El primer producto es el Juke Nismo, equipado con el motor 1.6 turbo potenciado -de 190 a 200 CV-, ligeras modificaciones para mejorar el comportamiento y una estética deportiva para diferenciarlo del resto de la gama. Ahora bien, esta ´exclusividad´ supone 5.500 euros a sumar respecto del Juke 1.6 T estándar. Después de unas cuantas ediciones especiales realizadas sobre el Juke -Kuro, Shiro, Ministry of Sound...- llega la denominación que pretende contentar a los clientes más deportivos y exigentes: Nismo. Para reconocerlo, tendrás que fijarte en detalles como el nuevo paragolpes delantero -se sustituyen las cinco entradas de aire por una única calandra inferior de nido de abeja con luces diurnas de leds integradas-, taloneras, retrovisores en rojo, un kit de pegatinas -opcional y para puertas, capó, techo y maletero-, una salida de escape más grande y la correspondiente plaquita identificativa tanto en la parrilla delantera como en el zona posterior. Además, una línea roja recorre todo el perímetro inferior del coche y el diseño de las llantas color antracita de 18´´ es específico para esta versión. El Juke Nismo sólo estará disponible en tres colores: blanco, negro y gris plata.
Por dentro
Por dentro, la calidad percibida aumenta respecto al resto de integrante de la gama Juke gracias, en gran medida, a la incorporación de Alcantara en el volante, paneles de las puertas y asientos -con un diseño que procura un mayor agarre del cuerpo sin perjudicar la comodidad-.
La instrumentación exhibe un tacómetro con fondo rojo, el salpicadero está rematado en plástico negro brillante y una placa con la palabra Nismo se emplaza justo delante de la palanca del cambio. Sin embargo, el volante sólo cuenta con regulación en altura. En lo que se refiere al equipamiento, resulta muy completo, y elementos como el navegador, climatizador, seis airbags, control de crucero o conexión bluetooth vienen de serie.
En marcha
Ya en marcha, el comportamiento ha mejorado sensiblemente gracias a una suspensión con unos muelles un 10% más firmes y unos amortiguadores más eficaces. Por su parte, la respuesta de la dirección se ha revisado para hacerla más directa y precisa. En carreteras de curvas, resulta muy ágil en los cambios de dirección y la carrocería apenas se inclina –además, parece filtrar algo mejor los baches-. La palanca del cambio -manual de seis velocidades- queda muy a mano, su manejo resulta preciso y sus recorridos son adecuados para practicar una conducción decidida.
Medio segundo más rápido
En cuanto al rendimiento, las modificaciones llevadas a cabo por los especialistas de Nismo han conseguido que el propulsor 1.6 turbo -el mismo que lleva el Deltawing de Le Mans- pase de 190 a 200 CV y, el par máximo, de 240 a 250 Nm. Esto, unido a unos desarrollos muy cortos, hacen que el paso de 0 a 100 km/h se realice en 7,8 segundos -0,5 segundos mejor que el normal- y la velocidad punta permanezca inalterada –215 km/h–.
No obstante, el sonido es un aspecto que nos ha defraudado –sobre todo al ver la inmensa salida de escape– y el problema de la tracción persiste, por lo que resulta complicado que la rueda delantera interior no patine cuando se acelera a fondo a la salida de los giros más cerrados –un ingeniero nos comentó que no tenían intención de incorporar un autoblocante en un futuro próximo–, lo cual resta eficacia y confianza al conductor.
