La renovación se centra en el aspecto estético, con pocos cambios en lo que a su base tecnológica se refiere. Sin embargo, lo más importante es que dos de los cuatro motores diésel ofertados cumplen ya la normativa de nivel de emisiones Euro 6. Realmente, el GLK, el SUV de la casa alemana que a partir de ahora se fabricará no sólo en Bremen sino también en Pekín para el mercado chino, no ha sido sometido a una verdadera actualización, sino más bien a un pequeño restyling. Los diseñadores han otorgado mayor expresividad a la línea de los faros delanteros, incorporando a los mismos nuevas bandas luminosas –casi las nuevas insignias de la casa bávara– y la parrilla cromada de serie presenta ahora un aspecto aún más imponente. La zaga también ha sido objeto de varios retoques, el más importante quizá la incorporación de la tecnología LED en forma de tiras luminosas.
Toberas de ventilación redondas
Con la misma cautela se ha procedido a renovar el habitáculo, donde la novedad más llamativa son las toberas de ventilación en aspa procedentes de otros modelos de la marca de la estrella. Los botones de control del sistema «Command Online» han sido renovados, el cuadro de instrumentos se ha sustituido por el de color procedente de la Clase C y el nuevo volante con botones multifunción también proviene de la serie de clase media.
En las versiones automáticas un hueco adicional situado en el túnel central ofrece aún más espacio de almacenamiento, puesto que la palanca de cambio está ubicada en el volante. En cualquier caso, el cambio manual solo estará disponible para los dos diésel de acceso sin tracción integral. Una novedosa iluminación de ambiente permitirá a los ocupantes sentirse aún más a gusto dentro del GLK y, para no perder en ningún momento el contacto con el mundo exterior, de forma opcional el GLK se puede encargar con acceso a Internet. Además, en la parte trasera se pueden instalar también puntos de conexión para los iPads.
Menos altura de serie
Mercedes ha aprovechado esta revisión para rebajar 20 mm el tren de rodaje de serie, situándolo así a la altura del chasis deportivo. En lo sucesivo, ambas variantes se diferenciarán solo por el reglaje más duro de los amortiguadores y la dirección más directa de la versión deportiva. Esta reducción de altura de serie pretende otorgarle mayor dinamismo al GLK, aunque la característica más destacada es que resta cierto confort al conjunto puesto que las irregularidades del piso se resultan más patentes para sus ocupantes. En nuestra opinión, para Mercedes hubiera sido un mayor acierto haber sustituido la dirección de serie algo inexacta por la variante –ya de por sí más precisa– del paquete deportivo.
En cualquier caso, la configuración de los muelles se puede compensar con el paquete «Offroad» disponible para todos los modelos de tracción integral, lo que supone una distancia al suelo 30 mm mayor y, por lo tanto, una suspensión más cómoda. A esto cabe añadir un sistema de control de velocidad en descenso y un programa de conducción especial que modifica ligeramente los puntos de cambio de la caja automática y hace más agresivo el diagrama característico del acelerador, aunque para ello haya que renunciar al modo deportivo del cambio automático de siete velocidades.
Aquellos que se atrevan a conducir campo a través con el GLK, algo absolutamente viable gracias a sus buenas aptitudes todoterreno, encontrará sumamente útil la pantalla para todoterreno del sistema multimedia opcional «Command Online» que, además de una brújula, muestra el ángulo de dirección con exactitud. Para una mejor visibilidad global Mercedes ofrece por primera vez una cámara de 360º que representa el vehículo en pantalla desde una perspectiva de pájaro. Más allá de indicarnos dónde se encuentran los obstáculos más peligrosos del camino, ésta nos resultará útil a la hora de aparcar. Si aun así el futuro propietario no se atreve a aparcar por sí mismo su GLK, este paquete ofrece –junto con la cámara de 360º– un sistema de ayuda que se encargará de hacerlo por nosotros y que, si lo deseamos, también desaparcará.
Euro 6, pero no para todos
La motorización básica sigue siendo la del GLK 200 CDI de 143 CV de potencia, disponible exclusivamente con tracción trasera. Se trata también del motor de serie en el 220 CDI de 170 CV, aunque en este caso sí se puede optar por la tracción integral. La versión 4Matic dispone de un nuevo sistema de tratamiento de los gases de escape con el que a partir de septiembre de 2014 Mercedes cumple la normativa Euro 6. La inyección de urea AdBlue de esta variante de potencia se pagará con un sobreprecio de unos 1.500 euros.
En el futuro, la variante de mayor potencia denominada GLK 250 CDI (204 CV), y propulsada por el mismo cuatro cilindros de 2,1 litros de cilindrada, contará de serie con este sistema de tratamiento con urea. El único motor que ha experimentado un incremento de potencia es el diésel superior, un V6 que en la variante 350 CDI desarrolla un plus de 34 CV –es decir 265 CV–, al igual que hace desde el año pasado tanto en la Clase C como en la Clase E. Sin embargo, éste seis cilindros aún no domina la normativa Euro 6.
La mayor parte de las ventas seguirá correspondiendo al GLK 220, modelo que nosotros probamos en su versión más ecológica. Ésta se reconoce por la nueva inscripción «BlueTec» que sustituye las iniciales «CDI» a las que la casa nos tenía acostumbrados. El nuevo tratamiento de los gases de escape no tiene repercusión alguna en las prestaciones del GLK. Su potente par motor de 400 Nm a tan solo 1.400 vueltas se muestra brioso e impulsa las apenas dos toneladas de peso de este SUV sin ningún problema. Gracias a su excelente cambio automático de siete velocidades no se experimenta ningún efecto turbo, al igual que el proceso de combustión del propulsor tampoco resulta audible. Tan solo al pisar a fondo el acelerador el cuatro cilindros parece querer demostrar su presencia.
Recomendación: GLK 220 BlueTec
El tiempo de aceleración del GLK 220 BlueTec es de 8,8 segundos y su velocidad máxima alcanza los 205 km/h. Su hermano más potente, el GLK 250, es 0,8 segundos más rápido en esta disciplina y su velocidad máxima supera la del «pequeño» en 5 km/h. En general, todos los GLK presentan el mismo equipamiento, con excepción del cambio automático, que solo está disponible de serie en los modelos 4x4, y un depósito 7 litros más grande (66 litros) en el caso de la versión de gasolina.
La única mecánica de gasolina ofertada, un propulsor V6 de 306 CV montado en el GLK 350, es también la de mayor consumo (8,1 litros), aunque sus 238 km/h de velocidad punta la convierten también en la más rápida. El diésel V6 consume 6,9 litros, mientras que la variante de cuatro cilindros con tracción integral firma un consumo de al menos 6,1 litros a los 100 km. Tan solo los dos diésel con cambio manual y tracción delantera se mantienen –con 5,5 litros– muy por debajo de la marca de los 6 litros de consumo. Sin embargo, ningún GLK emite menos de 143 g/CO2 por kilómetro.
Con tracción integral a partir de 42.950 euros
Si nos decantamos por la versión más económica del GLK revisado que estará disponible en los concesionarios a partir del 29 de junio de 2012 tendremos que abonar 36.700 euros, aunque el precio de un GLK de tracción integral es de al menos 42.950 euros. Además del sistema de parada y arranque y los habituales sistemas de confort (elevalunas eléctricos, climatizador, llantas de aluminio, radio CD, luz de conducción automática), el equipamiento casi idéntico en todas las versiones no incluye ningún componente fuera de lo común.
Los asientos en piel, el paquete técnico «Offroad», un sistema de navegación sencillo o el imponente sistema multimedia «Command Online» con conexión a Internet están incluidos en la lista de extras, al igual que ocurre con los faros de xenón, la iluminación de ambiente, los asientos calefactados, el asistente al aparcamiento con cámara de 360º o el paquete de asistencia a la conducción «Plus» con programador de velocidad con regulación de distancia, un sistema de alarma de salida del carril que interviene en situaciones límite, un sensor de ángulos muertos y un sistema de frenos «Presafe».
Conclusión
La mayoría de las modificaciones realizadas con motivo de la revisión de este modelo son de carácter estético. Sus faros delanteros más redondeados y sus nuevas ópticas traseras confieren al GLK una presencia más atractiva y menos angulosa. De entre los nuevos extras lo que resultará más práctico será la cámara de 360º que facilita enormemente las maniobras. En lo que respecta a las motorizaciones, nuestra recomendación es sin lugar a dudas el GLK 220 CDI que es suficientemente potente a la par que eficiente. A pesar de que la normativa Euro 6no entra en vigor hasta septiembre de 2014, no deberíamos dejar escapar la oportunidad de hacernos con la variante BlueTec, puesto que es buena para el medio ambiente.
El hecho de que esta revisión haya traído consigo una reducción de la altura del tren de rodaje estándar es algo que puede no gustar a todos. Los que prefieran una configuración más confortable deberán decantarse entonces por el paquete técnico «Offroad», aunque en este caso la tracción integral es requisito indispensable. En realidad, la tracción 4x4 es algo fundamental en un SUV, independientemente de que casi ningún cliente la llegue a necesitar nunca.