Además, este compacto cuenta ahora con una nueva estética offroad y con una lista de precios que también ha sufrido un fuerte incremento. Según la hoja de especificaciones el Volvo V40 Cross Country esa ahora cuatro centímetros más alto. Y de estos cuatro centímetros los pasajeros tan solo se benefician de algo más de tres. El resto corresponde a las barras portaequipajes, un complemento que junto con las protecciones de plástico y la placa protectora que lleva en las zonas bajas del frontal, lateral y trasera, logran una presencia más robusta. Umbrales de puertas más sólidos, un marco cromado en torno a la parrilla y nuevas luces de conducción diurna son algunas de las características más destacadas de este V40 adaptado para circular con mayor facilidad por caminos de tierra.
Sin embargo, cabe destacar que el V40 Cross Country no es un vehículo todoterreno propiamente dicho, algo que hay que tener en cuenta a la hora de abandonar la carretera y adentrarse en otros caminos menos transitables. Si bien el gasolina más potente de los dos disponibles –el T5 de 254 CV– se puede adquirir con tracción integral (el único con esta opción), con la nueva distancia al suelo este sistema de distribución de la fuerza a las cuatro ruedas hace que tano solo 1,2 de los 4 cm ganados resulten importantes, lo que hace que el Cross Country resulte solo un poco más «todoterreno» que el V40 normal.
Tracción integral solo con el gasolina superior
Que el V40 4WD sea capaz de superar a sus gemelos de tracción delantera al rodar sobre hielo o nieve seguramente no será muy importante para la mayoría de los futuros propietarios. De todas formas, Volvo estima que tan solo el 10% de los compradores de las 1.500 unidades que prevé vender en 2013 se decantará por la versión 4x4 y, por lo tanto, estará dispuesto a pagar los 35.780 euros que cuesta la versión más potente. Esto quiere decir que tan solo unas 150 unidades contarán con la tracción 4WD.
Además, los Volvo de tracción delantera tampoco presentan ninguna desventaja sobre pisos secos –a excepción del eje delantero del diésel más potente que en ocasiones se siente algo desbordado a la hora de arrancar. Sin embargo, para eso está el ESP, que elimina estas pequeñas deficiencias en un abrir y cerrar de ojos. Estamos seguros que incluso las ventajas puramente físicas de la tracción integral en curva solo llamarán la atención de los más versados, al fin y al cabo el V40 de tracción delantera también resulta sumamente ágil gracias a su suspensión rígida.
Importante sobreprecio
El grueso de los compradores del Cross Country seguramente se decidirán por uno de los tres diésel de tracción delantera. Entre todos los modelos de la casa, el porcentaje de ventas de los diésel asciende al 90%. Los clientes podrán elegir entre el D2 de 115 CV, 1,5 litros de cilindrada y un respetable par motor de 270 Nm –aunque con un consumo moderado (3,8 litros)– y dos cuatro cilindros de dos litros disponibles con 150 o 177 CV de potencia y 350 o 400 Nm de par motor, respectivamente. En estos casos el consumo se sitúa entre los 4,5 y los 5 litros.
En el caso de las dos mecánicas más potentes el cambio manual de seis velocidades se puede sustituir por una transmisión automática con el mismo número de relaciones, aunque con precio de 1.800 euros. Ese es exactamente el mismo sobreprecio que cobra Volvo por el Cross Country en comparación con el V40 normal, lo que eleva el precio de acceso del diésel menos potente a 26.780 euros. Demasiado dinero por un par de piezas adicionales y un poco más de altura con respecto al suelo, aunque el fabricante sueco parte de la base de que el cliente sabrá apreciarlo. Según sus cálculos, casi el 20% de los compradores del V40 estarían dispuestos a hacer un esfuerzo adicional en el precio.
Conclusión
Lo que logrará que los futuros compradores inviertan más dinero en la adquisición de un Volvo40 Cross Country será, sin lugar a dudas, una cuestión de imagen. En la actualidad el carácter «todoterreno» está de moda, aunque se trate de una mera fachada, y precisamente los más urbanitas se suelen sentir más seguros con esta aparente robustez. Su posición de conducción ligeramente más elevada también gustará al público, si bien su repercusión en términos prácticos resulta casi nula. Pero da lo mismo, el caso es que uno se siente más alto y eso es lo que cuenta.
Es cierto que la tracción integral no resulta realmente necesaria y por ese motivo tampoco tiene una importancia excesiva en el cómputo global, como también lo es que solo está disponible para el T5. Sin embargo, y seguramente también por motivos de imagen, es posible que algún que otro comprador se sienta atraído por la simple idea de rodar con tracción a las cuatro ruedas y ese hecho sirva para sacarle unos euros más. Como también es posible que Volvo se lo piense dos veces y dentro de poco comercialice un diésel 4WD.