Hace poco que os presentamos con gran entusiasmo el Porsche Panamera Hybrid con un consumo de tan sólo 6,6 litros. Esta vez hemos querido probar el nuevo Q5 Hybrid y lo hemos hecho de forma muy comedida con el objetivo de poner a prueba su eficiencia técnica. Hemos hecho caso omiso de las recomendaciones de la casa que nos animaban a devorar kilómetros de carreteras sinuosas para decantarnos por una conducción más eficiente.
Hace años que los fabricantes japoneses emprendieron el camino del éxito con sus propulsores híbridos orientados a obtener la máxima eficiencia energética. De forma paulatina los fabricantes alemanes han comenzado a incorporar esta novedosa técnica a algunos de sus modelos de clase superior. Por primera vez, en lugar de en un modelo de clase superior Audi monta su nuevo propulsor híbrido «Highend» en el SUV compacto Q5.
El propulsor principal que trabajará a las órdenes de este nuevo modelo eficiente es el archiconocido 2.0 TFSI, que gracias a sus 211 CV de potencia y a su par motor de 350 Nm garantiza ya de por sí unas excelentes prestaciones. Audi ha combinado este cuatro cilindros con un motor eléctrico de 54 CV de potencia y un par motor de 210 Nm, de forma que el rendimiento conjunto es de 245 CV y 480 Nm.
Potente en el arranque
Sin embargo, para nuestra excursión por el interior de la isla de Mallorca las impresionantes prestaciones resultado de estos valores eran algo secundario. Si así se desea, es posible alcanzar los 100 km/h en 7,1 segundos, así como rodar a una velocidad máxima de 225 km/h. No obstante, lo que a nosotros nos interesaba de verdad era comprobar si este todocamino de 1,9 toneladas de peso y tracción integral era capaz de desplazarse con un consumo de 6,9 litros. Aunque, en realidad, nuestra idea era batir esta cifra.
Por lo demás, cabe mencionar que el responsable de la transmisión de la fuerza de ambos propulsores es un cambio automático de ocho velocidades de amplios recorridos. Allí donde en realidad debería estar situado el convertidor de par se ha ubicado un motor eléctrico en forma de disco, el cual se ha asociado a un embrague de discos múltiples en baño de aceite. Éste último separa o une el TFSI del propulsor eléctrico. Por lo tanto, el Q5 nos permite conducir tanto en modo combinado como en modo 100% eléctrico.
Batería moderna
En la zaga, debajo del suelo del maletero, se encuentra ubicada la batería de iones de litio con una energía nominal de 1,3 kWh y una potencia de 39 kW. Un circuito de refrigeración propio mantiene este acumulador de energía compuesto por 72 celdas individuales y con un peso de casi 40 kg a una temperatura óptima. El proceso de carga y descarga tiene lugar de forma especialmente rápida, algo que sin la correspondiente refrigeración no tardaría en tener como resultado a una avería por sobrecalentamiento.
Sin embargo, independientemente de lo moderna y potente que pueda resultar la nueva tecnología de propulsión, lo que nosotros queremos saber es lo eficiente que puede llegar a ser el nuevo Q5. Tras pulsar el botón de arranque, la desviación de la aguja del potenciómetro y la iluminación de la indicación «Ready» en verde brillante nos avisan de que el nuevo Q5 eléctrico está listo para echar a andar. Los grupos auxiliares –como el sistema de aire acondicionado– se desactivan y al pulsar el botón «EV» forzamos al Q5 a entrar en un modo de conducción puramente eléctrico.
Hasta 100 km/h en modo 100% eléctrico
De forma completamente silenciosa y con suficiente empuje comenzamos nuestra primera toma de contacto. Si la batería está completamente cargada, la casa Audi garantiza una autonomía eléctrica de al menos 3 kilómetros, siempre que mantengamos una velocidad constante de 60 km/h. En un primer momento, pisamos con mucho cuidado y suavidad el pedal de aceleración y conducimos sin ningún tipo de ayuda por parte del motor térmico. Al principio, el trazado de la carrera tan sólo nos permite desplazarnos a velocidad urbana, aunque parece ser que en modo 100% eléctrico es posible conducir hasta a 100 km/h. De esta forma, el Q5 es capaz de desplazarse en modo eléctrico más lejos y más rápido que todos los modelos híbridos disponibles en la actualidad en el mercado.
En la gran pantalla situada en la consola central se puede observar, entre otras cosas, un gráfico que representa la interacción entre el propulsor eléctrico y el motor de gasolina. El nivel de carga de la batería también se muestra de forma dinámica. Mientras conducimos acompañados de un zumbido ahogado, de forma paulatina las barras del indicador de la batería van cambiando de color pasando del verde (cargada) al gris (vacía). Recorridos 2,3 kilómetros arranca por primera vez, y con un nivel de ruido muy bajo, el motor de gasolina. Pese a que en un principio habíamos obligado al Q5 a funcionar en modo 100% eléctrico, el propulsor término se activa de forma automática.
También es posible planear
Ahora el motor de gasolina y el eléctrico trabajan mano a mano y, manteniendo una aceleración moderada, intentamos consumir la menor cantidad de combustible posible y, gracias al sistema de recuperación, enviar algo de energía a la batería vacía. Sin embargo, el ordenador de a bordo muestra ahora una cifra de consumo que crece exponencialmente. Cuatro, cinco, seis litros... entonces el valor se estabiliza. Temporalmente. El trayecto es llano y nuestro modo de conducción más bien tranquilo. Poco a poco la batería comienza a recuperarse y siempre que es posible el Q5 nos ofrece la posibilidad de planear durante unos cientos de metros. ¿Planear? Con el término «planear» nos referimos a que el motor de gasolina, desacoplado del tren de propulsión, se detiene durante la marcha y el Q5 mantiene el impulso únicamente con la energía procedente del propulsor eléctrico.
Sin importar lo mucho que nos esforzamos por mantener una buena eficiencia energética, cuando la carretera nos condujo inexorablemente desde la costa de Mallorca en dirección a sus colinas situadas a casi 700 metros con respecto al nivel del mar, el consumo de combustible aumentó hasta alcanzar cifras desorbitantes. Tras la primera curva cerrada superamos el listón del consumo homologado y por una carretera estrecha y empinada comenzamos a subir a las colinas a la vez que aumentaba el consumo. Con la misma cara de susto con la que contemplamos el extracto del banco a final de mes tuvimos que aceptar que el incremento del consumo había alcanzado cifras de dos dígitos. En el momento en el que la carretera nos dio un pequeño respiro y su trazado descendente se mantuvo durante un cierto tiempo pudimos volver a planear sin necesidad de combustible, la batería comenzó a cargarse de nuevo y la cifra del consumo volvió a ser de un dígito. Con todo, el resultado final de nuestra pequeña excursión de 2 horas de duración fue de 8 litros. Queda claro que fuimos incapaces de neutralizar el breve tramo que nos obligaba a ir cuesta arriba.
Debido al perfil del recorrido resultó imposible rebajar esta cifra. No obstante, según la opinión de los expertos de Audi allí presentes se trata de una muy buena cifra. Pese a mantener un modo de conducción marcadamente eficiente otros periodistas registraron consumos de 10 litros y más en el mismo trayecto. Si hubiéramos estado al volante de un Q5 convencional con motor 2.0 TFSI, entonces la cifra de consumo se hubiera disparado hasta los 12 litros o más. Tan sólo con el 3.0 TDI –la motorización del Q5 más vendida en Alemania con diferencia– hubiéramos logrado desplazarnos de forma más eficiente.
Nueva dirección, chasis más suave
Por cierto que el motor eléctrico adicional no es la única medida del Q5 Hybrid orientada a la eficiencia energética. Una ligera optimización de la aerodinámica, junto con una reducción de 25 mm del chasis, así como una dirección electromagnética regulada a demanda son algunas de las medidas responsables de unas cifras de consumo mejoradas. Ésta última parece que es capaz de ahorrar casi 0,2 litros de combustible a los 100 kilómetros en comparación con la dirección asistida clásica. Desde el punto de vista de las sensaciones a la hora de conducir, esta dirección se muestra sumamente homogénea y presenta una respuesta convincente. En el futuro, los de Ingolstadt tienen previsto equipar también otros modelos con esta tecnología.
Otra novedad es que subestructura del Q5 Hybrid es apta para las carreteras más sinuosas, aunque también convence en el plano del confort. Y eso pese a contar con llantas de 19 pulgadas de serie. Esta armónica configuración del chasis también se encargará en otras variantes del Q5 de proporcionar el máximo confort a los ocupantes.
Un impulso extra
Sin embargo, todas estas innovaciones tecnológicas se venden caras en la casa alemana. Con un precio de 57.400 euros el Q5 Hybrid es unos 16.000 euros más caro que el 2.0 TFSI normal y 3.000 euros más caro que el 3.0 TDI más barato. Aunque el Q5 Hybrid ofrece al menos un mejor equipamiento (con un valor total de aproximadamente 5.000 euros), no parece que este tracción integral eléctrico constituya la alternativa más económica en términos de precio.
Además, Audi pretende promocionar el Q5 Hybrid como un «Performance SUV», es decir un todocamino orientado al rendimiento. En este sentido, la casa otorga máxima prioridad a la diversión al volante, a un golpe extra de dinámica longitudinal que, de hecho, sorprende muy gratamente. Cuando el motor eléctrico descarga todo su par motor en la propulsión, el impulso adicional que genera encandila al conductor dibujando una amplia sonrisa en su rostro, a la vez que el pesado Q5 se muestra sumamente ligero.
Y como colofón a todo este despliegue de tecnologías, el Q5 se puede conducir igual de rápido e igual de lejos en modo 100% eléctrico. Sin embargo, nuestro deseo sería una autonomía eléctrica superior, así como la posibilidad de cargar las baterías –cuyo tamaño nos parece algo grande– a través de un cable de alimentación conectado a una toma de corriente. En tal caso, dispondríamos de un «Plug-in Hybrid» sin limitaciones en cuanto a la autonomía y que, además, ofrece un increíble placer de conducción. Sin embargo, sabemos que aún queda mucho tiempo hasta que Audi lance al marcado un modelo con estas características.
Conclusión
Con el Q5 híbrido, Audi lanza al mercado un modelo híbrido que ofrece un excepcional nivel de diversión al volante y que, no obstante, se puede conducir de forma eficiente. La interacción de ambos propulsores es impresionante y parece haber alcanzado un gran nivel de madurez, si bien esto supone un incremento considerable en el precio de adquisición.
Otro punto a tener en cuenta es que en términos de autonomía eléctrica, el Q5 supera a todos los modelos híbridos disponibles en este momento en el mercado. ¡Chapeau! Sin embargo, sería genial si Audi pudiera ampliar aún más la capacidad del modo 100% eléctrico, aunque sabemos que en este aspecto aún debemos tener un poco de paciencia.