Una señal que llega sin duda en el momento oportuno.
La casa Porschees considerada por muchos la marca de la insensatez por excelencia. Según los ecologistas, este constructor de superdeportivos volvió a llevar una vez más su afición por los caballos al extremo con el poderoso Porsche Panamera presentado en el año 2009. Este imponente vehículo de lujo se ha visto sometido durante mucho tiempo al escarnio público por ser uno de los modelos de mayor consumo el mercado.
Sin embargo, los de Zuffenhausen han decidido equipar ahora este bólido de cuatro plazas y casi 5 metros de longitud con una combinación de propulsor de gasolina V6 de 333 CV y motor eléctrico de 47 CV, además de con una batería bastante potente. Pese a sus dos toneladas de peso y a sus impresionantes prestaciones, parece ser que el consumo con neumáticos de baja resistencia a la rodadura se situaría en torno a los 6,8 litros. Según la marca energética utilizada en Suiza, el Porsche Panamera Hybrid puede presumir de pertenecer a la clase energética A, alcanzando así la mejor calificación posible.
Nada de sensaciones Porsche
Para nuestra primera toma de contacto, la casa Porsche nos preparó una ruta de 80 kilómetros por la región situada en torno a Salzburgo. Ésta incluía recorridos urbanos, interurbanos y por autopista, es decir, trayectos que, en principio, nos permitirían pisar a fondo el acelerador. Sin embargo, nuestra idea era superar este reto registrando un consumo mínimo.
Por este motivo, tuvimos que hacer de tripas corazón para no caer en la tentación de conducir este Porsche como lo realmente es: un verdadero Porsche. Pequeños acelerones en marcha, un ronco bramido del motor, ruedas chirriantes... Además, y pese a tener que soportar temperaturas veraniegas, no llegamos a utilizar el aire acondicionado. Finalmente, nos esforzamos por aprovechar al máximo las posibilidades que nos ofrecía su propulsión híbrida manteniendo un estilo de conducción previsor.
Avanzando lentamente
En un primer momento avanzamos por la tranquila ciudad de Salzburgo acariciando con delicadeza el pedal del acelerador. No queríamos ser un obstáculo, sino que nuestra idea era avanzar de la forma más eficiente y previsora posible a través del tráfico de la cuidad. En ocasiones esto se puede realizar de forma totalmente eléctrica, ya que el motor eléctrico es capaz de desplazar el vehículo de manera suficientemente rápida y, sobre todo, sin ruidos y emisiones.
Lo bueno es que nosotros no tenemos que hacer nada, sino que una unidad de control se encarga de activar este modo de conducción totalmente eléctrico. De forma opcional, pulsando el botón E-Power también podemos obligar al coche a funcionar de esta manera. Sin embargo, en el mejor de los casos la capacidad de la batería tan sólo nos permite recorrer dos kilómetros en modo totalmente eléctrico, aunque al menos a una velocidad de hasta 85 km/h.
Ocho marchas y pocas revoluciones
La mayor parte del tiempo también entra en funcionamiento el motor de combustión interna, si bien se muestra extremadamente recatado en su régimen de revoluciones. Unas 1.000-1.500 vueltas son suficientes para lograr una buena aceleración y hasta que uno llega a autopista y pretende avanzar de forma algo más rápida la aguja del cuentarrevoluciones no alcanza la marca de las 2.000 vueltas. Con este régimen de giro, que continúa siendo bastante bajo, se puede incluso llegar a rodar a 120 km/h. A la hora de acelerar, su cambio automático engrana una marcha tras otra manteniendo de forma continuada un nivel de revoluciones bajo. Para ello cuenta con un total de ocho relaciones de transmisión.
En autopista podemos incluso aprovechar otro truco de la eficiencia: el deslizamiento. Una vez alcanzados los 120 km/h con ayuda del motor de combustión, y si la carretera muestra una ligera pendiente descendente, podemos levantar brevemente el pie del acelerador, lo que provocará la parada inmediata del motor V6. En este caso la fuerza del motor eléctrico es suficiente para mantener esta velocidad, incluso nos permitiría acelerar tímidamente. Incluso así no quemaríamos combustible.
Por debajo del consumo homologado
Este estilo de conducción se puede mantener hasta una velocidad de 165 km/h, aunque siempre durante un breve espacio de tiempo, ya que la corriente almacenada en la batería gracias al sistema de recuperación se agota rápidamente. La batería de níquel e hidruro metálico ofrece un rendimiento de 34 kW (máx.) y almacena hasta 1,7 kWh de energía.
Lo que sí nos resultó algo molesto fue tener que prescindir del aire acondicionado con temperaturas más bien veraniegas, y tener que aguantar el ruido y el aire procedente de las ventanillas abiertas para poder disfrutar de una cierta refrigeración. Además, nuestro modo de conducción no nos permitía gozar de las sensaciones que normalmente genera un Porsche. Sin embargo, todos nuestros esfuerzos y nuestra disciplina tuvieron su recompensa. Al final de nuestra prueba de conducción, orientada a lograr la máxima eficiencia energética, conseguimos registrar un consumo de tan sólo 6,6 litros a una velocidad media de 64 km/h, lo que rebaja en 0,2 litros la cifra oficial.
Sin embargo, no logramos batir el récord del día. Otro periodista fue capaz de conducir de forma más eficiente que nosotros y nos ganó la partida con un consumo de 6,3 litros a una velocidad media de 58 km/h. No obstante, la mayoría de los colegas que participaron en esta jornada de puertas abiertas para la prensa registraron consumos de entre 7 y 8 litros, a pesar de esforzarse honradamente por ser lo más eficientes posible. Según el portavoz de Porsche, Thomas Becki, aquellos que no se preocupen por mantener un estilo de conducción eficiente deberán calcular consumos de entre 9 y 10 litros.
También es posible otro tipo de conducción
Sin embargo, el Panamera Hybrid sigue siendo un verdadero Porsche, y esto es algo que no nos quedó más remedio que comprobar una vez concluida la exclusión ecológica. En la primera aceleración a fondo nos sorprendió gratamente el empuje extra procedente del motor eléctrico en combinación con el ya de por sí potente V6. En condiciones normales, el tiempo de aceleración de 0 a 100 km/h es de 6 segundos y la velocidad máxima debería alcanzar los 270 km/h. De esta forma, la variante híbrida es tan sólo un poco más lenta que el Panamera S PDK, equipado con un propulsor de gasolina V8 de 400 CV que, dicho sea de paso, consume 3,5 litros más. Nuestra animada demanda de potencia en la variante híbrida viene acompañada de una acústica deportiva y penetrante por parte del motor que en ningún caso podría calificarse de molesta.
En términos de dinámica transversal el Panamera Hybrid también ofrece unas excelentes prestaciones en curva, si bien pese a una cierta configuración deportiva Porsche no ha logrado ocultar del todo sus 2 toneladas de peso. La construcción ligera es una de las principales consignas de este fabricante de deportivos, pero un buque insignia como el Panamera con dos motores y una batería de casi 80 kilos de peso no puede pretender equipararse a los vehículos puramente deportivos.
Un modelo eficiente y caro, pero que sale rentable
En el caso el Panamera Hybrid la idea principal es el ahorro, al menos en lo que respecta al consumo de combustible. En cambio, si de lo que hablamos es del precio de adquisición, entonces sí es necesaria una mayor inversión. En este sentido, la versión básica cuesta aproximadamente 112.000 euros, es decir, prácticamente lo mismo que el Panamera S con cambio de doble embrague PDK. A la vista de la evidente rebaja en el consumo de combustible, el modelo Hybrid ya comienza a amortizarse tras los primeros 10.000 kilómetros, y además su equipamiento es ligeramente superior.
Sin embargo, cabe la duda de si esta perspectiva económica a largo plazo podría ser considerada un criterio de compra real por parte de los clientes del Panamera. Con todo, parece que lo ecológico está de moda y quizá el excelente nivel de eficiencia del Panamera Hybrid constituya un verdadero incentivo para los bolsillos más pudientes. Además, el propietario de un Porsche ecológico también tiene la posibilidad de desplazarse de forma completamente silenciosa por su presumiblemente distinguido residencial. Y seguro que a sus vecinos estarán encantados.
Conclusión
Un consumo de 6,8 litros es una marca sorprendentemente baja para un deportivo de lujo del estilo de un Porsche Panamera. Durante nuestra prueba de conducción llegamos incluso a rebajar ligeramente los datos oficiales. Resulta fascinante la facilidad con la que se puede aprovechar la inteligente y armónica interacción entre ambos propulsores y, de esta forma, mantener el consumo de combustible a niveles similares a los de un utilitario.
No obstante, en este caso el placer de una conducción dinámica queda claramente en un segundo plano. Pese a ello, si uno lo desea también puede conducir el Panamera Hybrid como un Porsche convencional. Incluso en este caso el consumo se mantiene a un nivel relativamente bajo. Winfried Kretschman, el primer jefe de gobierno alemán perteneciente a un partido ecologista, seguro que recibiría con los brazos abiertos este nuevo modelo de Porsche.
