El año pasado, y después de una larga trayectoria de colaboración, la marca sueca se apoderó de la empresa especializada en sus propios modelos. Así, la fusión de seguridad o comodidad con potencia y deportividad es ahora algo hecho en casa. A partir de 68.000 euros (precio en Alemania) podemos hacernos con un S60 Polestar, mientras que por el modelo V60, mucho más popular y solicitado, tendremos que asumir prácticamente 70.000 euros. Con los nuevos modelos de Volvo, la clientela ha puesto el listón de exigencia mucho más alto. Ya no vale solo el diseño, la personalización o los detalles de equipamiento. También se exige potencia. Rendimiento. Deportividad. En realidad, es lo mismo que BMW hace con su programa M, Audi con los modelos Quattro o Mercedes con la gama AMG. Desde 2015, Volvo hace lo propio con su división Polestar (un programa de personalización destinado originalmente a la competición) ofreciendo una sustancial mejora del rendimiento al usuario particular gracias a actualizaciones específicas del software del motor.
Pero el software no lo es todo. También el hardware está sujeto a muchas mejoras, así que en estos S60 y V60 se ha optado por un turbo de mayores dimensiones, un árbol de levas optimizado y características de diseño especiales como un alerón o un nuevo difusor. Polestar también supone contar con una suspensión rebajada y con un tarado más firme, además de un sistema de escape más vigoroso y una pintura con una tonalidad tan característica que podría distinguirse entre un millón de azules.
Al igual que ocurre en todos los modelos de Volvo, las versiones Polestar también cuentan todas con motores de cuatro cilindros. Sin embargo, la potencia que se consigue sacar de ellos sube hasta los 367 cv, con 470 Nm de par disponible bajo el acelerador que permiten acelerar ambos modelos hasta los cien kilómetros por hora en tan solo 4,7 segundos.
En comparación con un S60 “normal” de 306 cv, son 1,2 segundos de diferencia. Sin embargo, en la velocidad máxima no hay diferencias, ya que tanto las versiones de calle como los Polestar están limitados electrónicamente a 250 km/h. En lo que respecta al consumo, las fichas técnicas hablan de 7,8 litros para el S60 y de 8,1 litros para el V60, un gasto que no es especialmente elevado si tenemos en cuenta el incremento de potencia. No obstante, el cliente que acude a un Polestar siempre estará más pendiente de la aguja del cuentarrevoluciones que del dato de consumo.
Perfecto a nivel dinámico
Lo que hace diferente a los Polestar frente a los S60 y V60 normales es su puesta a punto dinámica, un apartado en el que las mejoras son más que significativas. Siempre hay aceleración disponible bajo el pedal de aceleración y las recuperaciones para realizar adelantamientos son mucho más rápidas. A pesar de que la respuesta del chasis es mucho más firme, los baches e irregularidades del asfalto las sigue absorbiendo igual de bien que sus modelos de la gama normal. Por su parte, la transmisión automática de ocho marchas ha sido puesta a punto en el modo Sport para realizar las transiciones más rápidas y a un régimen algo más elevado. Tiene una función Curve Hold que permite asegurarse de que en plena curva está engranada la marcha más corta posible y así garantizar una salida rápida al finalizar el giro.
- Especificaciones: Volvo S60 / V60 Polestar T6 AWD
Longitud: 4.64 metros Anchura: 1.87 metros (con espejos: 2.10 metros), Altura: 1.48 metris, distancia entre ejes: 2.78 metros, volumen de maletero: 388 litros (Combi 460-1241 litros)
Motor: 2.0-litros gasolina, inyección directa, compresor y turbo, Transmisión automática de 8 marchas, 270 kW / 367 cv, par máximo: 470 Nm a 3100-5100 rpm, 0-100 km / h: 4.7 seg (V60: 4.8 seg), Vmax 250 km / h (electronicamente limitado), Consumo mixto: 7.8 litros / 100 kilometros (V60: 8.1 litros), CO2: 179 gramos / km (V60: 186 gramos / km), Normativa de emisiones: Euro 6, Precio en Alemania: desde 68,000 euros (V60: desde 69,600 Euros).
Como en todos los verdaderos deportivos, no podía faltar el modo Sport + para conseguir ir un paso más allá y desenmascarar el lado bruto de estos Polestar. Sin embargo, este modo no se puede activar pulsando una tecla directamente, sino que requiere parar el coche, colocar la palanca de cambio en la posición S, moverla hacia adelante y, al mismo tiempo, dar un toque en las levas del volante. Ahora es cuando el Polestar está preparado para darlo todo.
Conclusión
Estos modelos suponen el techo de gama de Volvo y son dos auténticas máquinas de diversión, comodidad y seguridad. Si los estrategas de la marca consiguen que la imagen de Volvo se parezca a lo que ofrecen estos Polestar, entonces la compra de la empresa experta en personalizar sus modelos está más que justificada.
No obstante, la pega de estos coches es que no tienen el sonido vigoroso y poderoso de un bloque de seis cilindros, pero en lo que se refiere a la dinámica, tanto el V60 como el S60 Polestar están a la altura de sus competidores de Neckarsulm, Munich o Affalterbach. Nuestra recomendación, si es que hay dudas, es la de decantarse por el modelo V60, el cual combina deportividad con un máximo beneficio de espacio para el día a día. Éste combi no sólo es dinámico y divertido, sino que también es muy bonito. El precio es 1.600 euros superior al S60, pero teniendo en cuenta que el sedán parte de los 68.000 euros, el incremento que supone el familiar apenas supera el 2% del total. Merece la pena sin dudarlo un segundo.
