Pensado básicamente para un público maduro que se mueve en coche y que no tiene carné de moto, éste es, seguramente, el scooter de tres ruedas más completo y avanzado del momento. Ya teníamos algunas referencias sobre este proyecto; de hecho, las primeras nos llegaron hace ya casi tres años. Pero no fue hasta el EICMA del 2012 que salió a la luz la versión definitiva del nuevo Metropolis. Así que, tras empezarse a comercializar en Francia, ahora llega a nuestro país con un equipamiento, acabados y comodidades más propios de un coche que de un scooter. Porque la marca del león rampante no es, como alguien pensará, una marca de coches que ofrece scooters como si fuera su hobby, sino otra cosa muy distinta: una marca capaz de fabricar bicicletas eléctricas, scooters de dos y tres ruedas, y hasta coches de alta gama. O sea, una marca global en todos los aspectos.
En cualquier caso, lo cierto es que Peugeot se ha hecho con su pedacito de tarta dentro del mercado del scooter. No en vano, es el cuarto constructor europeo de este tipo de vehículos, y dispone de la gama más variada entre los 50 y 400 cc. Además, la categoría de los scooter de tres ruedas, aunque bastante minoritaria aún, viene siguiendo una tendencia positiva y constante estos últimos años, lo que corrobora su gran potencial. Por eso Peugeot se mete de lleno en una categoría donde sus competidores se pueden contar con los dedos de la mano, pues no son más que el Piaggio MP3 LT 400/500, el Gilera Fuoco 500, y el Quadro 350 3D.
El Metropolis se comercializa a un precio de 8.490 euros y se ofrecen hasta seis versiones de color, dos de las cuales incluyen también acabados RS que realzan su deportividad.
Nueva raza felina
Sean coches, scooters, o por supuesto el nuevo Metropolis, la mirada de león de los productos de Peugeot siempre está allí, observando. He aquí un caso más, siendo la novedad del Metropolis que bebe por igual del estilo automovilístico de la marca como del concepto de sus scooters. De hecho, aunque queda claro que es un maxiscooter, el Metropolis cumple con todos los requisitos para que no sea necesario el carné de moto, factor clave visto el público al que se quiere dirigir. Para que así sea, incluye luces diurnas de LED (Daytime Running Light), intermitentes independientes de moto, y el sistema de frenada combinada con pedal en el suelo, gracias al cual la frenada será íntegra y muy segura independientemente de cómo se frene, sea con la maneta izquierda o con el mismo pedal. Con esto y unas cotas mínimas que hay que superar (por ejemplo de distancia entre ruedas del eje delantero), ya es suficiente para que alguien, sin experiencia previa en la conducción de motos, pueda beneficiarse de todas las ventajas de un maxi-scooter como éste.
Con todo, el Metropolis viene equipado hasta las cejas para facilitarte la movilidad. Tantas y tan variadas son las comodidades que ofrece, que hasta te hará dudar de si realmente es un scooter lo que estás conduciendo. Sin ir más lejos, el parabrisas se puede regular rápidamente de forma manual, muy al estilo de las grandes motos touring o maxitrail. Igualmente regulable es el soporte lumbar para el conductor, que ofrece un gran margen de hasta 40 milímetros para adaptarse a tu talla. Otras comodidades tienen que ver con el freno de estacionamiento electrónico, fácil de activar mediante un botón en el centro del manillar; el sistema de llave inteligente, que detecta tu presencia a metro y medio de distancia; el completo ordenador de a bordo, que, como no podía ser menos, parece más el de un coche que el de un scooter; un maletero de gran capacidad y de fácil acceso, donde podemos guardar un casco integral junto a uno tipo jet; y hasta una autonomía considerable, pues según la marca los 13,5 litros de su depósito deberían dar para unos 300 kilómetros.
Cosecha propia
En la historia de los scooters de la marca francesa abundan las colaboraciones con el grupo Piaggio, hasta tal punto que Peugeot nunca había producido un motor de más de 125 cm3 y las motorizaciones que superasen dicha cilindrada eran siempre de origen italiano. Si a esto le sumamos el gran parecido con el MP3 (sobre todo conceptual) la tentación de verlo como un MP3 vestido de gala no eran precisamente pocas. Pero el nuevo Metropolis no sigue este camino, ya que tanto la motorización de 400 cc como el resto del scooter son cien por cien Peugeot.
En cuanto al motor, en este caso encontramos un monocilíndrico de 400 cc de baja fricción con 37,2 caballos de potencia y un par de 38,1 Nm. De este modo, y pese a sus más de 250 kilos de peso en seco, las prestaciones son más que buenas para la movilidad diaria, sea ésta por autopista o ciudad. Incluso la marca se aventura a afirmar que el consumo medio es de 4,2 litros, lo cual, de ser cierto, apunta a récord (tiempo habrá de verlo en una prueba más a fondo). Para conseguir esta meta el Metropolis se sirve de una distribución de balancines con rodillos y de un moderno sistema de inyección fabricado por Dell'Orto. No obstante, y viendo su generosa cilindrada, lo más problemático deberían de ser las vibraciones. Por esto mismo Peugeot ha montado un árbol de equilibrado y un sistema de sujeción al chasis por doble bieleta articulada, con lo cual las vibraciones se reducen de forma considerable. Un motor, en cualquier caso, contundente al tiempo que ahorrador (revisiones cada 10 mil kilómetros y listo para la Euro4) que de momento es el único que dará vida al Metropolis. Veremos si en un futuro cercano la marca se aventura a probar con nuevas cilindradas.
Por otro lado, el sistema de paralelogramo deformado para la amortiguación y guiado de las ruedas delanteras no es el mismo que el del veterano MP3, aunque sean, en el fondo, muy parecidos. En este caso, el sistema DTW (Dual Tilting Wheels) está compuesto de una doble triangulación con dos amortiguadores de inercia y un monoamortiguador hidráulico que los une. Como en el MP3, este sistema también permite bloquear la dirección a baja velocidad gracias al sistema Anti-tilting. Esto es de gran ayuda por ejemplo en los semáforos, ya que permite conservar los pies en el piso plano, o incluso a la hora de estacionarlo, pues no es necesario subirlo a un caballete central.
Para activar de forma manual este sistema de bloqueo de la dirección, la velocidad no puede superar los 10 por hora, el régimen del motor tiene que estar por debajo de las 2.800 revoluciones, y el piloto tiene que estar sentado. Y luego, para desactivarlo, se puede hacer automáticamente al abrir gas, o bien de un modo manual volviendo a pulsar el botón de activación. Un sistema, claro está, que no sólo ofrece mejor aplomo en suelos difíciles y resbaladizos, sino que también una frenada el doble de potente y segura —por algo tiene dos ruedas delante— al tiempo que da la confianza necesaria a cualquier conductor sin experiencia previa en la conducción de motocicletas. Porque el Metropolis busca, básicamente, hacer la vida más fácil a quién valore por encima de todo la comodidad de su coche pero que empiece a estar harto de las pérdidas de tiempo que a veces le supone, sea a la hora de buscar aparcamiento o de moverse por los atascos con agilidad, por citar los dos ejemplos más clásicos.
Conclusión
A veces es sorprendente lo que puede hacerse con sólo tres puntos de apoyo. Sirva como ejemplo esta curiosidad: una mesa con cuatro patas es fácil que tenga algo de juego si una de las patas no puede apoyarse como es debido. En cambio, una mesa con sólo tres patas raramente tendrá ningún juego o balanceo: todas las patas trabajan por igual, y si prescindes de una, la mesa cede. Así, con tres puntos de apoyo como los que tiene el Peugeot Metropolis, se abre un mundo de posibilidades: el vehículo te da plena confianza en la conducción gracias a su gran estabilidad en curva, su solvencia al afrontar los baches, y la rapidez con la que puede frenar.
Sin duda el Metropolis reúne lo mejor de un scooter en cuanto a agilidad y diversión, lo mejor de un maxi-scooter en cuanto a capacidad de carga y elegancia, y lo mejor de un coche en todo lo referente al confort y la seguridad. Y todo bien acompañado de esa clase de detalles a los que tan bien nos tiene acostumbrados la marca francesa: espejos sin ángulo muerto y eclipsables para cuando te encuentres en un atasco; un ordenador de a bordo de lo más completo que te avisa de hasta la presión de los neumáticos y la carga de la batería; asientos que parecen butacas acompañados de una sensación de comodidad impecable a todos los niveles; y hasta un piso plano que, a pesar de incluir el pedal de freno, permite de cargar con bolsas sin problemas.