Casi 25 años después, el Principado de Mónaco vuelve a ser la meta de una presentación, con la sola diferencia de que el hotel ya no se llama Loews, sino Fairmont, y que el buque insignia de Volvo responde ahora al nombre de S80. La verdad es que el S80 no llama la atención en Montecarlo. Entre tanto Rolls Royce, Bentley y Maybach, esta berlina imponente de 4,85 metros de longitud pasa bastante desapercibida. En Alemania la cosa cambia: ya sólo por su presencia poco habitual, este modelo sueco de dimensiones respetables es el objeto principal de atención si es que llegamos a verlo, porque en 2008 Volvo sólo consiguió vender allí 900 vehículos. Un lavado de cara discreto y, sobre todo, dos nuevos motores diésel pretenden impulsar las ventas.
Sigue siendo el mismo
Las modificaciones en la carrocería sólo son apreciables para los verdaderos entendidos en Volvo. Se trata más que nada de retoques estéticos como la nueva parrilla del radiador con un logotipo de mayor tamaño, las entradas de aire modificadas y el faldón trasero cuidadosamente retocado, que hacen que el S80 parezca más bajo, más ancho y más elegante. La elegancia en el interior la aportan más elementos en cuero y cromo.
El argumento de mayor peso para comprar este Volvo modificado son, sin lugar a dudas, los nuevos motores diésel de 2,4 litros: uno completamente nuevo y el otro optimizado en cuanto a la potencia y el consumo. El nuevo sustituye al antiguo D5 del mismo tamaño y responde al mismo nombre. Con 205 CV y 420 Nm, supera en 20 CV y 20 Nm a su antecesor.
Aceleración potente
Nada más alcanzar las 1.500 vueltas se alcanza la potencia máxima en el cigüeñal, que permanece constante hasta las 3.300 vueltas. La respuesta del turbo llega sin retraso alguno. Tras una milésima de segundo sube de revoluciones con fuerza y empieza la diversión. La amplia gama de revoluciones permite, además, una conducción relajada en cuanto al cambio a aquellos conductores que no se hayan decidido por la transmisión automática de seis velocidades, suave aunque algo lenta.
El automático es obligatorio, sin embargo, si se encarga la tracción total, que para los diésel sólo está disponible con el nuevo motor superior. Al medio litro más de consumo del cambio automático frente al manual, hay que añadir 0,6 litros más de diésel cada 100 kilómetros con la tracción total, con lo que el consumo medio pasa de 6,2 a 7,3 litros. Así y todo, los ingenieros han conseguido reducir el consumo con respecto al de su antecesor más débil.
Más rápido y económico
La segunda novedad, el 2.4D modificado, estará disponible a partir de junio de 2009 con 12 CV más de potencia. Más incluso que de los 175 CV actuales, sin embargo, el Volvo disfruta sobre todo del aumento de par de 340 (como en el D5) a los 420 Nm de ahora. No obstante, esta potencia no se alcanza por completo como antes a 1.500 vueltas, sino 250 vueltas más tarde. Así y todo, el S80 gana con la optimización 0,6 segundos en el sprint estándar y consume, además, medio litro menos que antes.
El lavado de cara no ha afectado a los dos motores diésel de cuatro cilindros con 1,6 y 2,0 litros de cilindrada (109 y 136 CV) ni a los de gasolina, con un espectro de potencia que va desde los 145 hasta los 315 CV. El motor de gasolina de entrada a la gama funciona tanto con el combustible de Otto como con etanol. El menor de los diésel sale de fábrica como modelo DRIVe de consumo optimizado y promete un consume medio inferior a los cinco litros.
Chasis deportivo a la carta
Los que consideren el confortable chasis del Volvo demasiado blando, podrán optar en el futuro por una versión deportiva más firme por 890€. La carrocería unos dos centímetros más baja posibilita, junto a la suspensión más dura y la dirección más precisa, un mejor comportamiento dinámico, sobre todo en combinación con la tracción total. Lo que no puede obviarse es el peso: con hasta 1,9 toneladas de peso (según la motorización), el Volvo tiende a inclinarse de forma obvia en las curvas.
Volvo aún no se ha pronunciado acerca de los precios para los nuevos S80, que se podrán encargar a partir de abril. El D5 de 205 CV de potencia podría tener un precio inferior a los 40.000€ y el mejorado 2.4 D podría costar menos de 38.000€, con lo que ambos modelos serían ahora 1.500€ más caros que antes. El suplemento de precio para la tracción total en el D5, por el contrario, sigue siendo de 2.500€. Los nuevos vehículos estarán disponibles a partir de junio.
Conclusión
El Volvo S80 siempre ha sido la alternativa confortable de la clase media superior. Gracias a los nuevos y potentes motores diésel y al chasis deportivo opcional, ahora gana en atractivo para los conductores que busquen una conducción más dinámica. Las faltas de este modelo sueco siguen siendo la poca visibilidad que permite su carrocería y su diámetro de giro relativamente amplio.
Traducción: María Dolores Lozano