Existe un componente de respeto hacia las formas originales, una especie de culto obligado a sus creadores y un cometido principal de insertar sensaciones de antaño en un mundo en el que ya sólo interesa lo tecnológico. Sin embargo, hoy en día todo lo que huela a retro está de moda. Los grupos de rock vuelven a editar sus álbumes en vinilo, las cámaras Leica resultan a muchos más atractivas que las réflex digitales y las gafas de pasta cuanto más grandes, mejor. El nuevo Beetle es otro ejemplo de esta tendencia. Volkswagen, igual que Fiat con el 500 o BMW con el MINI, conseguirá devolver a los conductores algo que parecía perdido por completo, la esencia en un automóvil. Éste nuevo Beetle (que no New Beetle), llegará al mercado en octubre habiendo cumplido el objetivo de sus diseñadores. Ha respetado los patrones originales de 1938, ha conseguido una dinámica realmente deportiva y sobre todo ese “feeling” que tanto se echa en falta en los modelos del siglo XXI. Por dentro y por fuera.
Una simetría rota
La generación anterior del Beetle (1998-2011) podía distinguirse perfectamente desde una vista lateral por la simetría que formaban sus tres característicos semicírculos, uno más grande para el techo y otros dos menores para los pasos de ruedas. Esto le confería el aire elegante y femenino que le ha hecho triunfar, era urbano y cosmopolita pero, al mismo tiempo, la falta de aerodinámica en estas complicadas formas anulaban cualquier pretensión deportiva.
Sin embargo, se puede decir que esto ya es una página pasada dentro del libro de Volskwagen. El nuevo Beetle ha modificado considerablemente sus formas, sus pretensiones y también sus dimensiones (ver ficha técnica). Y es que estamos ante una carrocería muy diferente en todos los sentidos: es 8,4 cm más ancha, 1,2 cm más baja y 15,2 cm más larga. Un nuevo esquema (cómo no redibujado por Walter Da Silva) que ha permitido elevar la tensión del techo, retrasar el parabrisas y alargar el capó trasladando así el peso visual al eje trasero, justo como si de un Porsche 911 se tratara. Todo un aviso de intenciones.
Espacio y puesto de conducción
Por dentro, el nuevo Beetle no difiere demasiado de cualquier otro modelo reciente de la marca, y esto es algo que puede desilusionar a los que lógicamente busquen detalles retro dentro de su habitáculo. Según la versión elegida, los elementos más innovadores pueden ser un panel frontal del color de la carrocería, un conjunto de relojes sobre el salpicadero que deben pagarse aparte y una guantera similar a la del Beetle original cuyo máximo atractivo es que se abre hacia arriba. A todo esto, los materiales de la versión Sport son principalmente plásticos duros que, eso sí, están camuflados con una imitación de fibra de carbono bastante bien resuelta.
El conductor, en su primera toma de contacto, notará rápidamente que el volante achatado es más fino de lo normal en Volkswagen y que la posición de conducción resulta demasiado deportiva si lo comparamos con su predecesor. Además, se puede regular con total libertad la profundidad y la altura del volante, el asiento del conductor puede rebajarse todo lo que se quiera y se agradecerán los asientos deportivos con cuero (2.400 euros), que sujetan a la perfección sin molestar y además son muy cómodos.
En la parte trasera, éste cuatro plazas también ha crecido notablemente en cuanto a capacidad de su maletero y ha pasado de los 210 a los 310 litros, una cantidad que ahora sí permite realizar viajes con dos maletas de gran tamaño. La tarea es además sencilla porque la boca de carga queda bastante baja y el ancho es de casi un metro. Desde luego, resulta mucho más práctico que antes.
En el momento de su lanzamiento, el Beetle podrá asociarse únicamente a dos motores de gasolina, éste 2.0 TSI de 200 cv asociado obligatoriamente al DSG y un 1.2 TSI de 105 cv. Todos aquellos interesados en motorizaciones intermedias, más posibilidades para elegir transmisión o alternativas diesel, tendrán que esperar como mínimo hasta las primeras semanas de 2012. Entonces se lanzarán los propulsores 1.4 TSI de 160cv, el 1.6 TDI de 105 cv y el 2.0 TDI de 140 cv. Al mismo tiempo, todos y cada uno de estos cinco motores podrán ofrecer libremente el cambio manual o el automático de doble embrague.
Así, con el motor de acceso y el paquete básico “Design”, el Beetle ofrece un precio de lanzamiento de 21.120 euros, lo cual no resulta demasiado si valoramos todo el equipamiento que incluye de serie: climatizador bizona, control de crucero, llantas de 17” pulgadas, volante multifunción con piel, cargador de 6 CDs, tomas auxiliares, una pantalla táctil de 6,5 pulgadas y algunos elementos de seguridad importantes como el asistente de arranque en pendiente.
En el otro lado, el 2.0 TSI resulta indudablemente la opción más divertida pero también mucho más exigente para el bolsillo. Su precio de salida con el paquete Sport es de 28.310 euros, y a cambio se incluyen los asientos deportivos (con una excelente sujeción), el atractivo spoiler trasero, pinzas de freno pintadas en rojo, pedales de aluminio y el diferencial electrónico XDS. Sin embargo, equipar hasta arriba esta versión puede resultar realmente caro, ya que habría que añadir 2.400 euros por una tapicería de cuero y unos faros bixenón con iluminación diurna, 440 por el chasis deportivo, otros 1.300 por el techo panorámico y otros 930 euros por el navegador integrado. En total, y si añadimos uno de los exclusivos diseños para las llantas de 18 o 19 pulgadas, el Beetle más potente y equipado se acercará sin problemas a los 35.000 euros.
Todo un GTI bajo el capó
Durante la toma de contacto por las calles y alrededores de Berlin, Volkswagen puso a nuestra disposición la variante más potente del nuevo Beetle. Se trata del mismo propulsor que equipa el Golf GTI, un dos litros sobrealimentado con 200 cv (11 menos que en el Golf) cuyas virtudes se han trasladado a este viejo conocido sin mayores dificultades. En general, éste presenta una aceleración contundente aunque más moderada ofreciendo consumos bastante contenidos para este nivel de potencia y un nivel de diversión elevado, al menos en autopistas y carreteras sin demasiadas curvas. Con este potente motor, el Beetle se permite firmar una aceleración de cero a cien más que aceptable (7,5 segundos) aunque abre una brecha importante si lo comparamos con el Golf GTI (6,9 segundos).
Datos técnicos
Marca y modelo | Volkswagen Beetle | |
---|---|---|
Versión | 2.0 TSI 200 cv DSG | |
Especificaciones | ||
Longitud/anchura/altura (mm) | 4278 / 1808 / 1486 | |
Distancia entre ejes (mm) | 2.537 | |
Diámetro de giro (m) | ||
Peso (kg) | 1.364 | |
Volumen del maletero (l) | 310 / 905 | |
Neumáticos de serie | 215/55 R17 | |
Motor | ||
Cilindrada (cc) | 1984 / 4 en línea | |
Potencia (cv) | 200 a 5.100 rpm | |
Par máximo (Nm/rpm) | 280 / 1.700-5.000 | |
Tracción | Delantera | |
Transmisión | Automática de doble embrague, 6 velocidades | |
Consumo | ||
Combustible | Gasolina | |
Urbano/Carretera/Combinado (l/100km) | 10,3 / 6,1 / 7,7 | |
Emisiones CO2 (gr/km) | 179 | |
Consumo durante test (l/100km) | N.D | |
Características | ||
Aceleración 0-100 km/h (s) | 7,5 | |
Recuperación 80-100 km/h (s) en 4ª | N.D | |
Capacidad depósito (l) | 55 | |
Velocidad máxima | 223 | |
Precio (sin extras ni descuentos) | ||
Euros | 28.310 | |
Equipamientos extras disponibles | ||
Más datosMenos datos |
Más discreta es la diferencia en cuanto a consumos. El Beetle 2.0 TSI equipado con cambio DSG promete un consumo de 7,7 litros, una cifra ligeramente superior a la del Golf, que con una mejor aerodinámica y algo menos de peso puede contener esta cifra hasta los 7,4 litros. No es mucho si observamos la diferencia con la otra versión disponible durante el lanzamiento, el 1.2 TSI de 105 cv, que apenas desciende de los seis litros. Ninguna de estas motorizaciones, por cierto, puede ir asociada a un sistema de parada o arranque automáticos del motor.
Opcionales interesantes y asequibles
Sin embargo, hay detalles sensacionales que no resultan demasiado caros. Por ejemplo, Volkswagen ofrece por 140 euros un pack de tres relojes sobre el salpicadero que miden la temperatura del aceite, la presión ejercida por el turbo y un práctico cronómetro. En realidad, la información que ofrecen no es demasiado útil, pero confieren un aire deportivo excepcional al puesto de conducción. Sobre todo aquellos que se decanten por el motor 2.0 TSI de 200 cv deberían acompañarlo de este extra.
Otro de los caramelos más tentadores en este Beetle corre a cargo del equipo de audio. Volkswagen ha recurrido al legendario fabricante de guitarras y amplificadores Fender para desarrollar un potente equipo de 400W, en el que se incluyen un amplificador de diez canales y 9 altavoces repartidos por el habitáculo. Según sea nuestra versión - Design o Sport -, el precio será de 585 o 485 euros respectivamente. Sólo porque ningún otro coche en el mercado puede equipar un sistema de audio de este genial fabricante, la inversión ya merece la pena.
Por último, el cliente tiene la posibilidad de elegir el nombre con el que bautizar su Beetle. Pueden elegir entre todos los apodos utilizados internacionalmente (Escarabajo, Beetle, Vocho, Coccinelle, Maggiolino, Fusca, etc) o sencillamente, llamarle Volkswagen.
Dos ediciones limitadas
El primer impulso de las ventas se logrará gracias a las dos ediciones especiales que Volskwagen tiene preparadas. Son 60 unidades destinadas al mercado español denominadas Black Turbo o White Turbo, que han sido personalizadas previamente con inscripciones en las estriberas, llantas de diferentes diseños según la carrocería y detalles como el volante, el salpicadero o los reposabrazos, que irán en el mismo color de la carrocería.
Resumen
Volkswagen ha conseguido trasladar parte del espíritu GTI a todo un icono en el mundo del automóvil. El aspecto del nuevo Beetle, fabricado en México, será seguramente capaz de robarle multitud de miradas a su principal rival, el MINI. Aunque no cuenta con el arsenal de equipamientos, detalles y accesorios de éste, el Beetle ofrece una excepcional alternativa con espacio en el habitáculo, un maletero por fin aprovechable y un motor tope de gama que no decepcionará a nadie. Potente, divertido y eficiente. Bravo, una vez más.