Aquí están todos sus secretos. En un momento especialmente delicado en lo que a contaminación y emisiones se refiere, hay un segmento que puede sacar ‘tajada’ de todo ello: el de los urbanos. Históricamente, estos vehículos siempre han sido considerados como el ‘patito feo’, primero, por su reducido tamaño, segundo, por proponer un diseño poco atrevido y, tercero, porque en muchos casos, por 1.000 euros más tienes un utilitario del segmento B más grande, más cómodo y más potente.
Sin embargo, en los últimos años, los fabricantes han sabido dar cambiar esas percepciones, proponiendo modelos más ‘molones’ y amplios, sin por ello perder su principal característica: su destreza la hora de circular por terrenos urbanos. Unas cualidades que el protagonista de estas líneas cumple a la perfección. Asentados en un hotel de Sitges, mis ojos están contemplando las tres generaciones del KIA Picanto, hecho que además nos sirve para afirmar la excepcional evolución que ha experimentado la marca surcoreana.
Ver todos los KIA Picanto de ocasión en AutoScout24.
La primera, de 2004 tiene pinta de antigua, de frágil. Con unas dimensiones ultra compactas, su figura, algo desproporcionada, no invita a estar contemplándola mucho más tiempo. La segunda, de 2011 –entre medias el modelo sufrió un restyling-, ya tiene algo más de chispa. Sus ángulos son más pronunciados, es más bajito, más ancho y más largo. Y la tercera…, pues esta última generación llega más fuerte que nunca, proponiendo un producto que, sobre todo, entra por los ojos.
El guapo de la clase
Bien es cierto que, con la ficha técnica en la mano, sus dimensiones no han variado y mantiene los 3,59 metros de longitud. No obstante, el ‘envoltorio’ en el que se presenta es muchísimo más atractivo, guardando el sello estético de los últimos productos de la firma, tal y como se observa en el frontal Tiger Noise, marca de la casa. En él, la parrilla está más trabajada y se prolonga hasta unos faros que evocan una mirada provocadora. También son nuevas las luces de conducción diurna, los antiniebla y el parachoques, que está respaldado por dos todas de aire laterales y por un faldón que mejora la aerodinámica del modelo.
La zaga es un poco más parecida al actual, pero también cambia, con un paragolpes, un portón y unos faros, que pueden incorporar tecnología LED, que aumentan su anchura, mostrando un vehículo con más empaque. El conjunto externo se completa con siete colores de carrocería –cinco de ellos nuevos-, llantas de aleación de 14, 15 y 16 pulgadas y con soluciones innovadoras en su segmento como la antena en forma de ‘aleta de tiburón’.
Una figura atrevida que se enfatiza todavía más si decidimos equipar el acabado GT-Line. Sí, el benjamín de la gama KIA también estará disponible con el acabado más deportivo, el cual, presenta una estampa un poco más deportiva, decorada con detalles en rojo, llantas más grandes –las de 16 pulgadas- y un difusor trasero en el que asoma una salida de escape doble.
¿Quién dijo pequeño?
Al acceder al interior, apreciamos muchos más cambios. La sensación principal es que la calidad ha aumentado… y mucho. Abundan los plásticos duros, sí, pero el ajuste y el tacto de los mismos es infinitamente mejor que el de su predecesor. En apariencia también mejora, sobre todo gracias al montaje, opcional en el GT-Line, de una pantalla central táctil de tipo flotante, con 7 pulgadas, que ofrece un manejo intuitivo, rápido y en la que se puede cargar el sistema multimedia compatible con Apple CarPlay o Android Auto y el navegador
Ya que mencionamos el equipamiento, el nuevo Picanto ofrece una amplia variedad de elementos, como el Bluetooth, conexión USB y auxiliar, aire acondicionado, ordenador de a bordo, volante multifunción o seis airbags… todo ello de serie en el acabado Concept. Por su parte, el GT-Line, enfatiza ese carácter deportivo con el tapizado en cuero del volante y la palanca del cambio o los pedales en aluminio, a los que acompañan el climatizador automático, los elevalunas eléctricos traseros o el apoyabrazos central –primicia en el segmento según la marca-. La diferencia entre ambas versiones es de 1.500 euros.
Ahora bien, ambos niveles pueden añadir elementos opcionales. El más básico ofrece dos packs, Comfort y ADAS (Advanced Driving Assistance). El primero cuesta 500 euros y ofrece llantas de aleación de 14”, elevalunas eléctricos traseros y retrovisores exteriores en el color de la carrocería, con función eléctrica y calefactables. El segundo, por 300 euros, suma el asistente de frenada de emergencia en ciudad y la pantalla LCD de 2,6 pulgadas en el panel de instrumentos. En el GT-Line también ofrece este último paquete, y añade otro, denominado ADAS+ Navegador, que cuesta 900 euros y que dispone de la frenada de emergencia, la pantalla táctil de 7” con navegador TomTom y la cámara de visión trasera.
Antes de hablar de su dinamismo, no podemos dejar pasar uno de sus puntos más fuertes, la habitabilidad. Gracias al aumento de su distancia entre ejes en 1,5 centímetros, el Picanto ofrece un habitáculo muy espacioso. La segunda fila es apta para tres personas, pero solo de manera ocasional, yendo mucho más a gusto dos pasajeros, que podrán ser fácilmente dos adultos con de 1,87 metros, pues ni cabeza ni rodillas se encontrarán con ningún obstáculo. Sí es cierto que la comodidad de las butacas traseras me ha parecido más reducida que la de los asientos delanteros, sobre todo en la zona de las lumbares. Un poco más atrás, el maletero gana capacidad, pasando de los 200 litros de su predecesor a nada menos que 255 litros. Una cifra que le sitúa en la cabeza de su segmento, superando en 4 litros a su primo-hermano, el Hyundai i10. Tiene un hueco profundo, aunque no es demasiado largo, por lo que habrá que meter a presión las bolsas más voluminosas.
A la espera del turbo
Desde el inicio de su comercialización, prevista para junio, el nuevo Picanto llegará con dos motores, ambos de gasolina y de aspiración atmosférica. Se trata de los conocidos 1.0 CVVT de 66 CV y 1.2 CVVT de 84 CV, asociados a la transmisión manual de cinco marchas o, el más potente, a una automática de cuatro. Son suaves y funcionan de forma laboriosa fuera de su hábitat natural, la ciudad. En este sentido, destacan más las prestaciones y el empuje del 1.2 litros, aunque como buen atmosférico es importante saber que será necesario llevarle muy alto de vueltas para empezar a notar toda la fuerza. Una circunstancia que disparará ligeramente el consumo, pues mientras que el homologado está cifrado en 4,4 y 4,6 l/100 km, respectivamente, durante la toma de contacto, realizada tanto por ciudad como por autovías y carreteras secundarias, nuestro dato no bajo de 6,1 y 7,5 litros, respectivamente.
De momento, la previsión de la marca es que el propulsor de 84 CV cope buena parte de las ventas –solo está disponible con el acabado GT-Line-, al menos hasta la llegada del esperadísimo 1.0 T-GDI de 100 CV. Un bloque tricilíndrico que ya montan otros vehículos del Grupo Hyundai-KIA y que destaca por su buen hacer, por su respuesta y por su calidad de rodadura. Se combinará exclusivamente con una caja manual, de seis velocidades.
En el aspecto dinámico. Más sorpresas. La tercera generación del Picanto destaca por una chasis muy bien ajustado. En ciudad, su contenido tamaño, unido a un radio de giro que baja hasta los 9,1 metros –con 2,6 vueltas de volante entre topes-, le permiten escurrirse por cualquier callejón. Pero además, sorprende por su agilidad y buen hacer. Para demostrarlo, la marca nos preparó un pequeño circuito urbano con conos, en donde el Picanto se movió como pez en el agua. Giros cerrados, curvas enlazadas, un slalom y hasta una zona de aparcamiento sirvieron para comprobar lo rápido que se mueve este pequeñín. No en vano, el equipo encargado de su puesta a punto ha sido el mismo que ha desarrollado el Stinger… y eso se nota. Eso sí, en términos de confort, sus amortiguadores ofrecen un tarado especialmente duro que, en carretera abierta le convierte en un coche seco que no llega a filtrar del todo las irregularidades del terreno.
Con todo, como decimos, la llegada del tercer Picanto de la historia está prevista para antes del verano. En cuanto a los precios, la gama parte de los 11.590 euros para el 1.0 CVVT Concept y de los 13.590 para el 1.2 CVVT GT-Line, acabado que también está disponible en el tricilíndrico de 1.0 litros por 13.090 euros. Por su parte, la transmisión automática del de 84 CV tiene un sobrecoste de 1.450 euros. Ahora bien, como ya es habitual en KIA, la marca coreana ofrece un descuento de 3.055 euros o 3.175 euros en el caso del automático -incluyendo la financiación-, por lo que el precio final bajaría hasta los 8.535 euros en el caso del 66 CV y hasta los 10.535 euros, del más potente.