Además, la casa nipona pretende atraer a una clientela muy especial con una nueva variante de motor y cambio. Su gran parrilla de cinco puntas se ha redondeado en todas las esquinas, el parachoques trasero es nuevo y hace que el Mazda3 resulte algo más ancho. Eso es todo. Igual de sencillas y escasas son las novedades que presenta su interior, donde al igual que antes encontramos una mezcla de casi una docena de superficies de plástico diferentes.
Los instrumentos ubicados en los dos profundos tubos del cuadro de mandos se iluminan ahora en color blanco, en lugar de en rojo, y están siempre encendidos. El único inconveniente de este cambio es que en aquellos modelos que no cuenten con un sensor de encendido automático de luces, el conductor tendrá que estar atento para encender las luces a tiempo, un detalle que se puede olvidar fácilmente ya que el interior estará siempre iluminado.
Sólo una mecánica para el acabado básico
Los que se decanten por la versión básica «Active» no tendrán prácticamente ningún componente opcional. Esta línea viene asociada siempre a los motores de acceso (en gasolina y diesel) e incluye el nuevo indicador de cambio de marcha, aire acondicionado y llantas de 15 pulgadas, entre otras cosas. En cambio, para la línea «Sportive» sólo están disponibles las dos mecánicas más potentes en diesel y el 2.0 DISI. Aparte de estos equipamientos, la casa sigue comercializando el Mazda3 MPS equipado con un motor turbo de 260 CV.
Gracias a las medidas de optimización aerodinámicas –nuevo paragolpes, deflectores de aire más rígidos en las ruedas delanteras y una protección de los bajos más grande–, se ha logrado reducir ligeramente el consumo de todos los motores. Por desgracia, el sistema de parada y arranque sólo está disponible para el motor de gasolina más potente (2.0 de 150 cv) asociado al cambio manual. Parece que éste reduce el consumo de 7,6 a 6,8 litros en comparación con la variante automática de cinco marchas. Montado en el hermano pequeño, el nuevo cambio automático se comporta justo al contrario, aumentado el consumo de 6,6 a 7,6 litros.
Poco temperamento
Cabe destacar que el gasolina de 105 CV con cambio manual (que no variará su precio, es decir, seguirá costando 17.700 euros) no aporta nada grandioso en términos de placer de conducción, por lo que no resulta difícil imaginarse que la caja automática merma todavía más el poco temperamento resultante de sus justos 145 Nm de par motor. Sin embargo, si lo importante no es disfrutar al volante sino rodar de forma sólida, segura y tranquila, este silencioso propulsor resulta sumamente recomendable, sea cual fuere el cambio elegido.
El diésel más pequeño (19.800 euros) tampoco es que sea un dechado de virtudes en cuanto a dinámica, agilidad y velocidad, pero también trabaja de forma agradable y silenciosa y su consumo es de 4,3 litros, lo convierte en la forma más eficiente de conducir el nuevo Mazda3.
Con estos dos motores iniciales, Mazda lanzará una versión especial de lanzamiento, llamada MIRAI, en la que incluye el climatizador bizona, sensor de lluvia, faros antiniebla, los elevalunas traseros eléctricos y un equipo de sonido con seis altavoces integrados. Cuesta 20.200 euros sin descuento en el caso del diésel, es decir, lo mismo que el equipamiento Style. En el caso del gasolina ocurre lo mismo y el precio es de 18.700 euros.
Por lo demás, hay que mencionar que el equipamiento Style (desde 18.700 euros) ha añadido a su dotación el control de crucero y que el Style + (desde 19.850) ya incluye el navegador con pantalla táctil de 5,8 pulgadas y bluetooth.
Mejorado en los detalles
Si bien Mazda no ha tenido mucho trabajo en el apartado de la suspensión y el chasis, los ingenieros del centro de desarrollo de Oberursel han querido superarse un poco más. Por un lado, los refuerzos adicionales situados en la subestructura aportan una mayor rigidez a la carrocería y tienen un efecto muy positivo en la estabilidad en marcha. Por otro, el nuevo reglaje de los amortiguadores incrementa el confort sobre superficies irregulares, reduce las vibraciones y, junto con la dirección optimizada, proporciona una mayor precisión en el trazado de las curvas.
Conclusión
Aunque es cierto que no había mucho que optimizar, Mazda ha logrado mejorar aún más los pequeños detalles de su nuevo 3. En todo caso el interior puede llegar a ofrece cierto margen de perfeccionamiento, pero en el segmento de los compactos es posible encontrar ejemplos mucho peores. Tampoco olvidemos que el sistema de parada y arranque para todos los motores continúa siendo una asignatura pendiente. Por lo demás, sólo podemos decir: ¡bien hecho!