Para conseguir una atmósfera totalmente deportiva, Nissan ha aumentado el ancho de vías, ha puesto gomas de 285 mm en el eje trasero sobre llantas de 19 pulgadas y se ha servido de un auténtico y provocador alerón trasero tipo wakeboard con el que el eje trasero queda ahora mucho más pegado al suelo. Estas modificaciones producen un beneficio no sólo visual, sino también en la carretera.
Adicionalmente Nismo, la división deportiva de Nissan, ha puesto algunos elementos aerodinámicos en la parte delantera del vehículo, como una pieza de plástico bajo el paragolpes delantero que reduce el paso de aire a la parte inferior de la carrocería. Tampoco las suspensiones o el sistema de escape son exactamente los mismos que en el 370Z normal y, tras una preparación exclusiva, ahora cuentan con matices más deportivos.
16 cv extras
Aunque su aspecto ‘tuning’ pueda hacer presumir un auténtico derroche de caballos, lo cierto es que la evolución técnica es bastante más modesta que la visual. Partiendo del potente motor de gasolina V6 de 3.7 litros, la preparación de Nismo consigue llegar a los 344 cv en lugar de los habituales 328 CV. Esto también afecta al rendimiento de par, donde hay 5 Nm más en la parte superior del tacómetro, llegando a superar ligeramente los 371 Nm. La velocidad máxima permanece sin cambios porque está limitada a 250 Km/h, mientras que la aceleración consigue reducir una décima hasta los 5.2 segundos.
Por encima de las cifras, el conductor del 370Z notará la mejora de rendimiento en el comportamiento más afilado y puntiagudo del motor así como en el sonido de escape, que ahora es más gutural y posee mucha más contundencia gracias a dos tubos con mayor grosor. Los conductores que quieran aprovechar todo el potencial de este motor de aspiración natural tendrán que moverse siempre por encima de las 4.000 vueltas, un margen elevado que anula cualquier tipo de comodidad pero que saca a relucir la fuerza conjunta de más de 340 caballos bajo el capó.
Ayudas en ciudad
Desde luego, esta preparación de Nismo no parece la opción más sensata para moverse por la ciudad. El sonido puede poner los pelos de punta a cualquier fan de la preparadora japonesa, pero es realmente intrusivo para el resto de conductores y transeúntes. Además, el conductor tendrá que lidiar constantemente con las transiciones entre marchas cortas, que además de ser incompatibles con la discreción acústica hacen deslizar las ruedas traseras con demasiada frecuencia. A la hora de reducir velocidad, Nissan cuenta con el excepcional mecanismo SynchroRev, que automáticamente eleva el régimen de giro del motor para que la transición hacia marchas más cortas se realice con total suavidad, evitando que la retención de un motor de giro rápido provoque cualquier tipo de sacudida. A pesar de todo, este mecanismo de ayuda para el conductor es totalmente desconectable.
En lo que respecta al interior, el conductor se encontrará encajado en verdaderos asientos deportivos, tocará un volante de cuero de medidas perfectas y contará con tres relojes de instrumentación en la parte superior del salpicadero, por lo que no existe reproche alguno si lo que se busca es deportividad. Se echa de menos, sobre todo, un ajuste en profundidad del volante. Desde luego, la posición de conducción está totalmente orientada hacia una conducción exigente en la que se obtendrán una gran cantidad de sensaciones en la carretera.
Bastante duro
El primer contacto con el Nismo deja inmediata constancia de que los muelles son más rígidos y que los amortiguadores proporcionan una suspensión todavía más firme junto con un agarre exquisito. Los balanceos de la carrocería son prácticamente inexistentes, y gracias a la barra de torsión el movimiento del chasis a la hora de enlazar curvas es mínimo. La dirección es directa y rápida, mientras que la tracción trasera pone a prueba al conductor en cuanto disminuye el grado de adherencia. Por último, el comportamiento de los frenos parece intachable siempre que no los sometamos a una conducción en circuito demasiado prolongada en el tiempo.
En realidad, éste es un coche muy tentador para aquellos que se consideren más pilotos que conductores, sobre todo por el grado de sensaciones que pueden llegar a experimentar. Sin embargo, esta misma condición les obligará a asumir que el 370Z Nismo podría mejorar en términos de relación peso/potencia y en cifras absolutas de aceleración o consumo. Por el contrario, en precio no presenta rival y se perfila como la opción más asequible de su segmento.
Consumo de ricos, pero el más barato.
Como decimos, una cara de la moneda es que el consumo, por más que lo intentemos, será cosa de los bolsillos más pudientes. En teoría, los creadores del Nismo Z han conseguido homologar un consumo mixto de 10,6 litros. Sin embargo, habrá que sumar en el mejor de los casos uno o dos litros más aunque nuestra conducción sea eficiente y moderada con el pedal de acelerador.
La otra cara es la del precio. Un Nismo 370Z (344 cv) cuesta al menos 57.950 euros, es decir, 5.000 euros más de lo que pide Nissan por su 370Z. En este sobrecoste se incluye la preparación exterior así como el sistema de sonido Bose, la navegación, el climatizador y faros bixenon. Este precio supone el nada despreciable ahorro de 10.000 euros frente a un Audi TT RS (340 cv) y casi 20.000 euros menos de lo que Porsche exige a cambio de su Cayman S (325 cv). Desde este punto de vista, la decisión parece muy clara.
Conclusión
Nissan está intentando a toda costa posicionarse como una marca deportiva y la nueva división Nismo será la encargada de ello. El primer experimento fue el del Juke Nismo, una apuesta más comercial que deportiva, pero ahora, el 370Z Nismo parece algo más consistente y creíble y sugiere una oportunidad muy interesante para aquellos que quieran experimentar y llevar un poco de diversión hasta el límite. Para el día a día, sin embargo, un Nismo 370Z no parece la mejor opción.