Hemos hecho una primera prueba a bordo para descubrir todos sus detalles. Con más de 4 metros de largo y 2,6 metros de distancia entre ejes, el C4 Cactus tiene un principio las dimensiones de un compacto clásico, como un Opel Astra o un Renault Megane. Sin embargo, su aspecto algo extraño invita a hacerse algunas preguntas, ya que no es un SUV pero tiene grandes pasos de rueda, parece un todoterreno pero no tiene tracción total y resulta demasiado grande para competir con los coches más “chic” del mercado (como un 500 o un Adam).
Entonces, ¿qué es exactamente?
Empecemos por el interior. Una pantalla de 7 pulgadas y unos asientos muy cómodos hacen que el acceso al C4 Cactus sea bastante acogedor. Hay numerosos detalles que hacen de éste un coche diferente, como los asientos traseros de una pieza, un tacómetro que no existe, la ausencia de asideros en el techo y de botonería innecesaria en la consola o las ventanillas traseras con apertura de tipo compás. Todo esto son medidas demaisado austeras que se han tomado para eliminar aquello “innecesario” que pueda elevar el precio del vehículo.
En cambio, en el C4 Cactus hay otros detalles que sí merecen la pena, como el cuadro de instrumentación flotante o una práctica guantera que dispone de más espacio de la cuenta ya que no lleva alojado el airbag (éste cae del techo directamente). Este chasis es el mismo que el del C4, aunque el Cactus mide 17 cm menos en total y es 6 cm más estrecho, y está forjado con acero de alta resistencia y soldaduras láser. El techo solar, aunque no es practicable, deja pasar la luz evitando la entrada de calor al habitáculo. Por cierto, el espacio disponible en el maletero llega hasta los 358 litros de volumen, lo cual está en sintonía con la oferta de espacio en el segmento C.
Libertad en cuanto a diseño
El exterior no es resulta menos llamativo que el habitáculo. Los elementos SUV son más que evidentes, empezando por los “airbumps” situados en los laterales del coche y que pueden ser remplazados fácilmente cuando los toques en el parking vayan desgastándolos. El aspecto del Cactus también está definido por las luces LED de circulación diurna, así como los plásticos que las rodean y la parrilla prominente al más puro estilo Citroën.
El techo se asienta sobre los pilares del vehículo bajo la sensación de estar flotando. Por su parte, la ventanilla trasera es bastante estrecha y el pilar C está inclinado hacia delante, lo cual aporta una sensación de deportividad que no suele ser habitual en modelos SUV. En este sentido, los diseñadores han disfrutado de total libertad para romper moldes y vaya si lo han conseguido.
Datos
El cliente se verá sorprendido cuando estudie la lista de precios del C4 Cactus, ya que la inversión mínima que deberá hacer es de 14.750 euros. Este precio corresponde a la versión con motor de gasolina de tres cilindros VTi con 82 caballos y acabado básico. Con este motor el consumo de combustible prometido por Citroën es de 4,6 litros cada cien kilómetros, aunque existe una versión e-VTi que puede conseguir una rebaja de tres décimas de litro gracias al sistema start&stop.
En el apartado diesel habrá dos opciones con 92 y 100 cv de potencia. La primera de ellas incorpora una caja de cambios automática (denominada ETG-6) mientras que la de 100 cv, que es la más ahorradora con 3,4 litros de consumo mixto, se denomina BlueHDI y va asociada a una transmisión de cinco marchas. El precio de acceso a esta es de 16.950 euros.
Conclusión
Reducir un coche a lo esencial y poner un precio de derribo puede parecer arriesgado pero a la vez es una estrategia valiente por parte de las marcas que ya ha salido bien en casos anteriores, como el del Dacia Duster. En el caso del Cactus, resulta un coche lo suficientemente pequeño para la ciudad, lo suficientemente grande para los días de vacaciones y lo suficientemente atractivo para el público al que va dirigido. Lo demás no importa.