La mala visibilidad es algo intrínseco al diseño coupé y allá donde vayan los compradores de un CL la búsqueda de aparcamiento ha dejado de ser un engorro gracias al cada vez más común en las altas esferas servicio de Valet Parking. Tan sólo queda un pero, el más importante, y que para la mayoría sería motivo suficiente para no decantarse por el CL: el precio. Existen muchos automóviles más caros. Sin embargo, y a excepción de algunos modelos exóticos como los Maybach o los Rolls-Royce, el modelo coupé de serie CL de la casa Mercedes establece el límite superior en la escala de precios. El nuevo CL 500 con equipamiento básico cuesta 118.345 euros. Y debemos decir que se trata de la oferta más económica. Si alguien se atreve a ir aún más lejos y se decanta por el motor biturbo V12 del CL 65 AMG, entonces la factura ascenderá a 228.000 euros, además de cualquier posible equipamiento extra por el que se puede llegar a pagar sin problemas unos 25.000 euros. Para la mayoría de los compradores se trata, simple y llanamente, de un precio inalcanzable.
Para la primera toma de contacto con el recién reestilizado coupé siguiendo la ruta de Napoleón por el sur de Francia elegimos el modelo de acceso. Y no sólo por “humildad”, sino porque debajo del capó del CL 500 trabaja el nuevo motor de ocho cilindros de la casa Mercedes, el cual a finales de 2010 también entrará a formar parte de la Clase S junto con el nuevo motor de gasolina V6. Ahora nuestra intención es convencernos al 100% de la valía de la última obra de arte salida de la fábrica Mercedes que ya prometía buenos resultados desde un principio.
Perfeccionado en los detalles
El Clase S Coupé nos espera aparcado delante del hotel de Croisette (Francia) con un aspecto tan reluciente que parece competir incluso con los mismísimos rayos del sol. Sin embargo, este vehículo de lujo no despierta demasiada admiración por estas lindes y tampoco parece que la mayoría de los viandantes se den cuenta de que se trata de la nueva versión reestilizada. Tan sólo se han modificado levemente los faros delanteros y traseros, la parrilla y el capó. Lo que salta más a la vista son las luces de conducción diurna de tecnología LED que poco a poco van adornando (o desfigurando, tal y como afirman algunas malas lenguas) toda la gama de productos de la marca de Stuttgart.
El habitáculo ha permanecido intacto, con sus imponentes asientos de cuero y sus exquisitas maderas nobles procedentes en su totalidad de bosques europeos y no de selvas tropicales. Aunque aquí y allá los diseñadores han dado un giro de tuerca a la calidad, éste no se deja notar de forma tan evidente. Quizá se deba a que el listón fijado por la generación anterior estaba demasiado alto.
Downsizing en el segmento de lujo
De lo que uno sí se da cuenta perfectamente es del nuevo propulsor que ruge debajo de su largo capó. En lugar de los 5,5 litros de cilindrada del antiguo CL 500, ahora el nuevo propulsor de 8 cilindros desarrolla su potencia a partir de 4,6 litros . Parece que el downsizing no se detiene ni siquiera ante el segmento de lujo. Gracias a su doble turbocompresor, y como no podía ser de otra forma, el nuevo motor aumenta enormemente su potencia y, con casi 435 CV, desarrolla casi 50 CV más que su predecesor.
Así, el nuevo V8 añade una gran dosis de entusiasmo a su funcionamiento. El impresionante desarrollo de su par motor de 700 Nm impulsa a este automóvil de 2 toneladas de peso de 0 a 100 km/h en tan sólo 4,9 segundos. Y esto con una extraordinaria suavidad de marcha, de forma silenciosa y sin brutalidad alguna. Tal y como corresponde a este gran coupé de la casa Mercedes.
Función Stop-Start de serie
Si uno hace lo que la mayoría suele hacer con su CL, es decir rodar tranquilamente sobre el asfalto, resulta casi imposible percibir la presencia de su voluminoso propulsor. Sólo si el conductor de un CL 500 siente la necesidad de pararle los pies al Bentley Continental o al Aston Martin DB9 parado a su altura en el semáforo, el motor rugirá para demostrar lo que vale. Y eso pese a que, gracias a la función Stop-Start automática de serie, el motor se apaga al frenar ante el semáforo.
Por supuesto, el hecho de que el motor se mantenga encendido o se apague en el semáforo resulta irrelevante, especialmente porque de todas formas su motor resulta inaudible estando detenido. Por lo menos sobre el papel este sistema contribuye a que el CL 500 de extraordinaria potencia sólo presente un consumo de gasolina de 9,5 litros a los 100 km. Esto es más bien una seña política que una aportación real a la protección del medio ambiente o incluso una ventaja financiera. Sin embargo, así nadie tiene por qué avergonzarse de poseer un coupé. Independientemente de si al propietario le preocupa de alguna manera el gasto en combustible.
No es un deportivo
Pese a lo potente que es el nuevo motor, lo que no ha conseguido el CL de cinco metros de longitud es convertirse en un deportivo. Al menos esto fue lo que nos demostró este coloso al abandonar la cómoda carretera de costa en dirección al interior del país. Por las sinuosas carreteras de montaña este Mercedes debe rendir tributo a su peso y su chasis, configurado pensando más en el confort, también se muestra reticente a aceptar una dinámica excesiva en las curvas, incluso en el modo Sport. Quienes pese a todo deseen emprender una cruzada contra las curvas se pueden decantar por una de los dos versiones de AMG, el CL 63 o el 65 AMG que, junto a una mayor potencia, también traen de serie una configuración más deportiva.
Sin embargo, por norma general el que tiene un su garaje un CL también dispone de algún que otro juguetito que le permitirá disfrutar de la carretera el domingo. Y una vez que se ha desfogado podrá poner rumbo a su restaurante favorito con este gran coupé que volverá a ser de nuevo cómodo y tanto más elegante y refinado. No obstante, será mejor que se sepa de memoria el camino hasta allí, ya que la casa Mercedes no se muestra muy diestra a la hora de montar el sistema de navegación (2.500 euros) en el CL 500 de 118.000 euros. Por cierto que la tracción integral, disponible única y exclusivamente para el CL con motor V8, cuesta casi el doble. Sin embargo, en este caso el restaurante podría estar perfectamente ubicado en las montañas nevadas de los Alpes.
Conclusión
Hacer que algo casi perfecto sea todavía mejor es algo que le resulta difícil incluso a la casa Mercedes. Así, las medidas adoptadas en la reestilización del CL afectan únicamente a pequeños detalles que sólo percibirán aquellos realmente expertos. Tanto más entusiasma el nuevo 8 cilindros con un impresionante desarrollo de su potencia y una exquisita suavidad de marcha. Y con el sistema automático Stop-Start de serie, Mercedes sienta un precedente en el segmento de lujo.
- Nota importante: Las versiones y los precios reflejados en el texto corresponden al mercado alemán