¿Puede una berlina deportiva de 5,05 metros pasar completamente desapercibida? Lo lógico es que la respuesta fuera un no rotundo, pero si te encuentras, como yo, a los mandos de un Porsche Panamera 4 E-Hybrid todo puede pasar. En efecto, porque la berlina de representación alemana, aquella de la que todavía muchos puristas reniegan (los mismos que siguen sin aceptar el Cayenne y que, por suerte, cada vez son menos), es capaz de rodar a hurtadillas.
El responsable, su sistema de propulsión híbrido enchufable, que le permite circular cerca de 50 kilómetros sin expulsar gases nocivos, consumir una gota de combustible y, sobre todo, sin emitir un solo decibelio. Solo hará falta arrancar, seleccionar el modo E-Power del selector de modos situado en el volante e iniciar la marcha. En ese instante, los 2.245 kilos de peso se mueven única y exclusivamente, mediante los 136 CV del motor eléctrico, el cual genera igualmente un par máximo de 400 Nm disponibles desde la arrancada. Puede parecer una cifra escasa, pero lo cierto es que es capaz de moverle con total soltura.
The sound of silence
Circunstancia que, precisamente, comprobamos durante la toma de contacto realizada por Madrid, (ciudad que se encontraba inmersa en plena ola restrictiva a causa de los altos niveles de contaminación). Los primeros kilómetros de la ruta discurrieron por unas calles todavía congestionadas, donde toda la eficiencia del Panamera 4 E-Hybrid salió a relucir. Con el comentado E-Power activado, nuestra berlina de representación se movía como pez en el agua.
El empuje del conjunto eléctrico es contundente y la suavidad, exquisita. Además, como buena marca deportiva, Porsche ha querido dotarle de cierto ‘picante’ incluyendo el denominado E-Launch, que viene a ser un control de arrancada pero 100% eléctrico. No llega a ser tan contundente como un Launch Control, pero sí percibimos cierto levantamiento del morro que, incluso, asusta.
Seguimos nuestra particular ruta por Madrid, momento en el que el consumo eléctrico llega a su máximo: 26 kWh/100 km (habrá que empezar a acostumbrarse a ver este tipo de medida)= En este sentido, el Panamera 4 E-Hybrid parece gastar algo más de la cuenta, circunstancia que se corrobora al salir a carretera abierta. Sí, porque el sistema de propulsión eléctrica puede funcionar hasta velocidades de 140 km/h sin inmutarse… salvo por el hecho de que la autonomía final se reducirá considerablemente. No en vano, al llegar al kilómetro 41 de la Nacional I, la batería de 14,1 kWh (la del anterior era de 9,4) dijo basta, entrando instantáneamente el modo automático, Hybrid Auto, y el motor de combustión. Pese a todo, el ordenador de a bordo muestra una cifra para aplaudir: hemos circulado casi 50 kilómetros en modo 100% eléctrico.
Recarga máxima
Con el comentado Hybrid Auto activo, será el coche quien decida automáticamente qué gestión le es más conveniente en ese momento. En nuestro caso, al carecer de autonomía eléctrica, lo único que puede hacer es tirar del motor de combustión. Así, el V6 2.9 biturbo de 330 CV y 450 Nm se muestra más que solvente para desplazarnos por autovía. El sonido es sugerente y la respuesta es rápida.
Ahora bien, si queremos gozar de todo el potencial que nos brinda el Panamera 4 E-Hybrid, es decir, de los 462 CV y más de 700 Nm de par máximo, lo más recomendable será activar los modos Sport o Sport+. Con ellos, además de desatar a la bestia, el motor de combustión trabajará por dos, ya que la batería siempre guarda un mínimo de carga para entregar la máxima respuesta siempre que lo necesitamos.
Del mismo modo, podremos llenar nuestra batería en cerca de 30 minutos, ayudándonos siempre de factores como la regeneración de la frenada. Si además queremos forzar dicha carga, podremos seleccionar, esta vez a través de la pantalla central, el modo E-Charge. Una vez contemos con la energía suficiente, siempre podremos guardarla para más tarde con el modo E-Hold, que mantiene un porcentaje preseleccionado de la misma, siendo ideal para afrontar situaciones complicadas como restricciones de tráfico municipales. En caso de que no queramos forzar el motor de combustión y no nos importe esperar a conectarlo a la red, has de saber que una carga completa se realiza en 6,4 horas, tiempo que se reduce hasta la mitad en estaciones rápidas y que puede ser incluso inferior si lo conectamos a un supercargador (Porsche no facilita el dato).
ADN deportivo
Durante la toma de contacto, pudimos probar todos los modos comentados, así como la deportividad que atesora el modelo. Y es que una de las máximas de Porsche a la hora de desarrollar este Panamera 4 E-Hybrid fue la de mantener intacto su carácter deportivo. Una cualidad que ha acompañado a la marca desde sus inicios y que, independientemente del sistema de propulsión, intenta mantener en todos sus modelos. No en vano, los 46 CV adicionales que gana en comparación con su predecesor, le permiten mejorar sus prestaciones. Así, consigue un 0 a 100 km/h de 4,6 segundos y una velocidad punta de 278 km/h.
Pero más allá de los datos, lo cierto es que el Panamera 4 E-Hybrid es un auténtico Porsche. Si bien la primera parte de la ruta discurrió para lograr la máxima eficiencia (nuestros datos rondaros los 5,5 l/100 km de combustible y los 17,9 kWh/100 km de electricidad, al tiempo que estuvimos cerca de 50 kilómetros o 72 minutos sin emitir una sola partícula contaminante), la segunda se enfocó a sacar el máximo partido a sus cualidades dinámicas. Aquí, la nueva generación del Panamera hereda lo mejor del 911. Una dirección directa, unos frenos contundentes, una caja de cambios rapidísima o un eje trasero direccional, son algunos de sus puntos más fuertes.
Sin concesiones
En el apartado estético, es fácil identificar al Panamera 4 E-Hybrid por fuera gracias a las enormes pinzas de freno pintadas en verde, color que también se emplea en los logos que se reparten tanto por los pasos de rueda delanteros como por el portón trasero. Por su parte, e habitáculo ofrece como elementos exclusivos y característicos, el cuadro de instrumentos o el submenú central con información específica relacionada con el sistema híbrido, el cuadro estadístico de eficiencia o el estado de la batería.
Por lo demás, el Panamera 4 E-Hybrid, puede equipar casi lo mismo que un Panamera ‘normal’: climatización y confort trasero (con asientos calefactables, pantalla central, monitores traseros…), pantalla central táctil de 12 pulgadas, tapicería de piel, llantas hasta de 21 pulgadas, faros LED adaptativos, sistema de cámaras 360º, acceso y arranque sin llave, techo panorámico, eje trasero direccional, frenos carbocerámicos, control de velocidad de crucero adaptativo, cortinillas traseras… Todo con el objetivo de que tanto conductor como pasajeros pasen un rato de lo más agradable a bordo de uno de los coches más concienciados de los últimos años. Eso sí, quien quiera acceder a él, deberá retirar de su cuenta nada menos que 112.584 €, un precio que subirá sustancialmente si añadimos varios de los extras antes mencionados.
En cualquier caso Porsche ya ha presentado sus credenciales en favor de la tecnología híbrida enchufable, una conciencia que adquiere una nueva dimensión con el nuevo integrante híbrido que, igualmente, pudimos probar durante algunos kilómetros: el Panamera Turbo S E-Hybrid, con sus 680 CV de potencia conjunta, sus 310 km/h de punta, sus 3,4 segundos en llegar a 100 km/h desde parado o los exiguos 2,9 l/100 km que homologa.