Sin embargo, con la séptima generación del Lodgy, la casa Dacia dice adiós a sus pretensiones más espartanas y adorna su modelo de siete plazas particularmente espacioso con algunos componentes atractivos y de gran calidad procedentes del Grupo Renault. Pese a ello, este nuevo modelo sigue constituyendo una alternativa económica sin competencia. En los últimos años Dacia ha logrado llamar la atención de muchos conductores gracias a unas ofensivas de precios sorprendentemente bajos. Sin embargo, cualquiera que tuviera unas mínimas pretensiones en términos de propulsión, equipamiento y seguridad seguramente no llegaría a entusiasmarse con esta marca lowcost de origen rumano. Quizá con el nuevo Lodgy Dacia sea capaz de atraer a estos clientes algo más exigentes, puesto que se trata del primer Dacia que se comercializa con cuatro airbags y un ESP “casi de serie” (260 euros) y que, de forma opcional, puede contar con navegador multimedia completamente integrado y con el gasolina de cilindrada reducida más moderno de Renault.
Y, sin embargo, la modernización técnica no es el principal punto fuerte de este monovolumen producido en la fábrica marroquí de Tánger, ya que éste ofrece además abundante espacio y una elevada variabilidad. Su robusta carrocería de aspecto quizá algo tosco, aunque en ningún caso antiestética, esconde un habitáculo de 2.617 litros de capacidad que de forma alternativa se puede configurar con un total de hasta siete plazas. Los asientos traseros abatibles, reclinables e incluso extraíbles hacen posible una amplia variedad de configuraciones de espacio. Visto en detalle descubrimos algunas deficiencias de calidad; por ejemplo las bisagras, la palanca o los revestimientos textiles son de escasa calidad, aunque no por ello dejan de ser funcionales y robustos.
Todo incluido
El espacio que enmarcan sus 4,50 metros de longitud está sorprendentemente bien aprovechado y dividido. Incluso a la tercera fila de asientos se puede acceder relativamente bien y permite a cualquier adulto viajar durante un cierto tiempo de forma relajada, con las piernas algo encogidas y con una libertad de movimiento bastante buena a la altura de la cabeza. La fila intermedia cuenta con una superficie de asiento bien acolchada y ofrece tres plazas íntegras gracias a la ausencia del túnel de transmisión. Además, todas las plazas están equipadas con sistemas de anclaje Isofix para sillas infantiles. En la parte delantera los pasajeros también disfrutarán de un abundante espacio, aunque se sentirán algo intimidados por su enorme consola central, y en ocasiones el conductor tampoco sabrá dónde apoyar el brazo derecho.
El propio puesto de conducción está bastante bien organizado, aunque la calidad de materiales y acabados se sitúa a niveles más bien bajos debido a la presión a la que está sometida la casa por mantener unos precios excepcionalmente bajos. Al menos las líneas de equipamiento superiores ofrecen inserciones cromadas, superficies brillantes y un volante en piel. Además, Dacia ofrece para la consola central una pantalla táctil de siete pulgadas a través de la cual es posible manejar el sistema de audio y las funciones del navegador de forma bastante fácil. En lo que respecta a la resolución de pantalla, la variedad de funciones y el sonido del audio es cierto que existen soluciones más convincentes –aunque también más caras–, pero con un precio de 460 euros el navegador que ofrece Dacia es notablemente barato. Sin embargo, el habitual reproductor de CD ha sido una de las víctimas de las medidas de ahorro forzoso. Por lo tanto, si queremos escuchar música tendremos que almacenarla en formato digital –por ejemplo en el móvil– y posteriormente conectar el dispositivo en cuestión al coche. Y eso que en los once huecos portaobjetos repartidos por todo el habitáculo habría espacio suficiente para almacenar todo tipo de CDs.
Nueva mecánica gasolina
Un propulsor que de momento solo está disponible para el Dacia Lodgy y que destaca por ser técnicamente moderno es el gasolina turbo 1.2 TCe de 115 cv que impulsa a este ligero monovolumen sin ningún tipo de inhibición. Tras superar un pequeño efecto turbo este cuadro cilindros asociado a un cambio de cinco marchas desarrolla todo su potencial con una sorprendente suavidad de marcha. Y gracias a su novedosa insonorización en el habitáculo el motor resulta prácticamente inapreciable. En el apartado de prestaciones el Lodgy registra un tiempo de aceleración de 10,6 segundos, una velocidad máxima de 179 km/h y un consumo homologado de 5,8 litros.
Al lado del 1.2 TCe está el antiguo gasolina de aspiración de 1,6 litros y 85 CV, convertido en la opción de acceso a la gama, que resulta una variante bastante más áspera y mucho menos eficiente. Eso sí, cabe destacar que se trata una motorización básica suficiente con la que podremos superar casi cualquier desafío. Su tiempo de aceleración es de 14,5 segundos y su velocidad máxima alcanza los 160 km/h. El consumo homologado en este caso es de 7 litros. Sin embargo, la principal ventaja del propulsor básico es, sobre todo, su bajo precio (desde 9900 euros).
Excelente motor diésel
Pese a todo estamos convencidos de que la motorización superior, el 1.5 dCi, será la que más guste a los posibles clientes. Ésta impulsa los 1.250 kg de peso del Lodgy con 107 CV y 240 Nm en 11,6 segundos de 0 a 100 km/h y le permite rodar a una velocidad máxima de 175 km/h. En este caso el efecto turbo también resulta algo molesto, si bien el excelente empuje que ofrece el turbo pronto nos hace olvidar cualquier arranque. Este propulsor diésel de escaso consumo forma una buena pareja con el suave cambio de seis velocidades que ofrece Dacia de serie. Un consumo real de algo más de cinco litros –registrado durante nuestra primera toma de contacto– completan la impresión sumamente positiva que nos ha dejado el Lodgy.
Y como ya ocurriera con el 1.2 TCe, los ocupantes estarán bastante bien protegidos de la acústica relativamente ronca del diésel. El tren de rodaje de la versión superior diésel resulta bastante cómodo, algo que sorprende en la marca Dacia. Sobre todo en nuestras pruebas de conducción –que a ratos transcurrió por el asfalto más decrépito de Marruecos– el chasis demostró tener unos excelentes modales. Su suspensión es bastante suave y evita cualquier tipo de tirón o bote indeseado, lo que hace que el nuevo chasis del Lodgy resulte claramente más equilibrado que el de las antiguas variantes del Dacia Logan. Tan solo al pasar por baches muy pronunciados notamos una cierta tirantez en la dirección.
Con todo, en principio no deberíamos esperar un comportamiento muy dinámico en circulación, si bien el Lodgy se muestra suave, seguro y correcto en trazados virados. Y gracias a su ESP de serie tampoco presenta ningún problema de inestabilidad. Además, en su segmento lo verdaderamente importante no es cortar las curvas y registrar tiempos de récord, sino más bien rodar de forma relajada y poder realizar trayectos largos de forma cómoda. Por cierto que el chasis del 1.2 TCe es un poco más rígido y firme, aunque también absorbe sorprendentemente bien cualquier irregularidad de la calzada.
A partir de 9.990 euros
En lo que respecta a los demás aspectos de comodidad y confort, la versión básica del Lodgy (9.900 euros) tiene poco que ofrecer, mientras que la versión superior «Laureate» exhibe un nivel bastante bueno. Equipada con volante en piel, navegador, llantas de 16 pulgadas y dispositivo de ayuda al aparcamiento detrás, así como con el diésel superior, esta versión de equipamiento casi completo del Lodgy cuesta casi 16.000 euros.
Sin embargo, en todas las versiones de equipamiento Dacia nos exige un suplemento de 500 euros por la tercera fila de asientos. Pero incluso sumando esta opción el Lodgy de siete plazas –independientemente de la variante de motor o equipamiento– sigue siendo sensacionalmente económico. Por el mismo precio en VW uno obtiene un automóvil minimalista como el Up! que, sin embargo, ofrece algo más de calidad en todos los aspectos.
Conclusión
A partir de junio de 2012 Dacia comenzará a llamar la atención de los posibles compradores con aquello que mejor sabe hacer: un precio insuperable. «Poco dinero para un gran coche» podría ser el eslogan de los anuncios publicitarios de éste siete plazas especialmente variable y práctico. Sin embargo, el Lodgy es más que un mero coche barato. Por primera vez la filial de Renault ofrece de serie a sus clientes algunos detalles de equipamiento que podrían calificarse de imprescindibles. Entre ellos se encuentran los cuatro airbags, una mejor insonorización y un tren de rodaje más equilibrado. El control de estabilidad es opcional, pero cuesta solo 260 euros. El que quiera, también puede obtener por poco dinero un buen navegador de pantalla táctil y un moderno propulsor como el excelente 1.2 TCe.
Sin embargo, lo realmente determinante para los clientes será la amplia, variable y práctica oferta de espacio que el Lodgy esconde en sus 4,50 metros de carrocería. Aquellos que viajen con niños, juguetes, tablas de surf y equipamiento de camping no encontrará ninguna otra maravilla del espacio por menos dinero.