiento, grandes altavoces de graves que no podían pasar por alto así como etapas finales del sistema de sonido de 7.600 vatios que quedan descubiertas al abrir el portón trasero.
Margen de mejora
Una de las cosas que podrían haberse mejorado es la instalación de un accionamiento eléctrico para la pesadísima puerta corredera. La comunicación con el conductor se realiza a través del teléfono de a bordo y el chofer puede comprobar a través de un monitor el grado de entretenimiento de los pasajeros. Para satisfacer la gran demanda de electricidad hay una batería dedicada en exclusiva al motor arranque, mientras que otras cuatro unidades se dedican a los diferentes componentes. El alternador, por ejemplo, ha sido heredado del VW Touareg.
En alquiler
El 15 de febrero de 2012 comenzó la andadura de esta singular furgoneta, que fue directamente a la oficina de bajo la atenta mirada de ingeniero de pruebas Bernhard Sander. El dueño de este T3 “King size” salió de allí sin ninguna sorpresa y con la sensación de haber realizado un buen trabajo. Según él mismo, “las limousinas normales ya no sorprenden prácticamente nada pero, sin embargo, la gente acude una y otra vez a nuestra Luise”.
Con la finalización de la puesta a punto se inició de inmediato una nueva fase de trabajo, la de la comercialización. Fiestas, despedidas de solter@, eventos de relaciones públicas o bodas son los escenarios más habituales para alquilar este coche y devolver así el dinero invertido a sus creadores. No sabemos el precio que podría tener en una operación de venta, aunque alguna valoración particular ha estimado como posible precio para el XXXL T3 la cifra de 170.000 euros.