Desde entonces, los coreanos han imprimido una velocidad vertiginosa a su ascensión al Olimpo del mercado automovilístico global y, a día de hoy, nadie se plantea el fin de su expansión. Más bien todo lo contrario. Con el nuevo i40 familiar, Hyundai se disponen a plantar cara a sus competidores en un segmento tan consolidado y reñido como es el segmento D. Parece que en el futuro el otro ridiculizado gigante automovilístico va a provocar algún que otro dolor de cabeza a muchas de las marcas ya establecidas. En el pasado, muy pocas personas basaban su decisión de adquirir un Hyundai en su estética. El diseño coreano pocas veces contaba con el visto bueno de un sello reconocido. En cambio, el nuevo i40 familiar sí puede presumir de ello. Quizá sea posible encontrar detalles decorativos de otros diseños pero, a la vista de las tendencias generalistas reinantes en el mundo automovilístico que parecen pretender diseños idénticos, en su visión de conjunto el diseño de este Hyundai ofrece incluso una apariencia fresca e independiente. Y, además, se nota que es de calidad. El diseñador jefe alemán Thomas Bürke elogia con un orgullo evidente –y con razón– su i40 familiar y lo presenta como un automóvil que «transmite una gran calidad en muchos de sus detalles».
La carrocería desarrollada en y para Europa llama la atención por su cuerpo alargado y lleno de pliegues y por su trasera dinámica y moderna. En el frontal destacan su parrilla en forma de hexágono y los grupos ópticos con luces de conducción diurna tipo LED inspirados en los ojos de los halcones (por cierto, de serie). También los LED de cortina de los grupos ópticos traseros pretenden evocar a un pájaro. Su forma de ala hace que la zaga resulte más ancha y sólida. Independientemente de que las analogías ornitológicas tengan sentido o no, con su carrocería elegante y moderna el i40 puede hacer frente con total tranquilidad al Citroën C5 o al VW Passat, y es posible que su diseño tenga continuidad en el futuro.
Un estilo de gran calidad y moderno
Lo mismo ocurre con su interior acogedor, que también puede competir con los referentes de su segmento en lo que respecta al ambiente y a la selección de materiales (inserciones cromadas, barniz de brillo intenso y superficies suaves y agradables al tacto). Hay que reconocer que alguna que otra distancia entre bordes podría ser más estrecha, algunas uniones podrían estar mejor terminadas y el acabado bien podría haberse perfeccionado en sus detalles. Sin embargo, a excepción de estas bagatelas, su propietario gozará de un puesto de conducción bien organizado y dinámico.
Éste resulta especialmente atractivo en el equipamiento superior «Premium». En este caso, en lugar de una llave de contacto encontraremos un indicador acústico y para arrancar el motor dispondremos de un botón de arranque y parada. El freno de estacionamiento de accionamiento eléctrico también contribuye a obrar un puesto de conducción ordenado y de presentación ejemplar. Los asientos son agradablemente rígidos, ofrecen una excelente sujeción lateral y, junto con el volante calefactable opcional, se pueden ajustar a la posición correcta de forma sencilla. Una vez encontrada una posición de conducción relajada, casi todos los elementos de mando se encuentran al alcance de la mano ubicados en torno al volante, mientras en el cuadro de instrumentos se ilumina en tonos azules una mezcla de indicadores analógicos y digitales de alta definición dignos de ver y admirar y que, además, facilitan multitud de información útil.
Un automóvil grande y con mucho espacio
De forma opcional, el Hyundai i40 ofrece otras muchas amenidades. Pongamos, por ejemplo, los asientos en piel climatizados, el super navegador, una cámara de visión trasera, un techo de cristal panorámico o muchos extras de seguridad como el sistema de advertencia de cambio del carril, un sistema de alarma de salida del carril activo o los faros adaptativos ADLS. El abanico de posibilidades resulta suficiente incluso para los conductores con las pretensiones más elevadas.
La oferta de espacio es también bastante generosa. En la zona delantera pueden viajar dos adultos de gran envergadura de forma cómoda y distendida. Además, el i40 es un verdadero cinco plazas, lo que quiere decir que incluso un pasajero de gran tamaño se encontrará muy a gusto en la plaza trasera intermedia. Por otra parte, este familiar de casi 4,80 metros de longitud ofrece mucho espacio para almacenar equipaje. Su maletero presenta una capacidad de 553 litros en condiciones normales. Una vez abatido el banco trasero de división asimétrica y conseguida una larga superficie de carga ligeramente ascendente, esta cifra aumenta hasta los 1.719 litros
El desbloqueo del respaldo del banco resulta sencillo, aunque desde el plano de carga uno tendrá que alargar bien los brazos para poder alcanzar la palanca correspondiente situada en el borde superior del respaldo. En este caso, creemos que un desbloqueo a distancia sería la guinda para este maletero por lo demás bien equipado y revestido. También resulta muy útil el ingenioso sistema de organización del equipaje que gracias a unos raíles de aluminio situados en el piso del maletero y a una barra telescópica desplazable situada sobre los mismos ofrece una sujeción óptima para cualquier bulto. No obstante, esta opción sólo está disponible a partir de la línea de equipamiento intermedia y con un precio adicional. En el modelo superior vendría de serie y en la versión básica ni siquiera sería posible instalarlo. Sea como fuere, con su enorme espacio de carga y sus prácticas soluciones el i40 resulta sumamente atractivo para el clásico usuario de los modelos familiares.
La mecánica diésel más eficiente consume 4,3 litros
La casa Hyundai comercializará el nuevo i40 con dos motores de gasolina de 135 CV y 177 CV, aunque también espera que los dos motores diésel se lleven la parte más grande del pastel. En el caso de los propulsores diésel se trata de bloques idénticos desde el punto de vista técnico y de hardware que Hyundai pone a la venta con diferentes niveles de potencia –de 116 CV y 136 CV– gracias a distintos reglajes de software.
Aunque a ambas mecánicas de cuatro cilindros y 1,7 litros de cilindrada les falta el necesario empuje desde la zona baja de revoluciones, su más de tonelada y media de peso se pone en marcha con suficiente energía. El tiempo de aceleración y la velocidad máxima de estos grupos son de 12,9 segundos y 190 km/h y de 10,6 segundos y 200 km/h, respectivamente, siempre que uno cuente con el cambio manual de seis velocidades de fácil manejo. La caja automática, también de seis marchas, tan sólo está disponible con el diésel de mayor potencia, aunque su funcionamiento consigue rebajarlo al nivel de prestaciones del propulsor menos potente. Además, el consumo de 5,6 litros de la versión automática nos resulta algo excesivo.
En colaboración con el sistema de parada y arranque de aproximadamente 400 euros, que en la práctica desempeña su función de forma ejemplar, el consumo homologado del diésel básico es de 4,3 litros y de 4,5 litros en el caso de la versión de mayor potencia. Según el ordenador de a bordo, con el diésel de 136 CV equipado con cambio manual, pero sin sistema de parada y arranque, y manteniendo una velocidad moderada logramos registrar un consumo de unos 5 litros, aunque tras una etapa algo más larga de conducción rápida por autopista esta cifra se disparó hasta los 9,5 litros.
Chasis sólido
Si bien su motor algo rudo, aunque nunca molesto, en su funcionamiento no es ningún prodigio en lo que a la dinámica longitudinal se refiere, las cifras de consumo lograrán dibujar una enorme sonrisa en el semblante de cualquier propietario. ¿Se podría entonces conducir a todo gas sin ningún tipo de remordimiento? No del todo, ya que el elevado nivel del ruido provocado por el viento arruina cualquier recorrido rápido, aunque eficiente, por autopista. El i40 no es, por lo tanto, ningún oasis de silencio y calma.
Al menos la conseguida configuración de su chasis nos garantiza un rodaje que, en gran medida, resulta tranquilo. Gracias a sus llantas de 16 pulgadas –algo disonantes en la imagen de conjunto– la estructura no molesta a los ocupantes con sacudidas inoportunas. Además, el volante cómodo y preciso logra, en colaboración con la compleja estructura de ejes (McPherson delante y multibrazo detrás), un rendimiento excepcional y suave en curva. La dinámica transversal tampoco arrancará ningún grito de alegría, si bien es cierto que el i40 es capaz de superar casi cualquier situación con una elegancia y una brillantez media. Además, el ESP de serie ofrece el respaldo necesario en caso de que en alguna curva la velocidad sea demasiado elevada.
Amplio equipamiento, precio más bajo
Cuando incluso el ESP se vea desbordado por las ambiciones dinámicas del conductor, entonces el amplio equipamiento de airbags garantizará la protección de los ocupantes. Junto con los típicos seis airbags, el i40 cuenta también con un séptimo especial para las rodillas del conductor. Un amplio equipamiento de seguridad pasivo también forma parte de la versión básica que con sistema de aire acondicionado, red de maletero, red separadora de carga con el habitáculo, volante y pomo de la palanca de cambios en piel, radio CD, cierre centralizado con mando a distancia, barras portaequipajes y sistema automático de luces cuenta con un equipamiento bastante bueno. Los que se decanten por el modelo diésel básico disfrutarán de este respetable paquete a partir de 25.000 euros.
Aquellos que prefieran la mecánica más potente junto con el equipamiento superior tendrán que invertir 33.700 euros, un precio que, a la vista de todo lo que ofrece, no creemos que sea demasiado elevado. Esta atractiva relación prestaciones/precio viene respaldada además por una garantía de cinco años (sin ningún pero).
Conclusión
El i40 familiar es un modelo coreano con unos modales europeos casi perfectos. Si bien muchos de los antiguos modelos de Hyundai pasaron completamente desapercibidos para los compradores europeos, este modelo familiar de clase media ha dado en la diana. Estéticamente atractivo, con un interior de calidad, funcional y elegante, abundante espacio, propulsores diésel suficientemente potentes y, sobre todo, eficientes, muchos detalles tecnológicos, una configuración de chasis muy lograda, etc., etc. Si a todo esto le sumamos una tentadora política de precios, quizá para la próxima adquisición de un modelo familiar deberíamos incluir sin falta esta marca que hasta ahora habíamos pasado por alto.