Si bien desde aquí no queremos hablar de desesperación en la casa de la estrella, resulta evidente que hacía tiempo que los suabos renqueaban detrás del fabricante bávaro. Necesitaban nuevas ideas para que la opinión pública volviera a creer que llevan la batuta. Algo que no resultaba del todo fácil teniendo en cuenta que tampoco se podían permitir `mosquear´ a su clientela. Concebir un automóvil que resulte apto para conquistar tanto a los clientes más bien conservadores de Mercedes como a los jóvenes más salvajes podría ser misión imposible. Para no tropezar con su propio deseo de modernización, y no mosquear a ambas partes con un presunto compromiso, Mercedes comercializa dos modelos con características completamente diferentes.
Esta estrategia ya la pusieron en marcha con la Clase A, que en la última generación se desvincula de forma radical de la imagen de su predecesor. Y aquellos que no se sientan a gusto podrán/tendrán/deberán decantarse por un Clase B de diseño más conservador y, de paso, Mercedes se embolsa unos euros más. Si bien el año pasado aún nos sorprendíamos con esta táctica, con la introducción del CLA ahora nos resulta lógica, ya que con esta berlina desarrollada sobre la base del Clase A ahora Mercedes ofrece una alternativa estilosa a la Clase C.
Para jóvenes rebeldes
En la casa alemana no creen que ambos modelos se vayan a hacer la competencia mutuamente. Quizá en el futuro algún que otro conductor de la Clase C decida cambiar a un CLA, pero en general esta berlina de 4,63 litros apunta a una clientela completamente diferente, una que nunca pensaría en hacerse con un conservador Clase C. Al mismo tiempo al CLA garantiza el futuro a los más tradicionalistas: su existencia hace que la próxima Clase C no pueda/deba ser más vanguardista.
Si el Clase C es el burgués entre las berlinas de la clase media, el CLA es claramente el incendiario. Su diseño, con multitud de elementos procedentes de la Clase A, llama la atención. No todos lograrán familiarizarse con las innumerables aristas, líneas, pliegues, entradas y salidas de aire y bordes de ataque que presenta el CLA. Sin embargo, a los que les guste disfrutarán de un toque de color entre la monotonía
Un maestro de la aerodinámica
Y lo mejor es que el diseño no solo es diferente y refrescante, sino que también es aerodinámico. Si bien el VW XL1 acaba de batir el récord obtenido recientemente por el CLA en lo que respecta al coeficiente aerodinámico, aparte del milagroso bólido de Volkswagen el Mercedes es el actual líder del segmento con un Cx de 0,22. Esto reduce notablemente el consumo y ya dentro del coche los ruidos producidos por el viento.
Tanto en ciudad como por carretera y a velocidad de autopista el CLA rueda de forma silenciosa e incluso el aislamiento del tren de propulsión funciona a las mil maravillas. La mecánica diésel de 2,2 litros que probamos en nuestra primera toma de contacto montada en el 220 CDI resulta más audible a plena carga y, por lo demás, ronronea de forma discreta en cualquier situación. En cambio, en lo que respeta a los datos de potencia no resulta tan discreta: 170 CV no son pocos y 350 Nm a 1.400 vueltas por supuesto que tampoco.
Motores eficientes
Los futuros propietarios del único diésel disponible en la actualidad (el CLA 200 CDI no llegará hasta finales de 2013) no tendrán que decidir si prefieran un cambio automático o uno manual, ya que el CLA 220 CDI solo está disponible con un cambio de doble embrague de siete velocidades que cambia las marchas de forma rápida, precisa y –por lo general– suave; lógicamente la intervención del conductor es posible, pero no necesaria.
Basta con hundir un poco el pie derecho para que el CLA salga disparado y cubra la distancia necesaria para alcanzar los 100 km/h en 8,2 segundos. Su velocidad máxima asciende a 230 km/h y su consumo medio es de 4,2 litros. Incluso los tres gasolina (de 122, 156 y 211 CV) no consumen más de 6,1 litros de media. En este sentido, la versión más eficiente es el gasolina de acceso en versión Blue-Efficiency. En este caso no hay que pagar aparte por las medidas de eficiencia y aun así el consumo se reduce de 5,4 a 5,0 litros; aunque también la Vmax de 210 a 190 km/h.
Mecánicas divertidas y chasis deportivo
Hasta que Mercedes presente la versión AMG de 360 CV los que busquen la máxima diversión al volante tendrán que decantarse por el CLA 250. El gasolina tope de gama asociado de serie a un cambio de doble embrague denominado 7G-DCT genera un par motor de 350 Nm, es decir la misma fuerza que el diésel, aunque en su caso ya está disponible a 1.200 vueltas. El tiempo de aceleración es de 6,7 segundos y el límite de velocidad se sitúa en 240 km/h.
La combinación perfecta es el chasis deportivo, notablemente más rígido aunque sin llegar a ser incómodo; parece que Mercedes ha aprendido de las críticas recibidas por su «saltarina» Clase A. Junto con la dirección directa –de serie en todos los CLA– este Mercedes apura las curvas con exquisita precisión y traslada la fuerza a la carretera a través de las ruedas delanteras –al parecer solo en raras ocasiones con una ligera tendencia al subviraje. En el día a día esta diferencia apenas si llama la atención y los que quieran también puede encargar la tracción integral disponible.
Un banco trasero poco práctico
Aquellos que prefieran cuidar un poco más su espalda pueden decantarse por el cómodo chasis estándar y aun así seguirán disfrutando de la extraordinaria agilidad de esta berlina de apenas 1,4 toneladas de peso. Además, la lista de precios ofrece numerosas posibilidades para gastarnos el dinero. El precio básico de 31.500 euros correspondiente al CLA 180 es una cifra indicativa, ya que nadie se llevará un CLA por menos de 35.000 euros. La oferta de extras de confort y seguridad resulta simplemente demasiado atractiva.
Lo que la lista de precios no incluye –y con razón– es el «Rear Seat Entertainment System», puesto que el estrecho banco trasero no alojará casi nunca a ningún ocupante al que haya que entretener. Hacia la parte delantera son los asientos del conductor y el copiloto los que limitan el espacio y hacia arriba es el techo de gran caída. Para pequeños trayectos el espacio es suficiente, aunque para recorridos que vayan más allá de los límites de la ciudad la parte trasera solo es apta para niños. Por lo tanto, los que suelan viajar en grupos de cuatro estarán mejor servidos con un Clase B o con un Clase C.Final del formulario
Sin embargo, los dos pasajeros del CLA estarán encantados con la generosa oferta de espacio de la primera fila, así como con su amplio maletero: 470 litros es más de lo que cabe en un Clase C y puesto que detrás no se sienta nadie se puede abatir el respaldo de los asientos para ampliar aún más su capacidad. De esta forma, nada se interpondrá entre vosotros y una visita a Ikea o un viaje de vacaciones.
Conclusión
No fueron pocos los críticos que opinaban que con el Clase A Mercedes se metía en un callejón sin salida. Sin embargo, con la llegada del CLA la estrategia cobra sentido. Con el CLA y la Clase C los suabos cuentan con dos automóviles de tamaño similar para dos grupos objetivos completamente diferentes y que apenas cruzarán sus caminos. De esta forma Mercedes puede continuar sirviendo a su clientela fija y, al mismo tiempo, atraer a nuevos clientes que quizá antes se hubieran decantado por un BMW Serie 3 o por un Audi A4. Máxime cuando, además, el CLA es un poco más barato que el Clase C.
Con un diseño estiloso y una elevada calidad, una marcada dinámica de movimiento y motores eficientes el CLA es se perfila como una oferta completa y conseguida. Y aquellos que crean que tienen que criticar el escaso espacio que ofrece el banco trasero, entonces es que no han comprendido el sentido del CLA y pueden seguir apostando tranquilamente por la Clase C.