Por no hablar del Opirus, un modelo enmarcado en el segmento superior y cuyo diseño se asemejaba al de un Clase E de juguete.Con el Optima, Kia lo intentará de nuevo a partir de la primavera de 2012, aunque esta vez con mejores perspectivas. En lugar del diseño uniforme e intercambiable típicamente asiático, el nuevo Kia Optima de 4,85 metros de longitud se presenta ahora con una carrocería propia repleta de ángulos y aristas. Unas ópticas afiladas y elegantes, una parrilla llamativa con un diseño muy particular y la habitual luz de conducción diurna son algunas de las características a destacar en su nuevo frontal.
Similitudes casuales
En la vista lateral destaca especialmente su voladizo trasero algo corto para tratarse de una berlina, mientras que la trasera de este nuevo coreano resulta más bien sencilla con un enorme tubo de escape de forma oval como principal característica. Las inspiraciones estéticas en el Ford Mondeo (trasera) o el Opel Ampera (frontal) son naturalmente una mera casualidad.
Pese a que su zaga resulta bastante corta, el maletero ofrece una buena capacidad (505 litros) que se puede ampliar en caso necesario abatiendo el banco trasero desde el compartimento de carga. Debido a que la tapa del maletero es bastante pequeña, el hueco de carga resulta algo estrecho y, además, el diseño obliga a elevar los bultos por encima de un umbral no demasiado bajo.
Suficiente espacio
Gracias a su batalla de 2,80 metros, el interior ofrece suficiente espacio en ambas filas de asientos, aunque por desgracia tan sólo en longitud. En la zona alta los ocupantes de mayor envergadura tendrán ciertas dificultades para sentirse a gusto, sobre todo si uno ha solicitado el techo corredizo opcional. El segundo inconveniente es que aunque el volante se puede regular en longitud su margen de maniobra es más bien reducido, por lo que se tarda en encontrar la posición de conducción idónea. Por el contrario, los asientos son relativamente cómodos y como opción calefactables y revestidos en piel.
Los acabados del salpicadero orientado al conductor no tienen tacha y la selección de materiales también está acorde con el segmento al que pertenece. No obstante, la profusión de botones, algunos de ellos de aspecto bastante burdo, sí podría considerarse algo molesta. Sólo en el volante de tacto agradable hay ubicados más de doce. Su enorme indicador multifunción de alta resolución situado entre los instrumentos redondos resulta muy llamativo y elegante. Todo lo contrario que el navegador de pantalla táctil al que cuesta acostumbrarse. Otra cosa buena es que el Optima ofrece multitud de opciones de almacenamiento.
Diésel poco potente
El Kia Optima comparte muchos detalles técnicos con su hermano de grupo, el Hyundai i40. De ahí también procede el único motor disponible en el momento su salida al marcado, un diésel de 1,7 litros de cilindrada y 136 CV de potencia. Con un par motor de 325 Nm a 2.000 vueltas no se puede decir que este propulsor sea realmente débil, si bien sólo obtiene unas prestaciones modestas, sobre todo en combinación con el apático cambio automático de seis velocidades.
Incluso con el cambio manual resulta difícil poner en movimiento esta berlina de 1,6 toneladas de peso, lo que se refleja de forma evidente en su tiempo de aceleración: de 0 a 100 km/h en 10,6 segundos. Al menos estamos hablando de 0,8 segundos menos que la versión automática. En lo que respecta a la velocidad máxima, ambas cajas de cambio alcanzan los 200 km/h aproximadamente, si bien para llegar a dicha velocidad necesita bastante impulso. Sobre todo en las aceleraciones intermedias y en las salidas de curva se echa en falta un poco más de fuerza.
Un cambio automático poco eficiente
Al contrario que en el caso de algunos de sus competidores, en los que las versiones automáticas son ya incluso más eficientes que los cambios manuales, la caja automática del Optima consume en torno a un litro más de combustible a los 100 kilómetros. En el ciclo EU esto supone un consumo homologado de 6 litros, mientras que si se combina con un cambio manual el consumo es de tan sólo 5,1 litros. Y los que inviertan además unos 300 euros en el sistema de parada y arranque lograrán reducir esta cifra hasta los 4,9 litros. Lamentablemente, Kia aún no tiene previsto equipar sus modelos automáticos con este sistema automático de detención del motor.
Los andares algo lentos del Optima encajan a la perfección con la imagen global que proyecta este nuevo Kia, que no parece querer destacar por su dinamismo, sino más bien por su marcha relajada y tranquila. Y por último su dirección también parece querer subrayar esta impresión, ya que le falta un cierto grado de precisión. En cambio, el chasis destaca por su configuración rígida, aunque cómoda, al más puro estilo europeo, y esto a pesar de las llantas de 18 pulgadas que montaba la unidad de prueba.
Un motor poco refinado
Salvo por el motor, que resulta algo molesto debido a su funcionamiento áspero, poco refinado y ruidoso, se puede decir que el Optima cuenta con un aislamiento relativamente bueno. Los ingenieros han logrado eliminar del habitáculo los incómodos ruidos producidos por la propia rodadura y por el aire. Sólo cabe esperar que el gasolina de 170 CV previsto para 2012 o el híbrido anunciado también para el próximo año estén mejor aislados que el diésel. Entonces el Optima sería verdaderamente silencioso.
Kia aún no se ha pronunciado sobre los precios finales del Optima. Lo único seguro es que a su llegada al mercado en enero de 2012 sólo estará disponible el modelo diésel y éste rondará los 26.000 euros. El precio de acceso, sin embargo, corresponderá a la variante de gasolina que no estará disponible hasta más adelante. Con todo, ambos precios se encuentran por debajo de los de la competencia: unos cientos de euros si los comparamos con el Toyota Avensis, el Peugeot 508 y compañía y un par de miles de euros en comparación con el VW Passat.
Buen equipamiento de serie
Que el precio sea inferior no quiere decir que haya que prescindir de equipamiento. En este sentido, contará de serie con conexión USB, llantas de aluminio, volante multifunción, ordenador de a bordo, programador de velocidad y climatizador bizona. La línea superior contará además con un sistema de ayuda al aparcamiento que maniobra de forma automática. Esta versión es también la condición imprescindible para encargar el cambio automático y la tecnología de parada y arranque.
El modelo tope de gama no deja nada al azar y satisface prácticamente cualquier deseo. Además de un sistema de advertencia de cambio del carril y un sistema de control de la presión de los neumáticos, el equipamiento de serie incluye volante calefactado, refrigeración en el asiento del conductor, luces de xenón, cámara de visión trasera y techo corredizo panorámico. No obstante, en algunos mercados puede cambiar la dotación de que cada uno de estos equipamientos.
Conclusión
Las posibilidades de que Kia logre por fin consolidarse dentro del segmento intermedio son buenas. Con el Optima los coreanos cuentan ahora con una alternativa seria a otros modelos que destacan por ofrecer un diseño atractivo y una buen calidad a un buen precio. Si bien algunos puntos débiles como su dirección poco precisa, la limitada libertad de movimiento a la altura de la cabeza o el estrecho hueco del maletero podrían pasarse por alto, su diésel algo lento sí podría procurarle algún que otro quebradero de cabeza.
El mayor inconveniente en Europa podría ser, sin embargo, la ausencia de un modelo familiar. Aunque éste está previsto, por problemas de capacidad de producción no estará disponible tan rápido como debería. El motivo es que a día de hoy Kia no es capaz de mantenerse al día con la producción del Optima para los mercados asiático y norteamericano donde está presente desde hace tiempo.