En el caso de Suzuki, que este año ha dado un paso adelante importante en MotoGP con Bautista a los mandos de la GSV-R, tiene además un papel ganador en el campeonato mundial de resistencia, donde se ha hecho con la friolera de 10 campeonatos gracias al Suzuki Endurance Racing Team. Dispuestos a mostrar los conocimientos adquiridos en tales competiciones, han evolucionado en muchos aspectos su querida superbike de calle, la GSX-R 1000.
¿Evolución completada?
Cuando se trata de pulverizar tiempos en circuito, que es para lo que están pensadas y diseñadas este tipo de motocicletas, el motor cobra especial protagonismo. Partiendo de unas prestaciones superlativas, este año se han mejorado más que ninguna otra cosa la entrega de potencia y la capacidad de satisfacer las exigencias del piloto y no tanto la caballería final, que a menudo no es lo más importante. En este sentido, pues, se han aligerado los pistones en un 11% gracias a su nuevo diseño mejorando con ello el par a bajo y medio régimen. Igualmente rediseñados han sido las árboles de levas y por ende los perfiles de las válvulas, lo que mejora en este caso el rendimiento a alto régimen sin comprometer la respuesta en la zona baja y media.
Todo esto, junto al resto de modificaciones como la elección de un escape en esta ocasión de un solo silenciador en titanio (ahora en 4-2-1) y la mayor compresión (de 12,8:1 se pasa a 12,9:1) han hecho posible una reprogramación de la ECU y una reducción de consumo de un 8%.
Mayor control y seguridad
De todas formas, la potencia hay que dominarla, por lo que muchos componentes, por pequeños que sean, se han modificado para que así sea. A nivel de ejemplo destacar que hasta se ha pensado en dar con el tapizado perfecto para el asiento, que ahora viene en un cuero de alto agarre. Luego, una opción casi obligada para quienes aspiran a codearse con las motos más efectivas del mercado, es la adopción de unas pinzas de freno monobloque de última generación, como en este caso que se ha optado por unas Brembo tope de gama, cómo no de un dorado muy reluciente y con las letras en rojo.
También se han modificado los reglajes de las suspensiones (más suaves en la primera parte del recorrido), cambiado las gomas y los discos de freno e incluido novedades estéticas como el fondo del velocímetro en negro y los ribetes en las ruedas, ahora en color rojo y con una pequeña R grabada en ellos.