Sin embargo, lo que ha sucumbido al espíritu de la modernidad es el verdadero sentido de un modelo familiar, es decir ofrecer un espacio orientado a las necesidades de toda una familia. Por el contrario, los apasionados de la dinámica estarán encantados con este vehículo. El V60 transmite modernidad a raudales. El nuevo modelo de la casa sueca se presenta potente y con una carrocería repleta de líneas dinámicas. Con luces de conducción diurna tipo LED, unas elegantes llantas de aluminio y una trasera similar a la de un coupé que le permite alejarse de la imagen tradicional del vehículo familiar preocupado por extraer el máximo valor útil al espacio. Los más tradicionalistas podrían extrañarse, puesto que antiguamente los modelos familiares de Volvo encarnaban precisamente este tipo de automóvil.
Las atractivas formas del nuevo V60 tienen como consecuencia una visibilidad restringida y un maletero más pequeño que tan sólo se puede ampliar de sus 430 litros, en posición normal, a 1.241 litros. Incluso en el segmento de los utilitarios podemos encontrar muchos familiares con mayor volumen de maletero. Al menos el nuevo V60 nos ofrece algunos extras útiles como la mampara de separación extraíble, soportes para bolsas, anillas de sujeción de carga, compartimentos adicionales debajo del piso del maletero y una superficie de carga plana o el banco trasero con un respaldo abatible en la proporción 40:20:40. Sin embargo, para abatir el asiento trasero es necesaria una palanca situada en el respaldo, ya que no es posible desbloquearlo a distancia desde el compartimento del maletero, algo que sería mucho más práctico. Además, el propio portón trasero sólo se puede abrir y cerrar manualmente.
Elegante y seguro
Al igual que la capacidad de carga, la oferta de espacio para los pasajeros tampoco resulta sobrecogedora, máxime si tenemos en cuenta sus 2,78 metros de distancia entre ejes. Los pasajeros de mayor envergadura tendrán que conformarse en los asientos posteriores con una escasa libertad de movimiento a la altura de las rodillas, aunque gracias la línea descendente del techo tendrán más suerte con el espacio a la altura de la cabeza. Por el contrario, el V60 deleita a los pasajeros de los asientos delanteros con un ambiente de clase superior, bien organizado y algo frío. Unas elegantes superficies blandas, buenos acabados y algunos toques nobles garantizan un ambiente acogedor del máximo nivel. Mientras que la zona en torno al volante está relativamente bien organizada, la consola central suspendida presenta una verdadera sobrecarga de botones. Lo que también resulta algo desconcertante es la lógica de manejo del navegador, completamente alejada de un uso intuitivo.
Sin embargo, el nuevo Volvo viene equipado con una gran cantidad de funciones y componentes tecnológicos. Junto con los típicos detalles de confort, como el climatizador, un sistema de sonido de gran calidad y el sistema multimedia con navegador, el V60 ofrece además diversos extras de seguridad. Entre ellos cabe destacar el sistema «City Safety» de serie, así como un nuevo sistema de detección de peatones, un sistema de control de ángulos muertos, un sistema de alerta de cambio involuntario del carril, un sistema que alerta a los conductores cansados o distraídos e incluso el Alcoguard. Éste último impide poner en marcha el motor si el conductor supera un límite de alcoholemia introducido por él mismo en el sistema. El arsenal de sistemas de seguridad inteligentes, así como los distintos asistentes eléctricos son cosas que desde hace años no pueden faltar en ningún modelo de la casa sueca. Así, al menos en el aspecto de la seguridad el nuevo V60 se mantiene consecuente con los valores tradicionales de la casa Volvo.
Nuevo nivel de diversión al volante
Por el contrario, el nuevo V60 entra en una nueva dimensión en lo que respecta a la diversión al volante. Con toda la razón la casa Volvo califica su diseño más reciente como el modelo más deportivo jamás fabricado a lo largo de sus ya 80 años de su historia. Pese a todas sus pretensiones dinámicas, la amplia gama de motorizaciones también presenta motores muy eficientes como el diésel de 1,6 litros y 115 CV, cuyo consumo supera por poco los 4 litros pero que no parece que vaya a proporcionar mucha diversión en cuanto a dinámica longitudinal. El límite superior lo marca un motor de gasolina de algo más de 300 CV con tracción integral de serie. Las variantes que nosotros probamos, el D3 y el T4, han logrado llegar a una excelente solución intermedia entre deportividad y eficacia.
Nuestra recomendación es el motor D3 de 163 CV con un par motor de 400 Nm. Este diésel de cinco cilindros ofrece una marcha suave y agradable junto con un impulso comedido. En la práctica, y pese al uso del sistema «Auto Stop» el consumo podría alcanzar los 7 litros, dado que su consumo homologado de 5,5 litros sólo refleja la realidad del banco de ensayos. En la carretera se suele correr algo más, sobre todo porque el diésel nos anima a ello gracias a su divertida capacidad de impulso.
El tiempo de aceleración es de 9 segundos, mientras que el límite de velocidad alcanza los 220 km/h. Sin embargo, en el caso del diésel molesta su evidente exceso de peso sobre el eje delantero, algunos efectos de la tracción sobre la dirección y un recorrido del embrague, a nuestro juicio demasiado corto, que en ocasiones provoca que los conductores menos doctos lleguen a ahogar el motor. Además, en el plano acústico el D3 no puede esconder su naturaleza diésel dentro de un habitáculo que, por lo demás, está bien aislado del ruido del viento.
Nuevas mecánicas gasolina
El motor de gasolina de 1,6 litros y 180 CV montado en el T4 presenta una marcha algo más suave. Este motor turboalimentado de inyección directa de gasolina reacciona de forma muy espontánea a las órdenes del pedal, aunque en ocasiones el cambio de doble embrague Powershift de seis velocidades parece no adaptarse muy bien a este carácter deportivo. Al menos, algunas veces el motor pone fin a la orden del pedal de aceleración con unos cambios algo bruscos y nerviosos. Sin embargo, gracias a su gran comodidad, a la ausencia de interrupción en la fuerza de tracción y a sus cambio cortos, esta caja constituye una excelente alternativa.
El propio motor T4 transmite muy buena vibraciones en cuanto al impulso, y eso pese a contar con un par motor de tan sólo 240 Nm y una cilindrada de 1,6 litros. Sin embargo, la casa Volvo no facilita ningún dato concreto sobre sus prestaciones y simplemente remite a un consumo homologado de 7,2 que nos parece algo bajo si tenemos en cuenta la potencia.
Un chasis rígido y una dirección excelente
Junto con sus potentes motores y el cambio de doble embrague, el reglaje del chasis también ofrece una agradable sensación de conducción. La dirección reacciona de forma igual de voluntariosa, el chasis es rígido pero cómodo y la carrocería es completamente a prueba de torsión. Sin embargo, y pese a su buen reglaje, sí hay que afrontar algunas deficiencias en el aspecto de la comodidad, aunque el V60 se muestra muy asentado en las curvas rápidas, no se balancea casi y sus límites permiten un amplio margen de maniobras.
Además, también resulta muy útil una de las subfunciones del ESP que frena ligeramente la rueda situada en el interior de la curva cuando el V60 llega al límite de sus posibilidades, de forma que el vehículo se muestra más maniobrable. Pese a todo, lo que sí hemos echado en falta es una mayor sensación de contacto directo con la carretera. Debido a la profusión de elementos tecnológicos de control, el conductor casi no se da cuenta de lo que ocurre en realidad entre la superficie y las ruedas.
Sus competidores
En este caso, Volvo ha tenido más en cuenta a los clientes sensibles al precio. Tradicionalmente, la casa sueca se posiciona por debajo de los modelos directos fabricados por las marcas alemanas de la competencia, algo que también ocurre con el V60. Su versión básica, es decir el T3 de 150 CV, cuesta 28.000 euros. Si uno se decanta por el Audi A4 Avant, el BMW Serie 3 Touring o el Mercedes Benz Clase C en su variante T con motores gasolina igual de potentes deberá pagar entre 2.500 y 6.000 euros más.
Además, a la versión básica del Volvo V60 no carece precisamente de equipamiento. Su equipamiento de serie ya incluye radio CD con pantalla a color, elevalunas eléctricos, climatizador bizona y la función «Auto Stop». Por supuesto, su equipamiento de seguridad es muy amplio y ofrece, junto a diversos airbags y al ESP con algunas subfunciones, la tecnología denominada «City Safety» cuyo objetivo es evitar colisiones en la circulación por ciudad. Volvo también pone a disposición de sus clientes algunos extras nuevos, tales como el sistema de detección de peatones (1.950 euros) o el cambio de doble embrague Powershift (2.100 euros).
Conclusión
La casa Volvo y los modelos familiares cuentan con una larga tradición. Y como no puede ser menos el V60 también hace gala de dicha tradición, al menos en lo que a la seguridad se refiere. Dentro de los segmentos de clase media podría decirse que la casa sueca es el referente y modelo a seguir en este aspecto. No obstante, en lo que respecta al volumen de carga del maletero el V60 podría desalentar a algunos compradores habituales de los modelos familiares de Volvo, ya que su capacidad máxima es casi una broma. La falta de capacidad útil del maletero ha sido la principal víctima que ha traído consigo una carrocería con unas líneas más bonitas, dinámicas y elegantes. Por contra, gracias a estas líneas Volvo ha logrado diseñar un automóvil mucho más dinámico cuya estética exterior, en combinación con sus potentes motores, ha logrado convencernos. Sin embargo, éste ha dejado de estar orientado a las necesidades de una familia.
- Nota importante: Las versiones y los precios reflejados en el texto corresponden exclusivamente al mercado alemán
