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Primer contacto: Hyundai Veloster 1.6 – Carácter exclusivo

¿Tres puertas? ¿Y qué?  Lo que en un principio suena bastante cotidiano, en el caso del Veloster tiene como resultado un concepto de puertas con una asimetría única para los tiempos que corren.

Visto racionalmente, esta solución es tan sólo un simpático truco de marketing, una característica exclusiva algo extravagante. Y, quitando la originalidad de las puertas, el Veloster no es otra cosa que un deportivo compacto más con algunos puntos débiles y un precio económico.
Lo extraordinario del concepto de puertas del Veloster son sus tres puertas de acceso laterales. Mientras que el lateral del conductor presenta una gran puerta tipo coupé, el lado del copiloto cuenta con una puerta adicional para los pasajeros de la parte posterior que se abre en el sentido de la circulación. Una solución similar ya la pudimos ver en el Mini Clubman, si bien la puerta trasera adicional del modelo de BMW se abre en dirección contraria al sentido de la circulación.

En un principio, el Veloster se diseñó en versión dos y cuatro puertas, aunque el modelo que se ha fabricado realmente es una mezcla de ambas versiones. Sin embargo, esta solución tan original no es ninguna innovación técnica, sino más bien un truco de marketing. Los estrategas de Hyundai esperan incrementar sus opciones de venta gracias a esta característica exclusiva, también denominada «unique selling point». Además de su singularidad, Hyundai alaba esta solución como una ventaja práctica, dado que con la puerta trasera adicional la entrada al coupé resulta algo más cómoda.

¿Vaso medio vacío o medio lleno?

Para ser exactos, y aunque el Veloster presenta una carrocería de trasera recta, hay que reconocer que cuenta con unas proporciones bastante frescas, si bien los verdaderos coupés tienen otro aspecto. Además, muchos otros fabricantes suelen comercializar este tipo de modelos de trasera recta básicamente en versiones cuatro puertas. En este sentido, también se podría decir que a este «quiero y no puedo» de coupé le falta en realidad una puerta adicional en el lado del copiloto. Es decir, el típico dilema del vaso medio vacío o medio lleno.

Sin embargo, Hyundai no sólo apuesta por este singular concepto de puertas para conferir exclusividad al Veloster. Un claro ejemplo sería su imponente frontal que con sus grandes y afilados grupos ópticos y sus ranuras verticales a los lados recuerda en cierta medida al Citröen DS3, aunque por lo demás representa de forma convincente el recién estrenado, claramente individualista y atrevido diseño de la casa Hyundai.

Todo menos aburrido

Por lo demás, su carrocería irradia dinamismo gracias a sus innumerables pliegues y su zaga bien proporcionada y expresiva. Entre otras cosas, el doble tubo de escape central enmarcado en un faldón con diseño tipo difusor ayuda a conseguir un aspecto vistoso y contundente. El gran portón trasero con la luna dividida en dos partes o las profundas hendiduras de la chapa que se prolongan hasta conectar con los grandes faros traseros son otras características que le hacen destacar. Las luces de conducción diurna tipo LED y las llamativas pinturas –que también se pueden incluir en las llantas si así lo desea el propietario– completan su increíble puesta en escena.

Sin embargo, independientemente de la opinión que nos merezcan los innumerables detalles extrovertidos, el Veloster no puede ocultar el hecho de que su carrocería ha sido optimizada con vistas a una mayor funcionalidad del conjunto y su diseño de trasera recta no llega a encajar del todo en la imagen global. Por ejemplo, al observar el conjunto desde el lateral hacia la parte trasera, el enorme y elevado paso de rueda sorprende y decepciona al mismo tiempo. Éste no resulta ni elegante ni se adapta de forma alguna a la silueta de un coupé. Sin embargo, el Veloster no está solo en este dilema, ya que el VW Scirocco también sufre un problema de proporciones muy parecido.

Acerca de su forma y su funcionalidad

Y, al igual que el Scirocco, gracias a este pequeño detalle el Veloster también ofrece algunas ventajas claras para la vida cotidiana. Concretamente en lo que respecta a su oferta de espacio. El Veloster está homologado para cuatro ocupantes y su carrocería de 4,22 metros de longitud permite disponer de 4 plazas completas. Además, la puerta adicional situada en el lado del copiloto facilita el acceso a las plazas traseras incluso a los adultos. Si bien el espacio disponible para las piernas en la parte trasera es sorprendentemente bueno, las personas que midan más de 1,70 metros tendrán ciertos problemas para no darse con la cabeza en el techo. En cambio, la capacidad del maletero es excelente y, abatiendo el respaldo del banco trasero, el espacio aumenta de 320 a 1.015 litros.

En la parte delantera la oferta de espacio es perfecta, lo que nos permite sentirnos como si nos estuviéramos dentro de un automóvil maduro y, sobre todo, deportivo que, pese a prescindir de superficies suaves e inserciones realmente cromadas, irradia una cierta valía. Los asientos envuelven con suavidad a los ocupantes y el puesto de conducción moderno y elegante crea en el conductor la sensación de estar sentado en un deportivo. Tanto el tacómetro como el cuentarrevoluciones están enmarcados en dos grandes y profundos tubos, el volante es ergonómico y en el extremo inferior de la consola central diseñada en forma de V se encuentra situado el botón del sistema de parada y arranque con el que se pone en marcha su motor de gasolina de cuatro cilindros y 1,6 litros de cilindrada.

De momento, sólo una mecánica

El motor de inyección directa de 140 CV es, por el momento, la única mecánica que se comercializará para el Veloster, si bien los posibles clientes tendrán la opción de elegir entre una caja de cambios manual de seis velocidades o un cambio de doble embrague también de seis velocidades, aunque en este caso con un sobreprecio de 1.700 euros. Hyundai tiene previsto complementar la oferta de motorizaciones en 2012 con una versión turbo de al menos 200 CV. Nuestra primera toma de contacto tuvo lugar con el motor básico en combinación con el cambio manual.

En realidad, este propulsor ya es suficientemente potente, mostrándose incluso bastante activo y ágil desde la zona baja de revoluciones, y hace posible un tiempo de aceleración de 9,7 segundos y una velocidad máxima de 201 km/h. Sin embargo, si tenemos en cuenta los registros de sus competidores vemos que no se trata de cifras de ensueño, y al intentar exprimir todo su potencial su motor, que en situación normal es bastante silencioso, revela su lado más ensordecedor.

En conjunto, el Veloster 1.6 GDI no muestra la vehemencia que cabría esperar de una potencia de 140 CV y un par motor de 167 Nm, así como de un peso total relativamente moderado de 1,3 toneladas. En lo que respecta a la eficiencia, el Veloster también registra buenos resultados, aunque tampoco aquí se encuentra al máximo nivel. Gracias al sistema de parada y arranque automático «Stop&Go», la versión más eficiente («Blue») registra un consumo de 5,9 litros, mientras que la variante normal que nosotros probamos parece necesitar algo más de medio litro más, según Hyundai.

Rígido, pero no demasiado

En lo que respecta al chasis, el Veloster tampoco llega a cumplir al 100% lo que su exterior dinámico pregona a los cuatro vientos. Si bien sus pretensiones deportivas son evidentes, los frenos bien podrían ofrecer una dosificación más suave, la dirección transmitir algo más de precisión y, pese a su configuración básica relativamente rígida, el eje trasero bien podría anunciar con menos estrépito la presencia de juntas transversales en la calzada. Sin embargo, en conjunto el Veloster ofrece más dinámica de la que realmente se necesita en el día a día, y su configuración básica transmitirá a muchos conductores una sensación de deportividad más que suficiente.

Si bien no se puede considerar una revelación en términos de dinámica de conducción, el Veloster es capaz de destacar en cuanto al precio y al equipamiento, ya que 21.600 euros por un modelo básico «Style» bien equipado es un precio relativamente económico. En este caso dispondremos de un completo paquete de seguridad, además de llantas de aluminio de 17 pulgadas, radio CD, ordenador de a bordo, elevalunas eléctrico, aire acondicionado y el volante y el pomo de la palanca de cambios en piel. Un complemento especialmente atractivo es el paquete tecnológico por 2.250 euros que incluye instalación manos libres Bluetooth, sistema de navegación con cámara de visión trasera, sensor de luz, sonido Premium y el sistema «Smart Key» con botón de arranque y parada.

Económico, pero no una ganga

Los que no estén del todo conformes con estos componentes siempre pueden encargar la versión «Premium» por 26.200 euros que, entre otras cosas, viene equipada con programador de velocidad, climatizador, llantas de 18 pulgadas y asientos de piel calefactados. Si todavía hay compradores que deseen encargar los pocos extras disponibles (navegador, techo corredizo panorámico, pintura metalizada), estos se podrán hacer con un Veloster completamente equipado por algo menos de 30.000 euros. De esta forma, el compacto deportivo de Hyundai no es caro pero tampoco es ninguna ganga, ya que un VW Scirocco con un equipamiento similar y el propulsor 1.4 TSI de 122 CV tan sólo cuesta unos 3.000 euros más.

Visto así, la ventaja económica del Veloster tampoco es tan grande. Lo que sí le falta en principio a su competidor procedente de Wolfsburgo es una tercera puerta de acceso. Y quizá esta clara ventaja en comparación con el Scirocco podría resultar determinante para que algunos clientes se decanten finalmente por este original coreano.

Conclusión

Si una simple característica exclusiva de un producto fuera sinónimo y garantía de éxito, entonces el Veloster tendría un gran futuro en Alemania. Sin embargo, este modelo compacto camuflado en una versión de aspecto coupé ha de hacer frente a competidores menos extravagantes y ahí es precisamente donde el concepto de tres puertas resulta ser finalmente un mero truco de marketing que tan sólo ofrece una ventaja práctica en comparación con los verdaderos dos puertas.

A excepción de un precio relativamente económico, al Veloster le falta ese último empujón que le permitía convertirse en todo un éxito dentro del segmento de los deportivos compactos. Quizá la versión turbo anunciada para el año 2012 sea capaz de convencernos de su valía.

(los precios y equipamientos reflejados en este artículo se corresponden al mercado Alemán)

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