Sin embargo precisamente esta combinación es la que convierte al Mini Paceman en un automóvil atractivo y exquisito, tanto en el plano estético como en el técnico. Y eso que se podría decir la silueta del Paceman se asemeja casi demasiado a la del clásico modelo compacto. Sin embargo, el Paceman destaca sobre todo por su chasis elevado, el cual procede del SUV de tracción integral señalado en el encabezado: el Mini Countryman. Y lo mismo ocurre con su carrocería, aunque ésta ha sido sometida a importantes modificaciones. El diseño de las ventanillas laterales del Paceman se estrecha enormemente hacia la parte trasera y la línea de hombros ascendente, la línea de techo descendente y la zaga achaflanada son las características responsables de la apariencia coupé de este Mini de apenas 4,11 metros de longitud.
A pesar de tratarse de una combinación realmente curiosa, el Paceman transmite elegancia y dinamismo de una forma bastante convincente, lo que sumado al habitual encanto de los Mini le otorga su merecido atractivo. Y, además, también puede considerarse un modelo único, puesto que en la actualidad el Paceman es el único miembro del segmento creado por Mini y al que ha denominado «Sports Activity Coupé».
Su interior también derrocha exclusividad. El enorme tacómetro situado en la consola central, los botones de tipo basculante y una gran cantidad de elementos redondos confieren al habitáculo ese encanto tan «Mini». El nuevo Paceman presenta otra particularidad, aunque ésta fue presentada por primera vez en el Countryman de 2010. Nos referimos a sus cuatro asientos individuales divididos en ambas filas por un doble raíl continuo fabricado en aluminio y en el que se pueden desplazar libremente los portavasos o el cenicero, por poner un ejemplo.
No solo bonito, sino también práctico
Su interior no solo es original, sino en su mayor parte también de alta calidad y además es capaz de satisfacer las pretensiones premium de la marca Mini en lo que respecta a la selección de materiales y a su acabado.
Pero el habitáculo no solo es elegante, también es práctico. En lo que respecta a la oferta de espacio, a pesar de su línea coupé el Paceman mantiene el mismo nivel superior a la media que toda la gama Mini. En la parte delantera hay suficiente espacio para poder estirarse a gusto y en la parte trasera incluso los pasajeros de mayor envergadura gozarán de suficiente libertad de movimiento a la altura de la cabeza. Tan solo con las cuatro plazas ocupadas el espacio a la altura de las rodillas resultará algo escaso, aunque suficiente. Al menos su maletero variable tiene una buena capacidad: de 330 a 1.080 litros, es decir unas cifras bastante respetables.
Bastante caro
Sin embargo, lo que hace que el interior que el Paceman sea verdaderamente atractivo es su nivel de equipamiento ampliable a petición de su propietario. El que esté dispuesto a invertir más dinero podrá hacerse con un automóvil no solo elegante, sino también lujosamente equipado. Súper navegador, asientos de piel, techo acristalado, climatizador... la lista de opciones es tan prometedora que los 30.000 euros resultan fáciles de alcanzar.
Al menos si nos decantamos por la versión Cooper S –de 30.200 euros– que tuvimos a nuestra disposición para la prueba de conducción por carreteras mallorquinas y que contaba con tracción delantera en combinación con un cambio manual de seis velocidades. Pese a su escasa cilindrada (1,6 litros), su cuatro cilindros ofrece un excelente empuje. El tiempo de aceleración es de 7,5 segundos y su velocidad máxima alcanza los 217 km/h –unas prestaciones nada desdeñables. Además, este propulsor sobrealimentado se las arregla a la perfección casi sin efecto turbo, muestra un elevado régimen de giro y proporciona una gran propulsión a lo largo de un amplio rango de revoluciones. Su par motor de 260 Nm está disponible entre las 1.600 y las 5.000 vueltas.
A pesar de tratarse de un pequeño gasolina turbo, en el plano acústico el Cooper S destaca por mostrar un gran carácter. Unas tonalidades profundas y sonoras proporcionan una experiencia acústica que pone la piel de gallina. Los cambios de marcha también resultan agradables y cómodos, puesto que la suave palanca de cambio recorre con paso firme las distintas correderas. Si tenemos en cuenta su potencia, en realidad el consumo homologado resulta bajo, aunque en la práctica habría que añadir algún litro que otro a sus 5,4 litros oficiales.
Su hábitat natural: las curvas
Sin embargo, lo que más llamó nuestra atención con respecto al Paceman fue el tarado casi perfecto de su equilibrado chasis. A pesar su configuración claramente dinámica, este derivado del modelo SUV también es capaz de destacar con un sorprendente nivel de confort. Sin embargo, lo que resulta todavía más excitante es la absoluta predisposición del Paceman a adentrarse en las curvas con un gran ímpetu. El Paceman cumple las órdenes que le dicta una dirección bien regulada con una precisión ejemplar y sin mostrarse en ningún momento tozudo. Unos excelentes frenos y un gran despliegue de asistentes electrónicos completan la configuración orientada a la diversión de este pequeño SUV coupé. Tan solo al acelerar a fondo a la salida de la curva la dirección se muestra en ocasiones algo nerviosa, aunque los efectos de la tracción sobre la dirección no llegan a resultar molestos.
Sin embargo, el Paceman también se puede conducir sin el más mínimo rastro de este tipo de efectos, aunque para ello tendríamos que encargar la tracción integral. Ésta distribuye rápidamente la fuerza entre el eje delantero y el trasero, garantizado así la máxima tracción con la mínima pérdida de adherencia. Y el sistema de tracción integral convierte al Paceman en un automóvil que se puede mover sin problemas sobre cualquier terreno no asfaltado. Sin embargo, incluso en su versión 4x4 este coupé de gran altura no es un todoterreno en el sentido clásico del término.
Cuatro motorizaciones
La tracción integral también se puede combinar con los dos propulsores diésel de 112 y 145 CV de potencia. La única que no se puede combinar con la tracción a las cuatro rueda es la motorización básica, el Cooper con motor de gasolina de 122 CV. Por lo tanto, provisionalmente estarán disponibles cuatro motorizaciones diferentes. En el futuro próximo se podrá adquirir unaversión «John Cooper Works» de 200 CV.
La variante básica cuesta 23.800 euros y ofrece un equipamiento bastante amplio que, no obstante, se puede ampliar a voluntad. Desde este punto de vista, el Paceman resulta un capricho comparativamente caro, puesto que en realidad lo que adquiere su propietario es un automóvil de dos puertas en formato utilitario. Muchos otros fabricantes ofrecen modelos de igual tamaño y potencia, además de con un equipamiento similar, hasta por 10.000 euros menos.
Conclusión
Parece que el Mini Paceman no es un coche que venga a cubrir ninguna necesidad manifiesta. Esto no quiere decir que este coupé elevado en altura no nos haya gustado, ya que su original combinación constituye un soplo de aire fresco. En este sentido, la séptima gama de Mini no es solo una cara bonita, sino que el Mini Paceman es –con algunas restricciones– apto para el día a día. El gran número de opciones de equipamiento permite alcanzar un nivel de lujo realmente elevado.
No obstante, el principal as que guarda el Paceman en la manga es su configuración dinámica. Al menos en la versión provisionalmente más potente –el Cooper S (184 CV)– este dos puertas no parece precisamente un utilitario. Las curvas rápidas son su punto fuerte. Y con la tracción integral opcional no tendrá problema alguno en moverse más allá de las carreteras asfaltadas.
El único inconveniente de este Sports Activity Coupé, como ocurre siempre con los Minis, es su precio desmesurado. Por este motivo, desde un punto de vista puramente racional resulta imposible recomendar la compra de un Paceman.