Todo ello acompañado de un habitáculo más tecnológico y de una gama de motores más eficiente. Nosotros nos hemos desplazado hasta Oporto para conocerla en primera persona. Hablar de Skoda es hacerlo del Octavia. En sus 21 años de vida, la berlina se ha convertido en el modelo más exitoso de la checa. Tres generaciones y más de cinco millones de unidades vendidas den todo el mundo así lo atestiguan. Entre sus claves, la distinción, Una cualidad que quizá, con la llegada de la última generación, había quedado relegada a un segundo plano… hasta ahora.
Tres años después de aparecer en el mercado, Skoda ha decidido recuperar esa identidad propia con la típica actualización de mitad de vida comercial. Una renovación que, esconde muchos más secretos de los que a simple vista se ofrecen.
Una mirada diferente
Sí, puede que si ves las imágenes te suceda lo mismo que me pasó a mí cuando adelantaron las primeras informaciones: te suscite confusión. No obstante, esta sensación desaparece al verlo en persona. ¿A qué me refiero? A la nueva ‘cara’ que luce. Para distinguirle definitivamente de su hermano mayor, el Superb, Skoda ha decidido regresar a las dobles ópticas frontales. Esta solución no es nueva para la firma checa, pues ya la empleó en el primer Yeti, aunque el concepto de este Octavia es más elegante, más refinado. En lugar de tener unos faros complementarios redondeados, la berlina es más sutil y parte la superficie acristalada en dos secciones.
De esta forma, las funciones de iluminación quedan repartidas. Mientras que las exteriores –las más grandes- se corresponden con la luz de cruce, los interiores emiten la de carretera. Por su parte, las antiniebla se mantienen independientes aunque eso sí, inscritas en un parachoques de nueva factura. Una de las grandes novedades de esta actualización luminosa es que, en opción, el Octavia podrá incorporar la tecnología Full LED en todas las fases, incluyendo además una función adaptativa para las de corto alcance. De esta forma, se dice adiós a los bi-xenón, quedando, de serie, los halógenos. Una tecnología que también está presente en la tira de diodos de conducción diurna –que también se dividen- y, como novedad, en los grupos ópticos traseros.
El resto de elementos externos nuevos, se centran en ofrecer más juegos de llantas y algún color adicional para la carrocería, la cual, todo sea dicho, crece ligeramente. Sí, a causa de estos nuevos elementos, la longitud de la berlina aumenta en 11 milímetros, llegando ahora a los 4,67 metros, mientras que el familiar –Combi-, hace lo propio en 8 milímetros.
Era digital
Internamente, la habitabilidad no ha sufrido variaciones y los 2,67 metros de distancia entre ejes siguen siendo una referencia en su segmento, tanto en lo concerniente al espacio para los ocupantes traseros como para el equipaje. En este sentido, los 590 litros de la berlina y los 610 del Combi son los más amplios de sus respectivas categorías. Capacidades que pueden ampliarse hasta los 1.580 y 1.740 litros, respectivamente, si se abate la segunda fila de asientos.
Ahora bien, el centro de todas las miradas va a parar a la consola central, porque ahí es donde aparece un nuevo sistema multimedia: el Columbus. Heredado directamente del Kodiaq, cuenta con una pantalla de cristal de 9,2 pulgadas que ofrece un funcionamiento rápido y fluido, similar al de cualquier teléfono móvil actual, con los que ofrece una total y absoluta conectividad gracias a las funciones Mirror Link, Apple CarPlay y Android Auto. También dispone de una memoria flash de 64 GB y un módulo LTE opcional, que proporciona a los ocupantes internet de alta velocidad. Pero además, podrá integrar el nuevo servicio Skoda Connect, estrenado por el Kodiaq, que permiten al usuario trasladar la navegación, el entretenimiento o las aplicaciones, como la llamada de emergencia, desde el coche al teléfono y viceversa. Servicios que también están disponible con el sistema Admunsen, ya con pantalla de 8 pulgadas.
Máxima seguridad
Sin dejar de lado el apartado tecnológico, este Octavia también amplia la dotación de seguridad. En este sentido, de los 17 asistentes que equipa, cuatro son nuevos para el modelo: detector de ángulo muerto, asistente de remolque y asistente de protección de los ocupantes. Del mismo modo, mejora el Front Assist, es decir, la frenada de emergencia automática en ciudad, al sumar el detector de peatones. Ayudas electrónicas que se suman a las ya existentes, como el detector de fatiga, la alerta por cambio involuntario de carril, el sistema de frenada anticolisiones…
Motores para todos
La renovación del Octavia no afecta demasiado a su apartado mecánico. En este sentido, la berlina mantiene la oferta compuesta por tres propulsores de gasolina y dos diésel. Así, la primera terna comienza por el tricilíndrico 1.0 TSI de 115 CV, al que siguen el 1.4 TSI de 150 CV y el 1.8 TSI de 180 CV, ambos ya con arquitectura de cuatro cilindros. Por su parte, la gama diésel la forman los archiconocidos 1.6 TDI de 115 CV y el 2.0 TDI de 150 CV.
Más adelante, la oferta se ampliará con la llegada de las versiones deportivas RS, que añadirán un nuevo integrante, el RS 245, del que ya te hablamos hace poco. En total, cuatro Octavia RS, de los cuales, tres estarán alimentados por la gasolina, ofreciendo 220, 230 y los comentados 245 CV. Compartirán el bloque 2.0 TSI y prometen muchas sensaciones. En el otro lado de la balanza, se situará el RS diésel, con motor 2.0 TDI de 184 CV, convirtiéndose además en uno de los más eficientes de su categoría.
Como es habitual, dependiendo del propulsor, se podrá asociar a un cambio manual de cinco o seis velocidades, así como a uno automático de doble embrague, DSG, de seis o siete relaciones. Igualmente, tanto la berlina como el Combi contarán con versiones de tracción total.
Apuesta por el gas
Ahora bien, una de las grandes apuestas de la checa llega de la mano de un combustible alternativo, concretamente, el Gas Natural (GNC). Así es, el Octavia tendrá una variante denominada G-TEC, que estará propulsada por el motor 1.4 TSI, el cual, entrega 110 CV. Durante la toma de contacto, pudimos rodar unos pocos kilómetros con él y lo cierto es que la suavidad de marcha es excepcional, así como las prestaciones. El vehículo siempre arranca en Gas Natural y no será hasta que se agoten las dos botellas de 7,5 kilos, cuando la gasolina entre en funcionamiento. Con ello, el Octavia G-TEC promete una autonomía de 1.300 kilómetros, de los que 410 km –el 31%- se realizan expresamente con el GNC, ya que el consumo homologado es de 5,7 m3/100 km. Cifra que viene acompañada de unas emisiones de CO2 de 94 gr/km y, sobre todo, de unas emisiones de NO2 de cero gramos.
Por lo demás, el comportamiento dinámico del Octavia con el resto de motorizaciones, es el mismo al que nos tenía acostumbrados. Si bien se le nota algo más aplomado en zonas viradas, su explicación llega porque la vía trasera se ha incrementado en 30 milímetros.
Con todo, el Octavia está ya a la venta con cuatro acabados, Active, Ambition, Style y Laurin&Klement por un precio que parte de los 20.840 euros para los motores de gasolina y de los 23.170 euros, para los diésel. Por su parte, la carrocería Combi tiene un extra de 900 euros, mientras que la caja de cambios automática, DSG supone un sobrecoste cercano a los 1.700 euros.