Hemos podido rodar durante cerca de 100 Km con el nuevo Nissan Leaf. Nuestras primeras impresiones no han podido ser más positivas. Por tacto de conducción, calidad de acabados y agrado de utilización está a la altura de cualquier compacto “habitual” que circula normalmente por nuestras carreteras. Bajo mi punto de vista, es una alternativa a los automóviles con motor térmico 100% recomendable. Precio aparte, su principal hándicap es una autonomía limitada, que se cifra en unos 160 kilómetros aproximadamente...
Lo que se pretende con este vehículo, según ha desvelado la marca, es posicionarlo de una manera directa junto con el resto de coches del segmento C y ofrecer ventajas competitivas como sus deducciones fiscales y beneficios de ayudas por parte de los diferentes gobiernos. El Leaf mide 4,45 metros de longitud, 1,55 de altura y 1,77 de anchura, con una distancia entre ejes de 2,70 m. Su imagen exterior podrá gustar más o menos, pero es claramente distinta a lo convencional.
Destacan sobre todo las formas llamativas de su frontal, los afilados grupos ópticos, los pronunciados nervios laterales y una trasera fuera de lo común. Por supuesto, en el LEAF no tienen cabida ni tubos de escape ni nada que se le parezca ya que no hay ningún residuo procedente de la combustión de los motores tradicionales. En general, da la sensación de que el diseño ha sido fruto de un laborioso trabajo de aerodinámica para comprometer la autonomía lo menos posible.
Al acceder al vehículo lo primero que te llama la atención es esa sensación de estar subiéndote a un coche “normal y corriente”. En el resto de los eléctricos puros actuales que he tenido la oportunidad de conocer (Smart Fortwo Electric Drive, Mitsubishi i-Miev y REVA L-ion) su tamaño y planteamiento deja claro que estamos ante vehículos pensados por y para la ciudad. Esto no sucede en el Leaf donde, además, la calidad de los materiales, el acabado y el ajuste de las diversas piezas está muy cerca del nivel de cualquiera de los compactos de gama media actuales.
En este sentido, sorprenden los revestimientos de cuero en las puertas, un salpicadero con zonas acolchadas, unos asientos cómodos, un habitáculo lo suficientemente amplio como para albergar sin problemas a cuatro personas o un maletero que se encuentra dentro de la media, con una capacidad de 330 litros. El coche se vende con un solo acabado, que incluye un equipamiento de lo más completo. De serie, entre otros muchos elementos, disponemos de bluetooth, navegador, cámara trasera o climatizador bizona. Sólo existe la posibilidad de incorporar un elemento opcional: un pequeño panel solar ubicado en el techo que ayuda a recargar la batería encargada de proporcionar alumbrado interior o accionar los elevalunas.
Por cierto, a través de la pantalla táctil del mencionado navegador, ubicada en la consola central, podemos ver multitud de parámetros (energía gastada por el climatizador, consumo de batería instantáneo etc.), programar cuándo queremos cargar el coche, consultar la distancia que hay hasta el siguiente punto de recarga o visualizar hasta dónde podríamos llegar con la carga disponible en ese momento.
A los mandos
Nissan asegura que el Leaf es un coche eléctrico creado desde 0 para ello, esto es, ha sido desarrollado y diseñado desde el inicio para albergar de la forma más óptima posible el motor, las baterías y las demás piezas que lo componen para garantizar un comportamiento y tacto en carretera a la altura. Sin duda, bajo mi punto de vista lo han conseguido con creces.
La suavidad de funcionamiento del LEAF sorprende desde el principio. Recorrí unos 100 km al volante en un trayecto mixto de ciudad y autovía y las sensaciones fueron sobresalientes. El coche es tan silencioso que Nissan ha tenido que desarrollar una especie de pitido artificial para que los peatones puedan cerciorarse de su presencia. Deja de sonar a partir de los 30 Km/h donde el ruido aerodinámico o de rodadura ya advierte a una persona de su paso.
Otro de los aspectos que más sorprende en este vehículo es la enérgica respuesta que tiene el acelerador en cualquier circunstancia. Como todo el par es constante y está disponible desde el primer momento, el agrado de funcionamiento es realmente satisfactorio. La sensación de aceleración es muy parecida a la que podemos sentir en cualquier coche “normal” de potencia similar, con un empuje incluso más enérgico aunque no por ello brusco o repentino. Por su parte, el tacto de la dirección es correcto (algo blanda para mi gusto) y, sobre todo, la suspensión me parece que tiene un muy buen compromiso entre confort y estabilidad; el coche no balancea ni cabecea notablemente, es cómodo y transmite sensación de seguridad.
En general, para conducir el Leaf no hay que hacer nada diferente a lo que haríamos si fuéramos conduciendo un coche con motor térmico y caja de cambios automática. La peculiar palanca de cambio, además de la marcha atrás (“R”) y el punto muerto (“N”), nos permite elegir entre dos modos de funcionamiento: “D” y “ECO” (este último hace que el pedal del acelerador sea menos sensible y que el motor retenga un poco más el automóvil, “economizando” la conducción). Lo único a lo que hay que acostumbrarse es a toda la información que proporciona el panel de instrumentos y estar muy atentos a la autonomía restante, nada más.
Un poco de técnica y sistema de recarga
El Leaf tiene un motor eléctrico que ofrece una potencia de 108 CV y un par de 280 Nm. Gracias a él, acelera de 0 a 100 en 11,9 segundos y alcanza una velocidad máxima de 140 Km/h (curiosamente en nuestra prueba el velocímetro superaba esa velocidad punta). Se alimenta de unas baterías de ión-litio (desarrolladas por Nissan y NEC), que se ubican principalmente debajo de los asientos traseros.
La autonomía homologada es de 160 Km, pero hay que decir que en función del tipo de conducción y el uso de la climatización esta cifra puede reducirse o aumentar considerablemente. Lo pudimos comprobar en nuestra toma de contacto: por autovía a ritmo alto la autonomía bajaba ritmo elevado, en ciudad, circulando de forma suave y con diversas paradas, aumentaba de manera sutil. Llevar o no el aire acondicionado puesto también repercute de manera sensible.
Las baterías (que recuperan también energía en las frenadas) se pueden cargar mediante recarga rápida o recarga normal, por ello el LEAF dispone de dos tomas de corriente, ambas situadas en el frontal del coche. A través de la recarga rápida (que se ofrece en puntos acondicionados a tal efecto) las baterías pueden recuperar hasta el 80% de su capacidad total en sólo 30 minutos. También, mediante un adaptador que se encuentra en el maletero, podemos recargar el coche en estos puntos de manera “normal”, donde la duración de la recarga completa sería de unas 7 u 8 horas. Finalmente, es posible cargar el coche a través de un enchufe doméstico convencional aunque es necesario adaptar la instalación y utilizar un cable apropiado que Nissan venderá en sus concesionarios. En este, caso, el tiempo de recarga total estimado también sería de unas 8 horas.
Precio
El precio del Leaf en nuestro país rondará los 30.000 €, eso sí, incluyendo las ayudas gubernamentales. Puede parecer caro (de hecho lo es), aunque si tenemos en cuenta que una recarga completa con las tarifas actuales de electricidad vendrían a ser unos 2,5 euros de media (y con ello podríamos recorrer 160 Km.) y que el coste de mantenimiento del vehículo es considerablemente menor que el de uno “normal”, el asunto ya no parece excesivo.
Se podrá comprar de tres maneras: pagando el coche de manera habitual, mediante la fórmula PCP (se da una entrada al principio, se pagan unas pequeñas cuotas mensuales durante tres años y, finalizado este periodo, se decide si se cambia por otro, si se devuelve o si se abona el resto de la cantidad que faltaba para adquirirlo en propiedad) o mediante un denominado “pack para la movilidad eléctrica” que cubre, entre otras cosas los gastos de mantenimiento durante los tres primeros años o el seguro.
En total el Nissan Leaf estará disponible en cinco colores: azul metalizado y perlado, blanco perlado, plata metalizado, negro sólido y rojo perlado. Los componentes eléctricos tendrán una garantía de 5 años.