No obstante, la marca vuelve a refugiarse en un oasis de positivismo dentro de este ambiente turbio, en el que no podía haber nada mejor que presentar que una renovación del Swift Sport. Aunque algunos han esperado más de la cuenta, este baluarte de la deportividad concentrada sigue contando con fieles seguidores por todo el mundo. A ellos van dirigidos sus cambios principales: mejor conducción, más potencia y menos consumo.
Aunque éstos son los tres condicionantes principales, el nuevo Swift Sport convence más que nada por la bonita preparación estética aplicada a su única carrocería de tres puertas. Igual que antes. Lejos de ser un deportivo radical como un VW Polo GTI o un Skoda Fabia RS, el japonés cuenta con un amplio programa de diseño que podría estar al nivel de éstos si el físico fuese la única condición a juzgar. Gracias a las nuevas medidas del Swift (3,89 metros) la parrilla ha podido ensanchar el músculo, el frontal se ha vuelto más anguloso, se han añadido llantas aligeradas de 17” construidas en aluminio y se ha dado más notoriedad al alerón y al difusor trasero con la salida de escape doble. Un envoltorio que no hace otra cosa que avisar del dulce caramelo escondido bajo el capó.
Interior más completo
Dentro del habitáculo, la puesta a punto del interior también ofrece detalles que se agradecen, sobre todo porque no caen en la exageración típica de las versiones deportivas. Pedales terminados en acero inoxidable, asientos deportivos con un excelente agarre lateral y costuras “Sport” en rojo, volante ergonómico en cuero también con pespuntes de este color y embellecedores más grandes para el cuadro de instrumentación son las principales diferencias que encontrará cualquier propietario de cualquier Swift “de gama”.
La calidad general es aceptable. Hay más plástico del que desearíamos en algunas zonas (como los paneles de las puertas), pero el salto general con respecto al modelo anterior es muy considerable. Con la mecánica mejorada, la transmisión ha añadido una sexta marcha más que necesaria y el ordenador de a bordo ya muestra de una forma decente la información más básica. Gracias también a las nuevas medidas del Swift, en las que hay 50 mm más de distancia entre ejes, los ocupantes de la banqueta trasera podrán viajar un poco más cómodo que hasta ahora.
Más potencia, más par, menos consumo
Toda esta preparación tiene el único sentido de acompañar el replanteamiento que Suzuki ha realizado en el motor 1.6 atmosférico, conocido a nivel interno como M16A. Los ingenieros han mejorado el empuje de las válvulas, han mejorado la fase de admisión variable del aire y sobre todo han logrado una mejor eficiencia dentro de cada uno de los cuatro cilindros del bloque. Así, lo primero de lo que puede presumir éste nuevo Swift es de haber logrado reducir el nivel de consumo hasta los 6,4 litros (7,0 en el anterior) y las emisiones desde los 165 hasta los 147 gramos de CO2 habiendo mejorado en 11 cv la cifra de potencia. Si lo comparamos con sus rivales no podemos decir que sea un prodigio de la eficiencia, pero desde luego los datos ahora sí se acercan a la media del mercado.
En el volante, estas modificaciones se traducen en una mayor elasticidad apreciable en bajas revoluciones (el par es ahora de 160 Nm), una progresividad más enérgica en cualquier parte del régimen y un sonido que, aunque ahora no llega a colarse tanto en el interior, es algo más vivo y refinado. El “punto dulce” del coche se amplía ahora desde las 4.000 vueltas hasta prácticamente el corte de inyección, fijado en 7.000 rpm. También influye gratamente la introducción de la sexta velocidad, principal responsable de que ahora se circule de forma más desahogada en autovía y se consuma menos combustible. Nuestro ordenador de a bordo reflejó en la toma de contacto una cifra muy cercana a los 8 litros, aunque eso sí exprimiendo gran parte de su potencial.
En el apartado de prestaciones hay que tener en cuenta que el Swift Sport apenas supera la tonelada de peso (1.045 kilos), habiendo engordado sólo 15 kilos a pesar de las mayores dimensiones y equipamiento. Por tanto, la ficha técnica ha podido actualizarse a mejor y ha dejado una aceleración dos décimas más rápida (8,7 segundos) aunque con algo menos de velocidad punta (195 km/h frente a los 200 km/h de la anterior).
Mejor control
Algo que siempre ha caracterizado a este modelo ha sido su gran capacidad para afrontar tramos revirados con una gran soltura. En esta generación este aspecto ha sido uno de los ejes principales, y para mejorar el control y la dinámica se ha apostado principalmente por reforzar el brazo de la suspensión trasera, que provoca una mejora apreciable en apoyo en curva y una estabilidad mayor a altas velocidades. Se nota claramente porque el coche es más fácil de controlar y meter en trayectoria una vez apoyado, y porque el mismo apoyo se realiza de forma más homogénea sobre las cuatro ruedas. No hay reacciones imprevisibles, el coche frena de forma equilibrada y la información transmitida desde las ruedas al volante es muy completa.
Dentro de este apartado, se ha retocado también la rigidez en los muelles delanteros, se ha conseguido una dirección más precisa y el balanceo de la carrocería en apoyo es un 15% menor si lo comparamos con cualquier otro Swift de la gama. En este aspecto, las llantas de 17 pulgadas sobre neumáticos 195/45 contribuyen a una sensación de rigidez al volante que no afecta a la comodidad. Por cierto, Suzuki ha conseguido ahorrarse al menos un kilo en cada llanta con un nuevo proceso de fabricación en la que se reduce la masa de flexión y se da mayor agilidad y precisión a las demandas sobre la dirección.
Bien posicionado en el mercado
El nuevo Suzuki Swift estará en venta desde el próximo mes de Enero. Suzuki pedirá por él 15.995 euros tras aplicarle la pertinente promoción, pero la cifra no es completa ya que hay que sumarle los gastos de matriculación y de transporte.
Con este precio, que es similar el del modelo anterior a pesar del aumento de potencia, el nuevo Sport se sitúa en un nivel intermedio dentro de sus rivales más directos, siendo ligeramente más caro que el Ford Fiesta 1.3 de 133 cv o que el Fiat Punto Evo 1.4T 135 cv MultiAir. Por el contrario, seguirá siendo mucho más asequible que un Alfa Mito 1.4T también con 135 cv o que el nuevo Hyundai Veloster 1.6 GDI Sport, que supera ampliamente la barrera de los 20.000 euros.
A la hora de valorar el coste es necesario tener en cuenta que el equipamiento ofrecido de serie es el más completo posible, y que no hay extras que puedan comprometer la factura final. En esta dotación se incluyen 7 airbags, climatizador, faros de xenón, llantas de aluminio de 17”, volante multifunción, botón Start/Stop, puerto USB, cristales tintados y control de crucero, entre otras cosas. También es importante recordar que el control de estabilidad, que antes sólo estaba incluido en ésta versión Sport, es de serie ahora en toda la gama Swift.