Su compromiso entre deportividad y practicidad para el día a día, así como unos precios razonables para la potencia que ofrecen, han hecho siempre que – al menos en Alemania – se vendan como churros. Partiendo de estas premisas, los coreanos de Hyundai quieren poner su alternativa en el mercado y han creado el nuevo i30 N, un deportivo ‘de verdad’ que costará más o menos lo mismo que el GTI de Volkswagen. Al igual que el modelo alemán, el de Hyundai también tendrá una versión todavía más deportiva que llevará como apellido el término “Performance”. Estará disponible en el mercado desde principios de octubre a un precio de partida de 29.700 euros. Distinguir un N del resto de la gama i30 no será difícil. Sus especificaciones estéticas son numerosas: paragolpes delanteros y traseros exclusivos, nueva calandra, salidas de escape dobles, llantas aligeradas con mayor tamaño, alerón posterior sobredimensionado…. Hyundai no ha querido reparar en gastos a la hora de ‘vestir’ al caramelo más dulce de su gama.
Pero no solo se ha echado toda la carne en el asador de puertas hacia fuera. Bajo el capó, en el plano mecánico, el i30 N tiene sorprendentemente una potencia de salida algo mayor que la del modelo de Volkswagen. Los Golf GTI y GTI Performance dan 230 y 245 cv de potencia respectivamente, mientras que el Hyundai i30 N e i30 N Performance entregan 250 y 275 cv cada uno. Además, el i30 N se ofrece desde el equipamiento más básico con una suspensión deportiva y cámara de visión trasera. Para subrayar la deportividad, Hyundai también ha apostado fervientemente por las versiones de cambio manual, las cuales pueden devolver – según sus desarrolladores - muchas más emociones detrás del volante.
¿Por qué N?
Hyundai ha querido estar justo en este pedacito del mercado y ha creado con sus mejores intenciones esta versión “N” del i30, una letra que no está incluida en la palabra deportividad y que tampoco ha sido utilizada con anterioridad por otros fabricantes. Según los responsables de la marca, una primera referencia podría hacérsela a ‘Namyang’, el centro de investigación y desarrollo de Hyundai. Pero, ¿alguna idea más? ¿Nordschleife? ¡Nürburgring! ¡Sí! Hyundai ha recordado durante varias semanas todas las pruebas que ha realizado sobre este coche antes de lanzarlo al mercado. Han sido más de 10.000 km de pruebas a lo largo de los 20.8 kilómetros de este trazado (casi 500 vueltas) igualando las estrategias de marcas mucho más premium como Porsche, con la elevada inversión que eso supone. Mucho respeto, por tanto, para los preparadores de Hyundai.
Unas semanas antes de su lanzamiento oficial al mercado tuvimos la oportunidad de probarlo en el circuito de pruebas de F1 de Vallelunga, situado 40 kilómetros al norte de la ciudad de Roma. El coche nos dio la bienvenida con un sistema de apertura sin llave que cuesta 780 euros extras en la versión estándar pero que se incluye de serie en el caso del N Performance. El motor turbo de dos litros se arranca a través de un botón en el salpicadero y ofrece un sonido demasiado contundente para ser un motor de cuatro cilindros. En el caso de la versión Performance hay un sistema de escape deportivo con el que el sonido cambia en función del modo de conducción seleccionado. En este punto, los ingenieros de Hyundai han conseguido algo que vale la pena realmente, ya que no es el típico sonido artificial y que permite crecerse al conductor en una aceleración a fondo o al reducir la marcha antes de entrar en una curva.
Modo deportivo al alcance
Los asientos de cuero con regulación eléctrica son muy cómodos y ofrecen al piloto un ajuste bastante deportivo al mismo tiempo. En el interior del habitáculo abundan los materiales plásticos de color negro, a veces son más suaves, otras veces más duros, pero siempre de plástico. El volante multifunción es ergonómico y muy agradable al tacto, ofreciendo los clásicos controles multimedia y permitiendo controlar los modos de conducción Eco, Normal y Sport. Además de estos tres, hay otros dos modos (N y otro N Custom) capaces de modificar la respuesta de la aceleración, del reparto de par entre las ruedas delanteras y el tacto de la dirección, llevando al i30 a conseguir el mejor rendimiento posible.
El tacto al volante del i30 N no puede ser mejor bajo nuestro punto de vista. Devuelve unas reacciones cortas y precisas, justo las que se buscan en un circuito. Tiene un chasis con un feeling muy deportivo y el cambio manual de seis marchas es rápido y acompaña siempre, incluso en las fases de aceleración más exigentes. Sin ser un coche puramente de circuito, el i30 N puede hacer que pases un rato inolvidable dentro de él.
Pesos pesados
Es la primera vez, por cierto, que Hyundai monta una suspensión adaptativa en uno de sus coches. En el caso del i30 N hace que el coche vaya sobre raíles y que apenas acuse inercias al mover entre curvas sus 1,5 toneladas de peso. El conductor está siempre ayudado por una dirección eléctrica que tiene el motor montado sobre la cremallera, lo que – según Hyundai – devuelve más información al conductor de lo que ocurre en el contacto de las ruedas con el asfalto.
Como curiosidad, cabe destacar la función ‘Rev Matching’, que revoluciona el motor al bajar de marchas como si estuviésemos haciendo doble embrague, y el sistema ‘Launch Control’ de salida rápida, el cual es capaz de obtener la mayor aceleración del coche desde parado. El i30 N es capaz de firmar un 0 a 100 en 6,4 segundos, mientras que con la versión Performance se puede mejorar esta marca en dos décimas.
El i30 N se produce en la fábrica de Nosovice, en la República Checa y de momento no conocemos su precio en España.