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Primer contacto: Mercedes-Benz CLA Shooting Brake – Un 'Combi' de diseño

En Stuttgart han vuelto a poner el punto de mira sobre el público más joven. No hay que olvidar que, con el CLA, la marca de la estrella consiguió uno de sus mayores logros en los últimos años y por eso, es lógico que quieran morder todavía más mercado lanzando la variante familiar.

El Shooting Brake es el nombre comercial de este station-wagon derivado de un modelo compacto de cuatro puertas cuyo valor añadido es su espectacular diseño y su gran calidad de construcción. El resultado de este contraataque por parte de Mercedez-Benz es un coche con tintes bastante deportivos y con una silueta que, además de mucho estilo, parece prometer bastante espacio en su interior, y eso que las medidas reales no dejan de ser las de un compacto puro y duro.  EL CLA familiar llega hasta los 4,63 metros de longitud, con una anchura de 1,78 metros y 1,44 metros de alto. Esto es, es exactamente igual de alto y ancho que un CLA pero sin embargo es 3 milímetros más alto (luego veremos por qué y para qué).

El espacio como elemento necesario, pero no imprescindible

Se supone que en la definición de lo que debería ser un “Shooting Break” va implícita la cuestión de la mayor deportividad frente a un station-wagon tradicional. En el caso del CLA Shooting Break, el vistoso flap trasero deja una zaga completamente diferente a la del compacto sedán del que deriva, y sintoniza perfectamente con la línea coupé que Mercedes-Benz quiere venderle a los jóvenes más adinerados de Europa.

Pero antes de nada, hablemos de la cuestión del espacio. La apertura del maletero es más grande que la del CLA y, en total, el espacio de carga puede albergar un margen de volumen que va desde los 495 hasta los 1.354 litros. Son 25 litros más de lo que puede transportar el CLA Coupé, aunque tiene algunos inconvenientes que otros familiares “puros y duros” no presentan. Entre otros detalles a mejorar está la imposibilidad de separar el maletero del habitáculo con una red, que los asientos no mantengan una superficie plana con respecto al maletero al abatirse o que la boca de carga no sea plana, sino que hay que salvar un escalón de carrocería para acceder al interior del maletero.

Dicho esto, no creemos que la clientela del Shooting Break encuentre en el maletero un argumento de compra, por mucho que sea mejor que el del CLA coupé. Más bien, creemos que la razón de compra será la de contar con una zaga más deportiva y más en sintonía con una filosofía coupé que abandona el aspecto señorial de un modelo de tres volúmenes. En este grupo de clientes, jóvenes todavía sin hijos, la capacidad de carga no suele ser una prioridad, sino que basta que sea mejor que en el modelo del que deriva y que los pasajeros de la parte posterior no vean reducido su espacio para las piernas y para la cabeza.

Más espacio en la fila posterior

En la primera fila de asientos, conductor y acompañante no notarán la diferencia con respecto al coupé. Tan solo hay algunos detalles que dejan sentir que estamos ante otro modelo diferente, como que los asientos llevan los reposacabezas integrados o que la visibilidad general de conducción sea un poco peor. En cierta manera, es un impuesto que hay que pagar si quieres dar prioridad al diseño y a la aerodinámica – el coeficiente de 0,26cx es sencillamente excepcional-, aunque para sobrellevarlo Mercedes-Benz ofrece buenos sistemas de ayuda al aparcamiento como una cámara de visión trasera o un “parking assist”.

En la parte posterior, sin embargo, el Shooting Brake es un modelo más acogedor, ya que el diseño de este techo “familiar” no cae tanto y permite que existan algunos centímetros más de altura libre para la cabeza.

Algunas cosas a mejorar

También pueden caer algunas críticas del lado de la instrumentación y de la dificultad para leer algunas indicaciones del cuadro de instrumentación. En especial, la visión no es del todo clara si llevamos el sol por detrás, ya que hace demasiados reflejos en el cristal que protege los relojes del cuadro. Además, las salidas de ventilación y la parte superior de la instrumentación quedan reflejadas en el parabrisas con bastante facilidad. A los conductores más maniáticos es un fallo que, desde luego, podría molestarles.

En cuanto a la puesta a punto, no hay prácticamente cambios o evoluciones con respecto al coupé. La tracción es delantera y el conjunto de la dirección, frenos y suspensión no presenta ningún defecto sino todo lo contrario. El equilibrio, salvo en la variante AMG, reina en todas las circunstancias de conducción cualquier perfil de conductor se adaptará rápidamente al tacto de conducción. La comodidad, como es habitual en Mercedes-Benz, es la nota dominante de la conducción.

Para nada barato

Como era de esperar, el CLA Shooting Brake no es un modelo barato. Está disponible entre 32.625 euros y 63.750 euros. La diferencia de precio con respecto a un CLA coupé es de unos 600 euros.

El motor de acceso a la gama es un 1.6 de gasolina con 122 cv que consume 5,8 litros cada cien kilómetros. Por encima de él se sitúa el mismo bloque de cuatro cilindros pero con 156 cv, que cuesta 2.300 euros más. El consumo en este último es exactamente igual, 5,8 litros, lo cual prueba su mejor eficiencia.  Pero todavía se puede dar otra vuelta de tuerca: con el motor de gasolina 2.0 de 211 cv, cuyo precio comienza en 44.225 euros, el consumo homologado es de 5,5 litros, es decir, consume tres décimas menos a cambio de 55 cv más.

45 AMG

Para coronar la gama, el CLA 45 AMG Shooting Brake se ofrecerá a los clientes a partir de 63.750 euros. Esta versión, que puede acelerar en 4,6 segundos hasta los cien, cuenta con un motor también de dos litros pero con 360 cv de potencia. El par motor que desarrolla es de 450 Nm entre 2.250 y 5.000 vueltas y su consumo homologado es inferior a los siete litros. Mercedes-Benz presume de que éste es el motor de cuatro cilindros producido en serie más potente del mundo.

En esta versión encontraremos como parte del equipamiento de serie, y además de la personalización exterior, cosas como una pantalla multimedia de siete pulgadas en la consola central, cuadro de instrumentación AMG, costuras en rojo, llantas de 18” o seis altavoces. Además, equipa el sistema de tracción total 4MATIC y el tren de rodaje deportivo.

Diésel desde 34.500 euros

Si buscamos opciones diesel, la primera opción por precio es la del 200 CDI, que con 136 cv ofrece unos consumos de 4,3 litros cada cien kilómetros. Está a la venta desde 34.500 euros y es el primero de los motores que puede equipar la caja automática 7G-Tronic. Cuesta 2.400 euros aproximadamente y, a cambio, el consumo mixto homologado se mejora dos décimas hasta bajar a los 4,1 litros. El siguiente es el motor 220 CDI de 177 cv, que ya trae incorporada esta transmisión automática y que cuesta un mínimo de 39.700 euros.

OrangeArt, la versión de promoción

Mercedes-Benz ha puesto ya a la venta este modelo y para impulsar sus primeras ventas ha creado una versión limitada llamada “OrangeArt” en la que se incluye el pack AMG Line, llantas de 18 pulgadas también de AMG, volante deportivo y detalles acabados en naranja tanto en el exterior como en el interior del vehículo.

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