La estrategia, tanto técnica como a nivel de comunicación, parece clara. Nosotros ya hemos podido subirnos a él y conocer algunos de sus detalles… Como ocurre con algunos vehículos de forma inexplicable, este nuevo Serie 4 convence ya desde la primera aproximación visual. En comparación con la versión sedán de la que parte, el carácter del Serie 4 es mucho más acentuado y su carrocería es más equilibrada, firme y deportiva. A simple vista, las diferencias de tamaño con respecto a su predecesor no parecen excesivas, tan sólo la distancia entre ejes parece haberse alargado y, en consecuencia, el centro de gravedad visual ahora va algunos milímetros más cerca del suelo.
Detalles de cosecha propia
Aunque, como decimos, partimos de la misma base mecánica que el Serie 3, es lógico que BMW haya añadido detalles identificativos en este nuevo modelo. En la parte delantera llaman la atención algunas formas esculpidas con más detalle, como los faros más estrechos y otros detalles que aportan mucho dinamismo, como las salidas de aire en las aletas delanteras. Es importante señalar que, en lo que tiene que ver con la iluminación, todas las funciones del Serie 4 podrán ser realizadas a través de LEDs.
Por su parte, el programa de equipamientos también promete. BMW ofrecerá tres versiones según los gustos (Modern, Luxury o Sport), un kit aerodinámico M Performance y la posibilidad de ampliación a un paquete deportivo M Sport de alto rendimiento, lo que vendría a ser el escalón previo a un futuro M4.
Buena calidad y suficiente espacio
De puertas hacia dentro, las posibilidades para equipar al Serie 4 son prácticamente idénticas a las del 3. Esto significa que se puede conseguir alta calidad en los materiales, buen espacio en la parte delantera y, de forma opcional, un completo sistema de navegación, información y entretenimiento con acceso a Internet. Como única pega, pudimos comprobar durante nuestra toma de contacto que el pasador del cinturón de seguridad (en su anclaje al pilar B) presentaba un mecanismo de aspecto algo frágil y que no nos gustó demasiado.
Gracias a la larga distancia entre ejes (2,81 metros) los pasajeros traseros también pueden disfrutar de un buen espacio para las piernas, aunque la altura libre es limitada y las cabezas de adultos de tamaño medio (de 1,75 metros en adelante) ya irán rozando el techo del habitáculo. Lo que sigue siendo un poco incómodo es el acceso a la fila posterior, pero esto no es nada nuevo. Los milagros de momento no existen y un coupé siempre presentará esta pega.
El maletero, por último, es de un tamaño aceptable y cuenta con 445 litros. Es un poco más de lo que ofrecía el anterior Serie 3 pero tiene 35 litros menos de lo que se puede conseguir en una versión sedán.
Trasera o total
El nuevo coupé de la marca bávara se ha diseñado bajo el espíritu de Gran Turismo pero también para facilitar la conducción de largas distancias. El Serie 4, sin embargo, lo que mejor sabe hacer es satisfacer las necesidades deportivas de alto nivel. Con los más de 300 CV del motor de seis cilindros y la transmisión automática de ocho velocidades el rendimiento es notable en todas sus facetas. En ciertos matices de conducción exigente se aprecia y se agradece el centro de gravedad más bajo y el mayor ancho de vías.
Cuando buscamos los límites, el Serie 4 se puede controlar fácilmente y sea cual sea la situación siempre existe la sensación de control bajo los pedales. Los amantes de la tracci3n trasera pura y dura seguirán teniendo al Serie 3 Coupé (ahora Serie 4) como uno de los referentes. En el caso del 435i, BMW ofrece la tracción total XDrive a un precio aproximado de 2.500 euros extra.
Margen de mejora para M GmbH
Hay que decir que el Serie 4 podría haberse afinado un poquito en cuestión de peso, al menos un par de kilos. Pero, sin embargo, esta es una de las cosas que dan cierto margen de mejora cuando la división deportiva M GmbH se ponga manos a la obra. Por otra parte, el motor turbo de inyección directa y seis cilindros del 435i da evidencias del potencial deportivo y puede mantener las ocho velocidades del cambio automático casi siempre en el régimen adecuado gracias a un doble embrague rápido y preciso. Sólo es necesaria la intervención de las levas manuales en zonas de curvas demasiado reviradas, donde uno necesita estar siempre en el vértice de máximo empuje. De otra forma, el modo automático retrasa algunas milésimas la entrada en funcionamiento del turbocompresor.
Multitud de opciones
En el nuevo Serie 4 también habrá varias opciones “económicas” y ahorradoras. La versión 20d reúne 184 caballos de fuerza y promete un consumo de 4,6 litros con una reserva de aceleración bastante alta. También resulta atractivo el motor de la versión 428i, con 245 caballos, que es ligeramente más lento que el 35i a cambio de un consumo increíble de 6,3 litros.
El acceso a la gama lo protagonizará más adelante el modelo 420i, que con 184 cv, exigirá tan sólo seis litros de gasolina cada cien kilómetros. A falta de que BMW ponga precio a esta versión, el acceso a la gama corre a cargo del 420d, por el que BMW pide al menos 41.900 euros. En el otro extremo, el 435i xDrive Coupé cuesta al menos 57.800 euros, por lo que la factura final tras incluir algunos extras no bajará en ningún caso de los 65.000 euros.
Conclusión
Fiel a sus principios y a sus orígenes, el nuevo Serie 4 fusiona a la perfección el placer de conducir con el énfasis visual de un coupé elegantísimo y con los aspectos dinámicos que dominaba la Serie 3 de la que deriva. Un coche más que suficiente para muchos pero una pieza incompleta y poco práctica para otros tantos. Casi un sueño prohibido. Al fin y al cabo, el 4 no es más que una variante del Serie 3 que ofrece menos espacio en el maletero, un acceso a la parte trasera incómodo y, por si fuera poco, tampoco supone una rebaja en el precio.
