La nueva reedición del Kia Rio se ha transformado como por arte de magia en un utilitario bonito y de calidad y, gracias a su precio económico, se acerca peligrosamente al niño mimado de su categoría, el VW Polo. Además de por una cuestión de precio, los utilitarios se venden principalmente por motivos estéticos y prácticos, de forma que el rendimiento y la dinámica de movimiento desempeñan más bien un papel secundario en este segmento. Esto es algo que también sabe Kia y, por este motivo, presenta el nuevo Rio con un exterior quizá no extravagante, pero sí elegante y agradable a la vista. Justo al contrario que su antecesor.
Peter Schreyer, un antiguo diseñador de Audi y VW originario de Berlín, ha conseguido dibujar una amable sonrisa en el frontal de este nuevo utilitario, sin que por ello resulte ridículo. Líneas claras, detalles ubicados de forma acertada y la ausencia de florituras demasiado artificiales contribuyen a que el Rio haya desarrollado una presencia atemporal y apta para cualquier tipo de usuario, y en ningún caso aburrida.
Se acabó el plástico
Por suerte, el alejamiento que persigue su exterior de la estética conservadora de su predecesor tiene su continuidad en el interior. En lugar de en un paisaje triste de plástico duro, uno se encuentra de repente sentado en unos asientos cómodos y rodeado de un ambiente muy acogedor. Sus inserciones cromadas, su barniz de brillo intenso y sus superficies blandas sumamente agradables al tacto acercan bastante al Rio al nivel de calidad marcado por el Polo dentro del segmento de los utilitarios.
Afortunadamente, pese a toda la creatividad que han demostrado tener, los coreanos no han sucumbido a ese nuevo afán por complicarlo todo, de manera que uno continúa habituándose rápidamente a su manejo y es capaz mantener en todo momento la visión de conjunto. No obstante, lo que Kia sí ha hecho es introducir un pequeño toque de humor. Los interruptores basculantes del sistema de aire acondicionado recuerdan mucho a los de un Lamborghini. Sin embargo, no sabemos si el conductor de un Rio será capaz de darse cuenta de ello.
Virtudes prácticas
Si bien el Rio ha crecido algunos centímetros en longitud, sus 4,05 metros continúan siendo unas dimensiones aptas para encontrar aparcamiento en casi cualquier sitio. Los ocupantes se beneficiarán sobre todo de una mayor distancia entre ejes que Kia ha aumentado hasta los 2,57 metros. De esta forma –y no sólo por los asientos delanteros más estrechos– las plazas del banco trasero resultan bastante cómodas, mientras que en la parte delantera continúa habiendo suficiente espacio para sus ocupantes. En el momento de su llegada a los concesionarios en septiembre de 2011, el Rio sólo estará disponible en versión cuatro puertas. La variante algo más deportiva de tres puertas no llegará hasta el año que 2012, aunque Kia permite ya hoy hacer reservas.
El maletero también ha visto aumentada ligeramente su capacidad, que ahora es de 288 litros y supera así en 8 litros –o una bolsa de supermercado– al VW Polo. Si bien su gran portón trasero facilita la maniobra de carga y descarga, su plano de carga elevado molesta un poco. Si se necesita más espacio de carga, éste se puede incrementar abatiendo el banco trasero dividido en dos, de forma que se obtienen 923 litros.
Algo escaso
Todavía existe otra disciplina en la que el Rio le saca los colores al Polo, y esto debería resultar bastante más doloroso para VW que los 8 litros de volumen del maletero. Nos referimos concretamente al consumo de combustible, donde el coreano lleva claramente la delantera. Su motor diésel de tres cilindros y 1,1 litros de reciente desarrollo viene equipado con un sistema automático de arranque y parada y consume tan sólo 3,2 litros a los 100 km –en su versión tres puertas– y, por lo tanto, resulta claramente más eficiente que un Polo BlueMotion. Y eso no es todo, ya gracias a unas emisiones de CO2 de 85 g/km, el Rio se convierte a día de hoy en el automóvil más limpio del mercado. Además, con sus 75 CV de potencia y sus 170 Nm de par motor si bien no se trata de un prodigio de la aceleración, el Rio está muy lejos de ser un obstáculo ecológico para la circulación.
Sin embargo, este ahorro sólo se consigue a través de la renuncia a ciertos elementos del equipamiento. La habitual regulación en profundidad del volante o el sistema de aire acondicionado, por ejemplo, ni siquiera están disponibles ya que su simple peso incrementaría el consumo. Si no se adquiere el Rio 1.1 Diesel en su versión básica, entonces el consumo es de 3,8 litros.
Motores ya conocidos
Los que en aras de una mayor progresión estén dispuestos a asumir un mayor consumo bien podrían decantarse por el conocido propulsor diésel de 4 cilindros y 90 CV que el grupo monta en el Hyundai i20. Éste se presenta con 220 Nm de par motor y, por lo tanto, registra una mejor aceleración. No obstante, este motor pierde su fuerza en la zona alta de revoluciones, algo que a este diésel de pretensiones ecológicas se le perdona con más benevolencia que a su hermano más potente. Su tiempo de aceleración de 0 a 100 km/h es de 14,2 segundos y hasta que se alcanza su velocidad máxima de 172 km/h también pasa un rato.
La versión más potente del propulsor de gasolina, que tampoco es nuevo, necesita tres segundos menos para acelerar hasta los 100 km/h. En este caso se trata de un motor de 4 cilindros, 1,4 litros de cilindrada y 109 CV de potencia. Sin embargo, pese a contar con unas cifras mejores, el motor de gasolina con tan sólo 137 Nm de par motor tiene mucha menos chispa que el diésel y, además, no se pone en marcha de forma tan rápida. En este sentido, tampoco sorprende que la versión menos potente, de 85 CV y 1,2 litros de cilindrada –por cierto el único equipado con un cambio de cinco marchas en lugar de seis–, no tenga un rendimiento mucho mejor. Al menos podemos decir en su favor que incluso el motor más potente no necesita más de 5,3 litros de combustible.
Un sólido compromiso
Para hacer justicia a unas prestaciones más bien moderadas, Kia ha renunciado a una configuración demasiado deportiva del chasis y, en lugar de ello, se ha decantado por un equilibrio entre solidez y comodidad. Aunque con este compromiso el Rio no es del todo apto para un trazado de curvas demasiado solícito, no por ello se convierte en un mero transporte para niños hasta la guardería. Si exageramos demasiado, el Rio comienza a subvirar pronto y de buena gana, aunque el sistema ESP montado de serie en todos los modelos le devuelve sin problemas a la trazada correcta.
En los recorridos diarios por ciudad su dirección indirecta no resulta especialmente importante, más bien al contrario, ya que en este caso su suavidad hace que el Rio resulte aún más manejable. Por el contrario, una vez traspasados los límites de ciudad su escasa respuesta tiene un efecto mucho más negativo en el conductor. En este aspecto el VW Polo sigue siendo mejor. Sin embargo, no podemos decir si éste será un motivo realmente importante a la hora de decirse por uno u otro.
Notablemente más barato
Como ya hemos dicho al principio, la dinámica de movimiento no es ningún argumento para vender un utilitario. Sin embargo, el as que el Rio guarda en la manga es otro, concretamente el precio. La casa coreana no sólo ha logrado reducir el precio de acceso en 2.000 euros en comparación con su predecesor, sino que gracias a ello supera con creces a su rival de Wolfsburgo. El Rio más económico, equipado con motor de gasolina 1.2 en versión tres puertas, está disponible a partir de 9.400 euros. El modelo diésel más eficiente del Rio cuesta al menos 11.740 euros, es decir, unos 3.000 euros menos que el modelo equivalente en la marca alemana, el Polo 1.2 TDI de 75 cv.
El precio de Kia en el equipamiento Basic no incluye aire acondicionado, pero sí conexiones auxiliares de audio, control de estabilidad y seis airbags.
Conclusión
El hecho de que el Rio vaya a ser capaz de destronar al Polo es algo que, pese a todas las ventajas de la nueva versión, ni siquiera se creen en Kia. Sin embargo, los coreanos pueden estar muy orgullosos de su nuevo utilitario, ya que con el Rio han dado vida a una elegante y recomendable alternativa para todos aquellos que prefieren los motores más eficientes a una dinámica de movimiento más marcada y que por ahorrarse unos cuantos miles de euros están dispuestos a renunciar tranquilamente al logotipo de VW en la parrilla.