Este mes de Abril ha llegado a los concesionarios el nuevo Ford Focus, momento en el que la lucha por el trono de la clase compacta ha pasado al siguiente nivel. El fabricante de Colonia no sólo ha centrado todos sus esfuerzos en ser el número uno, también se ha guardado algunos ases en la manga que podrían darle algún que otro disgusto a los de Wolfsburgo. Ford ha apostado en este caso por los sistemas de asistencia al conductor, algo que esperan que entusiasme a los clientes y les ayude a impulsar las ventas. Algo que los responsables de Ford no se cansarán de repetir es que el Focus es el único modelo del segmento de los compactos que ofrece un abanico tan amplio de sistemas de ayuda a la conducción, si bien ninguno de ellos es nuevo.
El sistema de control de ángulos muertos, la alerta de cambio involuntario de carril, el asistente de mantenimiento de carril (que contravolantea automáticamente), el sistema de alerta por cansancio, el reconocimiento de señales de tráfico, el sistema de aparcamiento automático y el Active City Stop –un sistema de frenado de emergencia para evitar accidentes en circulación por ciudad– pretenden convencer a la clientela de las virtudes de este nuevo Ford. Sin embargo, aún está por ver que los compradores previstos para 2011 estén dispuestos a pagar de forma adicional por todos estos asistentes.
Asequible y completo
El nuevo Focus ofrece un equipamiento de serie suficiente teniendo en cuenta la diferencia de precio con su rival de Wolfsburg. En realidad, la línea de equipamiento básica «Trend», con un precio de 14.900 euros (descuento de casi 3.000 euros incluido) si se combina con el motor de gasolina y 105 cv, resulta mucho más barata que el modelo de de acceso del VW Golf con la misma potencia. Cuatro puertas de acceso, elevalunas eléctrico delantero, espejos exteriores eléctricos, ordenador de a bordo y el asiento del conductor regulable en altura son algunos de los componentes que conforman el equipamiento básico. Por 1.200 euros más podremos disfrutar de climatizador, parabrisas térmico, sensores de aparcamiento, sensores de lluvia, etc. Por otros 250 euros contaremos con una radio CD con conexión USB, bluetooth y una pequeña pantalla de 3,5 pulgadas.
No habrá dos puertas
Los clientes que lo deseen pueden decantarse, por 750 euros más, por una versión sedán. Sin embargo, la casa Ford no tiene previsto lanzar al mercado una variante de tres puertas, puesto que en su opinión este sector ya está cubierto con el «cuatro puertas deportivo de estilo coupé». De hecho, el nuevo Focus se caracteriza por un diseño mucho más dinámico que logra transmitir el lenguaje de formas «kinetic» de forma consecuente incluso sin estar en movimiento. En la vista frontal llaman la atención la parrilla sobredimensionada y los faros recortados, mientras que la vista lateral está dominada por la línea ascendente de las ventanillas. Los grupos ópticos traseros que se alargan hasta el montante C y un bonito spoiler de techo completan el diseño exterior de este compacto. En cambio, la zaga de esta versión de trasera escalonada 20 cm más larga tiene un aspecto claramente conservador.
A pesar de que con sus 4,35 metros de longitud el Focus es bastante más largo que el VW Golf, su oferta de espacio no es mucho mayor. En este aspecto, la parte delantera resulta suficientemente cómoda y en especial los asientos deportivos del acabado «Titanium» nos causaron una muy buena impresión durante la primera toma de contacto. Su acolchado es bastante duro, son suficientemente grandes y ofrecen una buena sujeción lateral. La horquilla de regulación en profundidad del volante es amplia, por lo que cualquier conductor encontrará rápidamente la posición de conducción adecuada.
Demasiado recargado
El hecho de que el nuevo Focus ofrezca suficiente espacio no quita para que el salpicadero parezca «demasiado lleno» y su enorme consola central, el gran túnel central y el abultado cuadro de instrumentos limiten la sensación de espacio en la zona del conductor. Además, el volante está repleto de botones e incluso el panel de control del sistema de navegación y entretenimiento, similar al teclado de un teléfono, tampoco presenta un aspecto demasiado elegante. A simple vista la calidad de los materiales no parece merecer ninguna crítica y el interior ofrece un aspecto de alta calidad y con un buen acabado.
En lo que respecta al volumen de carga, la berlina ofrece una capacidad de 421 litros, mientras que en la versión de trasera recta la cifra se reduce hasta los 316 litros. Con una simple maniobra este volumen aumenta hasta los 1.101 litros. Los que necesiten aún más espacio tendrán que esperar a que llegue la versión familiar que contará una capacidad total de 1.502 litros y que incluso con los asientos en posición normal supera a todos sus hermanos con 476 litros de espacio.
Ausencia de motores nuevos
El nuevo Ford Focus llega al mercado exclusivamente con motorizaciones ya conocidas: cuatro propulsores de gasolina y dos diésel. Cabe mencionar también que con la línea de equipamiento básica sólo se podrá disfrutar de las versiones menos potentes. La motorización de acceso es un motor de aspiración de 1,6 litros y 105 CV, también disponible en un segundo nivel de potencia (125 CV). Ambos están acoplados a un cambio manual de cinco velocidades. Por encima de estos dos propulsores nos encontramos con un cuatro cilindros con la misma cilindrada pero sobrealimentado. En este caso también se fabrican dos modelos con distinta potencia: 150 CV y 185 CV. Ambos propulsores sobrealimentados no sólo están combinados con un cambio de seis velocidades, sino con el sistema de parada y arranque. No obstante, la combinación de motor de gasolina y cambio automático aún no está prevista.
Nuestra toma de contacto con el gasolina de 125 CV no pudo ser más satisfactoria. Ofrece una respuesta espontánea al toque del acelerador y desplaza el peso de 1,3 toneladas del Focus de 0 a 100 km/h en 10,9 segundos. En circulación por ciudad no tiene nada que envidiar a su hermano más potente, aunque en la montaña es donde este motor con turbo aprovecha su plus de potencia y, sobre todo, sus 80 Nm más de par motor (240 Nm a 1.600 r.p.m.). En esta situación exige menos esfuerzo de cambio, si bien estas maniobras no resultan incómodas gracias que cuenta con un cambio sumamente preciso. Ambos motores tienen en común una marcha muy suave y refinada, así como un consumo no especialmente bajo. En el ciclo UE las versiones de gasolina consumen 5,9 (aspiración) y 6 litros (turbo) a los 100 km, independientemente del tipo de carrocería.
Caja automática sólo para el diésel
En el otro lado de la balanza los dos motores diésel de 1,6 litros de cilindrada ofrecen un consumo de tan sólo 4,2 litros de gasóleo, ya sea con 95 CV o 115 CV de potencia. Ambos cuentan, asimismo, con un cambio de seis velocidades y con el sistema de parada y arranque. A lo largo de este año también se pondrá en venta un propulsor diésel de 2 litros que desarrollará 140 CV, o incluso 163 CV, y que se combinará con el cambio de doble embrague PowerShift. En un tercer nivel de potencia (también de 115 CV) se montará de serie el cambio automático. Sin embargo, el paso al cambio automático supondrá un aumento del consumo de 0,3 litros hasta los 5,3 litros.
Con el nuevo Focus desarrollado en Alemania la casa Ford vuelve a demostrar que sabe muy bien lo que se hace cuando se trata de concebir un chasis. El nuevo Focus se desplaza con una precisión exquisita y, junto con una dirección que muestra un funcionamiento sumamente exacto para ser una dirección asistida eléctrica, establece una conexión directa entre el conductor y el asfalto. Sin embargo, es capaz de absorber cualquier irregularidad sin el más mínimo esfuerzo.
Más seguridad en curva
Todos los Focus montan de serie el denominado «Torque Vectoring System», una seudo-distribución del par motor entre las ruedas delanteras impulsadas. Aunque en este caso no se utiliza un diferencial, la electrónica del ESP controla la distribución de la fuerza a través de intervenciones selectivas en la frenada, reduciendo así las tendencias al sub- o sobreviraje y mejorando el comportamiento direccional. La principal ventaja de este sistema es una mayor seguridad en curva y, por lo tanto, una mayor diversión al volante.
El que también promete ofrecer altas dosis de diversión al volante es el Ford Focus ST que llegará previsiblemente a los concesionarios en 2012. Éste contará con un propulsor de gasolina sobrealimentado de 250 CV con el que Ford pretende hacerle la competencia al VW Golf R. Sin embargo, seguramente todavía queda mucho para que podamos disfrutar de una versión RS aún más potente. En 2012 Ford también quiere lanzar al mercado alemán un Focus de propulsión completamente eléctrica con una autonomía de 160 km, aunque la decisión definitiva al respecto aún no está tomada.
Conclusión
Es cierto que la profusión de sistemas de ayuda hace del Focus un modelo único en el segmento de los compactos. Sin embargo, resulta difícil pronosticar si esto va a tener el efecto deseado sobre las ventas, especialmente si tenemos en cuenta que ninguno de ellos está incluido en el precio. En cualquier caso, incluso sin todos los sistemas de ayuda el Ford es una buena opción, ya que sobre todo su excelente chasis y su dirección precisa ofrecen una increíble diversión al volante. No obstante, todavía está por ver que estos sean argumentos suficientes para poder plantarle cara al Golf. Un precio más bajo sería sin duda alguna la mejor garantía del éxito.
