La cuarta generación del Golf R está controlada a las mil maravillas por un sistema de tracción total Haldex y por un setup especial de conducción increíblemente divertido. Un lago congelado en medio de la nada es el sitio perfecto para exprimirlo al máximo, y hasta allí nos hemos ido. Este lago está situado muy al norte, en la región sueca del Condado de Norrbotten, y más concretamente en la pequeña ciudad Arvedsjaur. Una región que desde Múnich está más lejos incluso que África y en la que estadísticamente sólo hay un ser humano por kilómetro cuadrado. A pesar de la soledad de este lugar, en invierno se produce un verdadero ‘boom’ de población, ya que los ingenieros de la industria automotriz llegan en manadas para ajustar los futuros modelos de coches que pasarán a producción. A este duro pero apasionante trabajo a veces se unen periodistas y clientes, quienes viven una experiencia límite e inolvidable. Nosotros hemos sido uno de los afortunados.
VW ha obtenido unos resultados bastante buenos con el sello R tanto en el Golf como en el Scirocco y, por tanto, la llegada de una variante superdeportiva para la séptima generación de este compacto era cuestión de meses. En este punto donde es necesario tirar de árbol genealógico es necesario señalar que el “R” que ahora llega está basado en la séptima y última generación del Golf, mientras que el Scirocco R actual se basa en el Golf V y que el Golf R Cabrio es una variante del Golf VI.
Así las cosas, el Golf VII ha marcado técnicamente un salto importante de nivel, lo cual le ha hecho traer innovaciones con mucho más poder. Lo más importante es que se utilizado la matriz modular para su fabricación y que esto ha llevado a una notable reducción de peso. Así, con respecto al Golf VI R, el proceso de adelgazamiento se ha desprendido de nada menos que 45 kg.
4,9 segundos
El conocido pero revisado motor de dos litro TSI ahora rinde 300 cv y tiene un rendimiento mucho más preciso. Este bloque proporciona un dato de par motor grandilocuente, concretamente de 380 Nm entre 1800 y 5000 vueltas. Toda la fuerza está administrada por una transmisión automática DSG de doble embrague junto a la tracción total tipo Haldex. Con esta configuración, el Golf R tarda menos de cinco segundos (4,9) en pasar de 0 a 100 y llegar sin ningún esfuerzo a la velocidad limitada electrónicamente (250 km/h).
Para obtener una respuesta muy espontánea y siempre potente del motor se puede activar el modo deportivo, que ejecuta un Launch Control para sacar el máximo empuje posible desde parado. Sólo con el control de lanzamiento para la versión DSG se puede conseguir el dato de aceleración de 4,9 segundos. Si no, el tiempo para realizar el sprint es al menos dos décimas más lento.
Dirección muy fina y progresiva
Además, hay otras ayudas electrónicas más allá del ESP y el ABS, como la dirección progresiva de serie, que permite llegar desde la posición central hasta el tope de uno de los lados con sólo una vuelta. Un Golf convencional necesita casi tres vueltas de volante. Con este equipamiento, dependiendo del ángulo de dirección, de la velocidad de la rueda y de la posición del pedal del acelerador se ejerce una mayor asistencia sobre el volante. En el caso de la tracción, la transferencia “estándar” se hace a las ruedas delanteras. Una vez sobre el hielo comprobamos como en el Golf R es perfectamente posible desactivar completamente el control de estabilidad, aunque siempre se recomienda permanecer en el modo más dinámico que permanece alerta en caso de superar los límites de la adherencia. .
También optimizado para el uso de asfalto
El enorme poder del Golf R viene acompañado por el ronco sonido de sus cuatro salidas de escape. Sin embargo, a pesar de su “primer vistazo” algo macarra, el Golf R es también un vehículo increíblemente bondadoso y fácilmente manejable, incluso sobre terrenos complicados como el hielo. El Golf R es un coche muy rápido tanto en dinámica longitudinal como transversal, bien por la cantidad de ayudas que tiene como por la excelente configuración del chasis. En esto es especialmente útil el diferencial autoblocante electrónico XDS, que hace pequeñas intervenciones de frenado en las ruedas interiores para mejorar la estabilidad y la tracción al acelerar en plena curva. Además, le da al comportamiento del Golf R una alegría que debe permanecer visible en todo momento.
El precio de salida del Golf R es de 39.230 euros para la versión manual de tres puertas, con la que también se consigue un increíble nivel dinámico. Para la opción DSG el coste es casi 2.000 euros superior, pasando a cambio de un consumo de combustible de 7,1 litros a 6,9.
Alternativas
Los que piensen que el VW Golf R es demasiado caro o demasiado sediento siempre pueden decantarse por un eslabón inferior, como el Polo R de 250 cv que llegará en un futuro más bien cercano. Si por el contrario 300 cv no son suficientes, siempre podemos esperar a que aparezca una versión RS, con la que VW pretende hacer frente a los 365 cv del Mercedes A 45 AMG.
300 cv y 380 Nm no nos han impresionado, ya que son cifras que en el mundo del periodismo de motor se manejan con relativa frecuencia. Sin embargo, si estas cifras se ponen en conjunto con una suspensión y ajuste de la dirección realmente eficaces, así como la facilidad para ser controlado en condiciones tan adversas como el hielo, al final se consigue tener un gran recuerdo del Golf R.
