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Primer contacto: BMW Serie 1 – El nuevo número uno

El modelo más pequeño de BMW hará su entrada triunfal en el mundo automovilístico en septiembre de 2011.

La segunda generación completamente remodelada continuará ofreciendo el comportamiento dinámico obligatorio en la clase compacta y, por si eso fuera poco, la casa alemana ha logrado borrar de un plumazo todos los puntos débiles del adversario más directo del Golf. Gracias a sus muchas opciones y nuevos detalles tecnológicos, su maduro atractivo gana enteros en el balance final. Si dejamos a un lado su desmesurado precio, el renovado Serie 1 es el nuevo estándar de referencia en su segmento. En términos estéticos, el nuevo Serie 1 resulta fácilmente reconocible, ya que éste ha permanecido fiel a su apariencia algo particular, con capó alargado y trasera recta, y además BMW ha adoptado sin cambio alguno la línea de las ventanillas laterales con el famoso y marcado ángulo –denominado «Hofmeister-Knick»– en el montante C. Sin embargo, en los demás aspectos la carrocería ha sido sometida a una renovación completa. En este sentido, el conjunto ha crecido ligeramente en todas las direcciones y, gracias a sus innumerables trucos de diseño, el Serie 1 se presenta con una estética más madura y segura de sí misma. Sobre todo desde una perspectiva posterior, el nuevo modelo muniqués –con unos grupos ópticos que recuerdan a los de un VW Polo– causa una impresión más robusta a la par que más elegante.

El nuevo frontal se presenta más llamativo que nunca, caracterizado por su gran parrilla y unos grupos ópticos más grandes. Gracias a la pantalla superior que incorporan los faros delanteros, el Serie 1 tiene una mirada más concentrada y los anillos de luces LED, con una luminosidad inusual, resaltan aún más si cabo su impacto visual. Por desgracia, estos grupos ópticos de última generación sólo se obtienen en combinación con el paquete de luces de xenón por un precio de 1.090 euros.

Dos líneas de equipamiento opcionales

Las dos líneas de equipamiento nuevas «Sports Line» y «Urban Line» ofrecen detalles estéticos muy especiales. Estas líneas de acabado confieren al Serie 1 una imagen más deportiva o simplemente más llamativa. Si bien el aspecto de la variante «Sports Line» es excelente, la variante «Urban Line», con ornamentos en un color blanco bastante llamativo y llantas blancas opcionales, causa una impresión algo curiosa. Este estilo no nos ha llegado a convencer del todo, aunque quizá tan sólo necesitemos algo de tiempo para considerar los elementos de decoración lacados en blanco el último grito en cuestión de estética.

En cualquier caso, lo que sí es una obra maestra en todos los sentidos es el interior del nuevo Serie 1. Resulta llamativo su diseño de capas que, sobre todo en la zona de la consola central, transmite una sensación casi tridimensional. Además, el puesto de conducción funcional y bien organizado está ligeramente inclinado hacia el conductor, por lo que éste se siente el centro del universo, aunque no por ello limitado en cuanto al espacio disponible. La arquitectura es, asimismo, sumamente funcional y todo se puede manejar con una facilidad pasmosa. Más allá de estos detalles, los materiales son de altísima calidad, así como sus acabados.

Más espacio, más variabilidad

Junto con la carrocería, también ha crecido algunos centímetros la distancia entre ejes, algo que, a su vez, proporciona una mayor oferta de espacio dentro del habitáculo. No sólo en la parte delantera se disfruta de un mayor espacio en comparación con el modelo anterior, también en la parte trasera se dispone de algunos centímetros más a la altura de las rodillas, lo que permite que incluso a un adulto le resulte cómodo viajar detrás. No obstante, en tal caso sólo habría espacio para dos ocupantes. Debido al túnel de transmisión, la plaza intermedia debería reservarse únicamente para niños.

El maletero también ha crecido bastante y, con sus 360 litros de capacidad, supera incluso en 10 litros al que hasta ahora ofrecía una capacidad modélica, el VW Golf. El respaldo del banco trasero del Serie 1 se puede abatir en pocas maniobras en una proporción de 60:40 o bien –mediante un suplemento de 300 euros– en la proporción 40:20:40. Una vez abatido, disfrutaremos de un maletero bien revestido y con un espacio de carga de hasta 1,2 metros cúbicos.

Impresionante equipamiento multimedia

Las dos variantes del banco trasero son sólo un ejemplo de las múltiples posibilidades que ofrece el nuevo Serie 1. Junto con extras de carácter más bien práctico, también existen muchas opciones para una individualización estética del coche, así como una larga lista de atractivos detalles de confort. Sólo para el diseño del interior existen 6.500 posibles combinaciones, por lo que según el dinero que tengamos disponible podremos llegar a disfrutar de un habitáculo verdaderamente elegante y lujoso. Lo que nos causó una impresión especialmente buena fue la pantalla iDrive fija, extra ancha y plana en formato de 8,8 pulgadas. Su visualización dividida en dos partes hace posible una representación en paralelo del mapa del navegador junto con diferentes informaciones procedentes del ordenador de a bordo y del sistema de audio.

No obstante, esta gran pantalla sólo está disponible en combinación con el sistema de navegación «Professional» (2.800 euros). Y si tenemos 580 euros más, éste se puede ampliar con la preinstalación para el móvil con conexión Bluetooth y USB, así como al BMW Assist. Si se encargan ambos paquetes, entonces podremos disfrutar de la función «Real-Time Traffic Information» (RTTI) ofrecida por primera vez por BMW y que proporciona información en tiempo real sobre la ruta a seguir. En este sentido, resulta extremadamente práctica la gran vista panorámica del mapa, que muestra qué calles cercanas están libres en ese momento o dónde se ha formado un atasco. Los que además estén abonados al servicio «BMW Online» podrán navegar por Internet desde su Serie 1. Este paquete completo –bastante caro, por cierto– constituye una solución multimedia de última generación increíble.

Más potencia, menor consumo

Pero vayamos a la verdadera finalidad del Serie 1: ser conducido. En este aspecto el más pequeño de la casa BMW también sabe cómo impresionaros. En lo que respecta a los grupos propulsores tuvimos la suerte de probar los dos motores superiores (118i y 120d) provisionales, grupos que se caracterizan por su elevada potencia y su consumo relativamente bajo. Si bien hasta ahora el 118i era un motor de gasolina de 2 litros que desarrollaba 143 CV, el bloque utilizado en esta ocasión es el cuatro cilindros de 1,6 litros con turbocompresor Twin Scroll procedente de Mini en su variante de 170 CV. Pese a un claro plus de potencia de 27 CV, el 118i –con un consumo homologado de 5,9 litros– es incluso 0,2 litros más eficiente que hasta ahora.

Junto con su excelente suavidad de marcha, el motor se caracteriza por su rápida aceleración, movilizando con garra y casi sin efecto turbo su casi tonelada y media de peso. Las ruedas traseras, en combinación con un suave cambio manual de seis velocidades, impulsaron nuestro Serie 1 sin ningún tipo de problema de tracción de 0 a 100 km/h en tan sólo 7,4 segundos. Según datos oficiales, la velocidad máxima es de 225 km/h. No obstante, para alcanzar la velocidad máxima sí es necesario coger un cierto impulso. Las carreras en autopista tienen como resultado un claro aumento del consumo. Al menos según nuestro ordenador de a bordo, durante nuestra prueba de conducción alcanzamos la cifra de 9 litros de combustible, un valor casi un 50% por encima de las indicaciones del fabricante.

Ocho marchas

Aún más nos impresionó la combinación del modelo 120d de 184 CV con la caja de cambios automática de ocho velocidades desarrollada por ZF. Si bien su acústica no es siempre la mejor, nunca se muestra demasiado molesto y, además, este motor diésel gusta también gracias a su formidable empuje de 380 Nm. En este sentido, el tiempo de aceleración es de 7,3 segundos y la velocidad máxima alcanza los 228 km/h.  Su progresión es fantástica en la horquilla superior de velocidades, algo que hará felices a los amantes de la velocidad en autopista. Al mismo tiempo ofrece el elevado nivel de confort de un cambio automático suave y de funcionamiento rápido que incluso podría llegar a competir con un cambio de doble embrague. De esta forma, BMW no sólo ha disipado la contracción entre un confort elevado y una dinámica longitudinal óptima, sino que ha obtenido un nivel ejemplar en lo que respecta a la eficiencia, ya que su consumo homologado es de 4,5 litros.

Para aproximarse lo más posible a dicha cifra, BMW ha equipado todos los Serie 1 no sólo con el sistema automático de arranque y parada, sino también con el denominado botón de la «experiencia de conducción», con el que es posible activar el modo «Eco Pro» como ayuda adicional al ahorro. Una vez activado dicho modo a través del botón situado en la consola central, el sistema de aire acondicionado o la calefacción de los asientos funcionarán de forma especialmente eficiente y, además, las órdenes de aceleración del pedal se traducirán de forma más comedida. Una indicación de la selección de la marcha correcta y una recomendación de uso del pedal del acelerador ofrecerán al conductor una orientación más clara sobre un estilo de conducción más eficiente. Finalmente, el ordenador de a bordo muestra la autonomía adicional conseguida gracias a nuestro modo de conducción más ahorrador.

Diversión en curva y chasis adaptativo

Sin embargo, además de la alegría del ahorro, el Serie 1 ofrece un enorme placer de conducción. Los ingredientes básicos no han variado en comparación con la primera generación. Tracción trasera, una distribución paritaria del peso sobre los ejes, una carrocería rígida y una dirección deliciosamente precisa y libre de efectos de la tracción. Ningún otro compacto es capaz de igualar al Serie 1 en términos de dinámica transversal, mientas una primera y breve maniobra de evasión al comienzo de nuestra prueba de conducción casi nos hace llorar de alegría.

Sin embargo, BMW nos tenía preparada una experiencia aún más intensa en términos de dinámica de movimiento en el circuito de pruebas de ADAC situado en Linthe. Allí fue donde tuvimos la oportunidad de disfrutar al máximo de un chasis adaptativo con el que a través del botón «experiencia de conducción» es posible regular la configuración de la suspensión. No obstante, no consideramos que esta opción constituya un extra necesariamente recomendable. Esto se debe, básicamente, a que BMW ha regulado el chasis estándar del nuevo Serie 1 de forma mucho más cómoda que el de su predecesor, claramente demasiado rígido. El modelo 118i en combinación con el chasis deportivo M ya ofrecía un compromiso suficientemente bueno entre confort y comportamiento óptimo en carretera. En este sentido, al cliente sólo le queda la elección de las ruedas para alcanzar un compromiso que resulte óptimo para él. Sin embargo, aquellos que no se quieran comprometer y disfruten rodando sobre el asfalto de forma más dura, y en ocasiones de forma más suave, se pueden decantar, con la conciencia bien tranquila, por el chasis adaptativo.

El cambio del modo «Confort» al modo «Sport+» ofrece además otro atractivo especial, aunque esto se deba en menor medida a su suspensión más dura y más a un DSC más tolerante. A los que les guste culear un poco al trazar la curva estarán encantados con este chasis, incluso con el DSC siempre activo.

Versión básica por 25.950 euros

Y aquí acaba también nuestra larga lista de piropos, ya también hemos detectado algún que otro punto susceptible de crítica. Tenemos, por ejemplo, el motor diésel, que bien podría soportar un mejor aislamiento. El ruido del viento también se vuelve algo insoportable a velocidades elevadas. Y, para finalizar, el montante C, que sigue siendo demasiado ancho, reduce demasiado la visibilidad hacia la parte trasera. Y eso sería todo lo que tenemos que objetar. Para concluir sólo nos queda criticar un poco la política de precios de BMW, ya que 25.950 euros por el modelo básico de 136 CV (116i) nos parece un poco exagerado, sobre todo si tenemos en cuenta su escaso equipamiento de serie.

Si uno ha puesto los ojos en el atractivo 120d con cambio automático de ocho velocidades, tendrá que desembolsar 32.690 euros, y si además desea incorporar un par de opciones de la lista de individualización y un par de extras de confort, no tendrá problema en alcanzar los 40.000 euros. Por ningún otro compacto se exigen precios tan elevados como por el Serie 1. Sin embargo, aquél que tenga la oportunidad de experimentar el nuevo Serie 1 en una prueba de conducción llegará pronto a la conclusión de que esta inversión adicional bien podría merecer la pena.

Conclusión

Muy bueno y muy caro. Los que estén dispuestos a rascarse bien el bolsillo para hacerse con un Serie 1 se verán recompensados con el quizá sea el mejor modelo compacto del mercado hoy en día. A Audi le resultará difícil superar a este muniqués especialmente ágil en conducción con la reedición del A3 prevista para 2012.

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