Sin embargo, para reavivar unas ventas vendidas a menos en los últimos años, los especialistas en 4x4 han decidido apostar por una imagen más fresca y moderna. Una de las primeras muestras de esta renovación emocional es el SUV compacto XV, un automóvil a la altura de nuestras expectativas.
Aunque Subaru comercializa el XV como serie independiente, la realidad es que se trata de una variante elevada en altura de la nueva generación Impreza que llegará a los mercados en 2012. La idea es que este modelo compacto y robusto compita en la misma categoría que el Nissan Qashqai y el VW Tiguan, pero a pesar de la elevación del chasis y de los revestimientos negros de los pasos de rueda, este Subaru no parece realmente un SUV, sino más bien un compacto con una distancia al suelo especialmente generosa y unos revestimientos particulares. Si bien la pintura naranja brillante y las llantas de 17 pulgadas lacadas en negro ya resultan de por sí bastante llamativas, por lo demás el XV no es capaz de deshacerse del todo de una apariencia relativamente sobria que sus 4,50 metros de carrocería intentan esconder.
El interior sorprende por su generoso espacio. Un acceso cómodo y una oferta de espacio impecable, así como unos asientos cómodos y bien acolchados son algunas de las cosas que esperan a los ocupantes de las plazas delanteras al entrar en él. Las tapicerías no sólo se ajustan a la perfección al contorno de los asientos, sino que además son bonitas y tienen un tacto excelente. Gracias a las puertas traseras de serie, el acceso a esa zona también resulta cómodo y una vez dentro sorprende su sobresaliente libertad de movimiento a la altura de las piernas, bastante superior a la media. Lo único que se presenta algo más restringido es el espacio en la zona de los pies debido únicamente al túnel de transmisión.
Un maletero aceptable
El maletero bien revestido del XV también ofrece un acceso cómodo y fácil, gracias a un portón trasero de generosa apertura hacia arriba. Sin embargo, para llegar hasta el piso de este compartimento de 380 litros de capacidad cualquier bulto tendrá que superar primero un plano de carga algo elevado. Con dos sencillas maniobras se puede abatir el respaldo del asiento trasero en la proporción 60:40, de forma que el volumen del mismo aumenta hasta los 1.270 litros. Cifras nada desdeñables para un compacto, pero algo modestas para un SUV. Un gran compartimento de almacenamiento adicional situado debajo del piso del maletero, anillas de amarre y una cubierta enrollable son algunos de los componentes que completan el equipamiento de esta zona.
El puesto de conducción del XV se muestra ordenado, aunque bastante sobrio, predominando en todo momento el color negro. Los acabados son muy buenos y, además, las superficies blandas del salpicadero logran dar una impresión de alta calidad, pero sin llegar al refinamiento, por ejemplo, del interior de los modelos DS de la marca francesa Citroën. La consola central bien organizada ofrece algunos compartimentos prácticos y en su parte superior aluminio cepillado de color negro que, junto con el indicador digital de la radio de serie, recuerda al estilo de los sistemas de audio japoneses de los años 90.
Elegancia contenida
Aquellos que prefieran el ambiente selecto y cuidado de Audi, con esa sobrecarga de inserciones cromadas y botones por todo el salpicadero, seguro que no terminarán de encontrarle la gracia al interior del XV, pero lo cierto es que el hecho de que los diseñadores se hayan centrado en las funciones más importantes resulta realmente agradable. La pantalla a color situada en la parte superior de la consola central –y reservada a las líneas de equipamiento superiores– parece incluso un cuerpo extraño, razón por la cual a nosotros nos gustó mucho más la versión más espartana con indicadores monocromo del equipamiento básico y que, además, es mucho más barata.
Solo la versión superior «Executive Plus» (31.000 euros) cuenta con sistema de acceso y arranque sin llave con el que el motor arranca pulsando un simple botón. Este equipamiento va ligado únicamente a la variante diesel 2.0D de 147 CV, mientras que la oferta de motores de gasolina la conforma un motor bóxer con una potencia básica de 114 CV y una versión superior de dos litros y 150 CV.
Excelente diésel
Subaru cree que aproximadamente el 50% de las ventas del XV recaerán sobre la versión diésel, una motorización que sabe convencer gracias a su suavidad de marcha, su chispa, su par motor fulminante y sus cifras de consumo adecuadas. Además, el principio bóxer le da a esta mecánica un toque deportivo, aunque en este caso el rango de revoluciones es también corto –como en todos los diésel– y más allá de las 4.000 vueltas en lugar del enérgico empuje del turbo lo único que se percibe un gran estruendo.
Al arrancar el efecto turbo es sorprendentemente corto, a partir de las 1.500 revoluciones el cuatro cilindros de 2 litros comienza a entregar toda su fuerza y su par motor de 350 Nm proporciona un excelente empuje. El tiempo de aceleración del XV de 1,5 toneladas de peso es de 9,3 segundos y la velocidad máxima de casi 200 km/h. A la vista de las prestaciones y de la tracción integral permanente, un consumo homologado de 5,6 litros es una buena cifra, aunque para no faltar a la verdad debemos decir que en la práctica este valor se incrementa en más de dos litros.
Un gasolina básico muy vivo
Si el diésel (a partir de 27.500 euros) resulta muy caro uno se puede decantar tranquilamente por el gasolina básico de 1,6 litros, disponible desde 19.900 euros. Si bien en la zona intermedia del rango de revoluciones el cuatro cilindros –también 4x4– se muestra algo débil, más allá de las 3.000 vueltas se perfila como un propulsor vivo y agradable de conducir que impulsa al XV en 13 segundos hasta los 100 km/h y le permite alcanzar los 180 km/h. El régimen de giro útil es sorprendentemente amplio, pudiendo dejar la mayor parte del tiempo la palanca de cambio en entre las posiciones dos y cinco, ya que este motor de sonido profundo gira sin dificultad hasta superar las 6.000 revoluciones, y eso sin mostrarse agobiado. Además, esta mecánica equipada de serie con sistema automático de parada y arranque firma un consumo teórico bastante eficiente (6,5 litros).
El motor más potente en términos nominales es el 2.0i, aunque con unas prestaciones que incluyen un tiempo de aceleración de 10,5 segundos y una velocidad máxima de 187 km/h no logra superar al diésel. Además, con siete litros de consumo homologado se trata de la variante menos eficiente de las tres, a la que también habría que sumar un suplemento de dos litros en circunstancias normales.
Diversión al volante y confort
De lo que sí puede presumir el XV es de un chasis bien tarado y de un comportamiento en circulación seguro sobre superficies difíciles. A lo largo de las diferentes pruebas de conducción a las que sometimos a este nuevo SUV, la tracción integral permanente demostró ser muy útil sobre pisos nevados. En combinación con un ESP bastante sensible –y que se puede desactivar pulsando un botón–, el XV avanza de forma segura incluso sobre superficies resbaladizas, teniendo en cuenta que la distribución de la fuerza entre los ejes se ajusta en cuestión de décimas de segundo a las condiciones de la cazada.
Este concepto de propulsión también ofrece diversión en curva, ya que la dirección electromecánica homogénea proporciona una respuesta limpia y al acelerar no se ve afectada por los molestos cambios de dirección provocados por el exceso de par motor sobre el eje motriz. Por lo tanto, el XV obedece de forma precisa a las órdenes direccionales, se muestra resuelto y suave en el trazado de las curvas y, pese a su gran elevación sobre el suelo, no presenta un balanceo excesivo. Los frenos también transforman de forma muy eficiente la energía de movimiento en energía térmica.
En este caso lo único que se pierde es un poco de confort, ya que aunque el XV se muestre en ocasiones algo inquieto sobre llantas de 17 pulgadas, su suspensión es capaz de absorber muchas de las posibles irregularidades.
Buena relación calidad/precio
Donde Subaru ha decidido dar el do de pecho es en la lista de precios del nuevo XV, ya que con un precio 19.900 euros la versión básica y relativamente bien equipada se perfila como una oferta bastante buena. Además de las cuatro puertas de acceso y la tracción integral, la variante básica denominada «Advance» cuenta con climatizador, elevalunas eléctrico, cierre centralizado, llantas de aleación de 17 pulgadas, radio CD, volante regulable en altura y profundidad, así como ABS, ESP, sistema de arranque en pendiente y siete airbags.
De esta forma, en términos económicos el XV se sitúa al nivel de un Nissan Qashqai o un Mitsubishi ASX de motorización comparable, aunque a estos últimos les falta la tracción integral obligatoria para Subaru. Un VW Tiguan con un equipamiento idéntico cuesta tranquilamente 4.000 euros más y, además, también carece de tracción integral.
Los fanáticos del equipamiento y la seguridad pueden echar un vistazo a la lista de precios del XV, aunque se llevarán una ligera decepción al buscar en vano los sistemas de asistencia tan de moda entre muchos fabricantes alemanes. En este sentido, Subaru (aún) no cuenta entre sus opciones con un radar de distancia, un sistema de advertencia de cambio del carril o un sistema de detección de ángulos muertos. Sin embargo, el equipamiento de seguridad del XV no presenta ningún vacío importante, lo que demuestra su calificación de cinco estrellas obtenida en las pruebas de choque realizadas por Euro NCAP.
Conclusión
En realidad, la idea de Subaru es mejorar su imagen de marca moderna y emocional. Sin embargo, en nuestra primera toma de contacto no llegó a saltar la chispa. Pese a todo, esta circunstancia no desvirtúa nuestro entusiasmo por el nuevo XV, ya que los japoneses han logrado concebir un modelo compacto realmente convincente con ciertas reminiscencias de un SUV.
Lo que más ha llamado nuestra atención han sido las impresionantes prestaciones, la marcha suave y la gran eficiencia del motor diésel bóxer. Aún así, y pese a ser más comedido, el gasolina básico también es capaz de transmitir grandes sensaciones, en especial en lo que respecta a su precio, ya que por 20.000 euros el XV de tracción integral prácticamente no tiene competencia.
Por citar algunas de sus cualidades diremos que presenta un diseño interior muy bien ordenado, unos asientos extraordinarios, una buena oferta de espacio, un amplio equipamiento de seguridad básico y un agradable comportamiento en circulación. Aquellos que hasta ahora no concebían comprarse un Subaru deberían comenzar a prestar más atención a esta marca si lo que desean es hacerse con un compacto.