Al Fiesta no le podría haber sentado mejor el paso de la sexta a la séptima generación. El ya mítico modelo de Ford ha experimentado un cambio tan radical, que en la firma norteamericana estuvieron barajando la posibilidad de cambiar el nombre de su modelo del segmento B. Finalmente la Fiesta continúa, y tiene muchas credenciales para convertirse en la mejor de sus 22 años de historia.
Como un móvil Nokia
El nuevo Ford Fiesta es el último ejemplo del Kinetic Design. El característico lenguaje de diseño de la firma norteamericana se muestra en todo su esplendor en su carrocería, con una estética que recuerda mucho a las líneas del exitoso Focus. De esta forma, la nueva generación de este utilitario rompe por completo con sus predecesores, llevando a cabo un cambio que se deja notar especialmente en el interior.
Ahí llama la atención la configuración del salpicadero, con una combinación de colores muy cuidada y en el que destaca por encima de todo la consola central. Ford ha aprovechado su estrecha colaboración con Nokia para inspirarse en el diseño de este elemento, que ha heredado la ergonomía y la facilidad de uso de los móviles de la compañía finlandesa.
El Fiesta también ha dado un importante paso adelante en el panel de instrumentos, el mismo que utiliza el Kuga, y el volante, mucho más deportivo que en la generación anterior. Así, el puesto de conducción mejora notablemente y se convierte en uno de los más atractivos de su segmento ayudado por los asientos, que recogen muy bien lateralmente.
Un coche muy ágil
El comportamiento del nuevo Fiesta sorprende especialmente cuando se circula por carreteras reviradas. Ahí se muestra como un vehículo muy ágil, con un chasis muy conseguido que, en combinación con un reglaje más duro de las suspensiones, permite negociar las curvas rápida y eficazmente. En este aspecto también ayuda una dirección más dura de lo habitual en este segmento, algo que se convierte en un aspecto negativo en la circulación por ciudad.
A pesar de ello, se trata de un coche cómodo para las urbes gracias al buen tacto de los pedales y la palanca de cambios. En la transmisión, sin embargo, el Fiesta tiene algunos problemas en la sincronización entre la segunda y la tercera marcha, que provocan confusiones a la hora de negociar curvas cerradas. Este hecho se nota especialmente en los motores gasolina, que cuentan con menos par motor.
Cuatro gasolina y dos diésel
Cuatro son los propulsores del nuevo Fiesta que utilizan la sin plomo como combustible. Se trata de dos Duratec 1.2 de 60 CV y 82 CV, un 1.4 de 96 CV y un 1.6 Ti-VCT con 120 CV. Los casi 100 CV del 1.4 son más que suficientes para impulsar con solvencia a este Ford, aunque en cuestas acusadas puede parecer algo corto debido al problema de la caja de cambios comentado más arriba. Además, tiene un sonido muy atractivo y un consumo de 5,7 litros. Se trata de una cifra muy parecida al del 1.6 de 120 CV, que se presenta como la mejor mecánica para llevar a cabo una conducción divertida con el nuevo Fiesta.
Los propulsores diésel son dos TDCi. Un 1.4 de 68 CV y un 1.6 de 90 CV, que desarrollan un par motor máximo de 160 Nm y 204 Nm respectivamente. Según Ford, tienen un consumo de combustible de tan solo 4,2 litros y unas emisiones de CO2 por kilómetro recorrido de 110 gramos. El de 90 CV empuja muy bien desde bajas revoluciones, aunque la sonoridad y las vibraciones dentro del habitáculo podrían mejorarse.
Todos los motores de la gama del nuevo Fiesta van acompañados de una caja de cambios manual de cinco velocidades. Muy posiblemente esta oferta se ampliará con una caja automática en 2009, cuando también se pondrá a la venta otra motorización diésel con una potencia superior a 100 CV.
Trend, Titanium y Sport
Actualmente, son tres los niveles de equipamiento entre los que se pueden elegir en los concesionarios de Ford. En Enero del próximo año se incorporará la terminación más básica, denominada Ambiente. Por lo tanto, ahora mismo la gama del Fiesta comienza con la versión Trend, que incluye por primera vez en un coche pequeño de la marca norteamericana el sistema Easyfuel y el botón de arranque Ford Power. También incorpora volante ajustable en altura y profundidad, ABS, EBD y EBA. Lo que es opcional es el control de estabilidad (cuesta 450€), y el radio y el aire acondicionado, que están disponibles por 420€ y 950€ respectivamente.
Estas dos opciones si están incluidas en el siguiente nivel de equipamiento, denominado Titanium, que añade además mandos de radio en el volante, faros antiniebla, una llamativa iluminación interior por LED, volante y pomo de la palanca de cambios en cuero, y llantas de aleación de 15 pulgadas y 4 radios. En el acabado Sport, las llantas son de 16 pulgadas y la suspensión, los asientos, la palanca de cambios, los paragolpes y los faldones tiene un toque más deportivo.
El aspirante
Gracias al competitivo precio de los paquetes opcionales y su variedad, el Fiesta se presenta como una buena opción dentro del Segmento B a pesar de que su coste de base no sea de los más competitivos. Es cierto que es más económico que el nuevo Ibiza, el líder de la categoría, pero se encuentra por encima de sus rivales más directos como el Renault Clio, el Peugeot 207 o el Mazda 2. A pesar de ello, el nuevo Ford Fiesta aspira a convertirse en uno de los líderes de este mercado haciendo de su comportamiento y su diseño, tanto interior como exterior, sus mejores armas.
Principales precios del Ford Fiesta (500€ más para la versión 5 puertas):
Ford Fiesta Trend 1.2 82 CV 12.660€
Ford Fiesta Trend 1.4 96 CV 13.215€
Ford Fiesta Trend 1.4 TDCi 68 CV 13.420€
Ford Fiesta Trend 1.6 TDCi 90 CV 14.160€
Ford Fiesta Titanium 1.4 96 CV 14.815€
Ford Fiesta Titanium 1.6 120 CV 15.350€
Ford Fiesta Sport 1.6 120 CV 15.350€
Ford Fiesta Titanium 1.6 TDCi 90 CV 15.760€
Ford Fiesta Sport 1.6 TDCi 90 CV 15.760€
