BMW está tratando de ampliar su estrategia de movilidad eléctrica y para ello ha creado una gama de vehículos que se sitúan estratégicamente a caballo entre la gama i (BMW i3y BMW i8 (target=undefined)) y el catálogo tradicional de la marca. Se trata de una importante transferencia tecnológica entre la gama más puntera del fabricante bávaro y los coches tradicionales de la marca, con un objetivo claro: introducir al cliente las ventajas de la conducción eléctrica cuya llegada, de alguna manera, es ya inminente en nuestra sociedad. Así, los primeros que han caído en este nuevo grupo llamado “i Performance” han sido el BMW X5, el Serie 3 y el Serie 7 y el Serie 2 Active Tourer, el cual ha caído en nuestras manos durante unos minutos para poder ponerlo a prueba en las calles de Madrid.
¿Qué es i Performance?
El sello iPerformance no es otra cosa que la adaptación de un BMW de toda la vida a un coche con tecnología híbrida enchufable. En esta tecnología, BMW se basa en motores de combustión (pueden ser de tres o de cuatro cilindros) y los combina con otra unidad eléctrica alimentada por baterías de ion-litio.
Los cuatro coches que componen esta gama son un BMW 330e, un BMW 225xe, un BMW X5 xDrive 40e y por último un BMW 740e xDrive que podrá pedirse también con batalla larga y que tardará un poco más en llegar a los concesionarios (lo hará probablemente en agosto).
¿Cómo se conduce?
Exactamente igual que un coche de combustión tradicional. El conductor dispone de tres modos con los que gestionar la energía disponible en las baterías. Por un lado, puede dejar la gestión al coche para no tener que pensar absolutamente nada (AUTO), o bien puede priorizar la utilización del modo eléctrico (MAX). Hay una tercera posibilidad y es el modo SAVE THE BATTERY que da prioridad a la recarga de la misma y guarda por defecto la mita de la energía para utilizar posteriormente.
41 km de autonomía para el 225xe
Durante la toma de contacto de estos cuatro modelos nosotros pudimos subirnos en el Serie 2 Active Tourer 225xe, el cual representa el acceso a la gama iPerformance con un precio de 39.500 euros, prácticamente lo mismo que cuesta la versión gasolina equivalente de la gama BMW. Apenas hay 150 euros de diferencia.
Este modelo tiene la peculiaridad de que puede funcionar como un tracción 100% trasera, como tracción 100% delantera o como un tracción a los dos ejes. Tiene 224 cv de potencia máxima (136 proceden del motor de combustión y 88 del eléctrico) y su autonomía homologada en modo eléctrico es de 41 kilómetros, es decir, llega al mínimo necesario para disfrutar de las ventajas de los vehículos ecológicos como acceso a carriles BUS-VAO, estacionamiento regulado gratuito o acceso a zonas restringidas al tráfico.
Esto supone realmente una facilidad para moverse como pez en el agua por ciudad. Nosotros pudimos hacer un trayecto de unos 11 kilómetros en situaciones de tráfico muy denso de Madrid. Con constantes paradas por atascos, semáforos y cruces el consumo que hicimos fue de 18,1 kWh/100 km. No nos hizo falta en ningún momento porque no salimos de la ciudad, pero la velocidad máxima a la que puede circular en modo eléctrico el 220xe es de 125 km/h.
En general el coche acelera con mucho brío y su funcionamiento es increíblemente suave gracias a su cambio automático de seis marchas. BMW asegura que la electrónica de potencia es exactamente la misma que la utilizada en los modelos i3 e i8. Este coche tarda solo 6,7 segundos en ponerse a 100 km/h y su consumo homologado es de 2 litros cada cien kilómetros, por lo que la autonomía total del coche es de 550 km.
En cuanto a los tiempos de carga, en un enchufe doméstico de 10 A se puede hacer una recarga de la batería en tan solo 2h y 20 minutos, mientras que con un wallbox de 16 A el tiempo se reduce a 1 hora y 35 minutos.
Algunas diferencias
La banqueta posterior del 220xe es 30 milímetros más alta que la de cualquier otro Serie 2 Active Tourer. Esto se debe lógicamente a la colocación de las baterías bajo los asientos que no han afectado, eso sí, al volumen de maletero que ofrece el modelo en sus versiones convencionales. El volumen total disponible sigue siendo por tanto de 400 litros.
Además de esto, el coche se distingue por llevar los anagramas eDrive en la carrocería, una cubierta del motor diferente, la toma de corriente en el lateral de la parte delantera y llantas optimizadas opcionales. Por dentro también hay otros cambios exclusivos para estos cuatro modelos, como son las estriberas de entrada específica, el interruptor eDrive con el que seleccionar los modos de gestión de electricidad, un cuadro de instrumentación específico y el display eDrive exclusivo en la consola central.
Sin incremento de precio
Como decimos, esta versión del Serie 2 Active Tourer está disponible por menos de 40.000 euros y no supone un incremento de precio con respecto a la versión de gasolina equivalente. A cambio conseguimos un coche capaz de cubrir el trayecto medio diario de la mayoría de los españoles con la misma calidad de conducción que un BMW de motor convencional y sin perder espacio de almacenamiento con respecto a otros Serie 2. Desde luego, la estrategia debería dar un retorno importante de clientes a la marca, ya sean nuevos clientes de BMW o usuarios fieles a la marca que, dudando de la compra de un eléctrico, se decidirán sin dudarlo por la gama de híbridos enchufables.
